Evelyn Berezin, la pionera de la computación que creó el primer procesador de texto

Hoy en día puede parecer lo más sencillo del mundo escribir un texto en una computadora y corregir errores en segundos o cambiar una frase de lugar. Pero hace sólo unas décadas, en oficinas repletas de máquinas de escribir, nada de eso era posible. Fue una pionera informática, aunque pocos conozcan su nombre, quien creó el primer sistema digital para escribir y editar texto.

Fue una ingeniera norteamericana judía, Evelyn Berezin, quien creó el primer procesador de textos para ordenador. En décadas siguientes otros desarrolladores como Bill Gates y Steve Jobs tomaron el procesador de textos y los softwares creados por Berezin para crear sus propios programas que seguimos usando todos nosotros hasta el día de hoy

Antes de eso, había desarrollado el primer sistema de reservas de asientos de una aerolínea y sistemas de manejos de cuentas para bancos y compañías financieras.

Evelyn Berezin nació en 1925 en el Bronx de inmigrantes judíos-rusos pobres. Al crecer, le encantaba leer ciencia ficción y deseaba estudiar física.

Destacó en la escuela y se graduó dos años antes. Berezin tuvo que maquillarse y fingir su edad para conseguir un trabajo en un laboratorio de investigación. Terminó estudiando economía porque era un tema más “apropiado” para las mujeres en ese momento.

Durante la Segunda Guerra Mundial, finalmente recibió una beca para estudiar física en la Universidad de Nueva York. Berezin estudió por la noche, mientras trabajaba a tiempo completo en la International Printing Company durante el día. Continuó realizando estudios de posgrado en la Universidad de Nueva York, con una beca de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU.

La enorme capacidad intelectual de Berezin era comparable a su inmensa determinación para crecer, en un mundo dominado por hombres.

La ingeniera trabajó luego para empresas como Underwood Corporation y Teleregister, donde desarrolló ordenadores diseñados exclusivamente para una tarea.

El invento de Berezin cambió radicalmente el mundo de las secretarias, que en la década del 60 representaban el 6% de los empleados en EE.UU.

Además de un programa de reservas de billetes para United Airlines.

El sistema que Berezin creó para United Airlines funcionó sin fallas durante 11 años. También creó calculadoras de trayectorias para el ejército y un sistema automatizado para la banca.

A mediados de la década del 60, la ingeniera concluyó que sus oportunidades “serían muy limitadas si siempre trabajaba para otros”, según relató en una entrevista grabada por el Museo de Historia de la Computación en 2014.

Es por ello que Berezin fundó su propia empresa en 1969 y la llamó Redactron Corporation. La compañía comenzó con nueve empleados, pero no tardó en llegar a 500. Fue en Redactron que la ingeniera tuvo la idea de usar ordenadores para escribir textos. “El 6% de todos los empleados en Estados Unidos eran secretarias”, afirmó Berezin.

Antes del procesador desarrollado por Berezin, cambiar párrafos de lugar o frases enteras era un proceso lento que requería reescribir todo un texto.

“Cuando nosotros comenzamos, en 1968 y 1969, nadie tenía ordenadores de escritorio con un programa para procesar texto que pudieran utilizar las secretarias”.

“Esos ordenadores parecen obvios ahora, pero no lo eran entonces”.

En aquella época lo más parecido a un procesador de texto era un invento de IBM llamado MT-ST, una máquina de escribir con una cinta magnética, pero que no utilizaba chips o circuitos integrados de computadora.

“Sabíamos que nuestro sistema debía utilizar circuitos integrados, porque era la única forma de hacer nuestro ordenador lo suficientemente pequeño y barato”, señaló Berezin.

Crear el primer procesador de textos no fue nada fácil. Berezin intentó comprar chips de la empresa Intel, pero ésta rechazó el pedido diciendo que estaba ocupada con órdenes de otros clientes.

La solución fue diseñar los circuitos integrados en la propia Redactron y encargar ese modelo a dos fabricantes. La computadora llamada “Secretaria de datos” tenía un metro de altura y algunas versiones incorporaban una pantalla.

Cuando Redactron reunió a reporteros en un hotel de Nueva York para mostrar un prototipo del procesador, la máquina no funcionaba y comenzaron a volar chispas por todas partes. En climas muy secos, el ordenador acumulaba electricidad estática y tenía problemas de funcionamiento.

“Nos quedamos horrorizados, era un día muy seco y los ingenieros estaban ensamblando la máquina para el gran evento”, relató Berezin en la entrevista del Museo de Historia de la Computación.

Cuando aparecieron las primeras chispas, “Ed Wolf, el jefe de ingenieros, trajo un balde con agua y sin decir nada la tiró sobre la alfombra, que permaneció húmeda durante tres o cuatro horas”.

Finalmente, la máquina funcionó perfectamente. El procesador de textos salió a la venta en 1971. Tenía el tamaño de un pequeño refrigerador y se llamaba “Data Secretary” o “Secretaria de datos”.

Por primera vez era posible borrar párrafos enteros y corregir múltiples errores con facilidad. La máquina también incluía herramientas inventadas por Berezin que permitían copiar y pegar texto.

Sin embargo, el procesador tuvo un efecto inesperado por Berezin. El invento que pretendía solucionar la vida de las secretarias acabó eliminando el trabajo de muchas de ellas. Ya no era necesario dictar textos a secretarias profesionales o utilizar sus habilidades de mecanografía.

“Me avergüenza decir que nunca pensé en ello”, señaló Berezin en una entrevista a The New York Times.

Berezin presidió Redactron hasta 1976, cuando vendió la compañía por problemas financieros a Burroughs Corporation.

Ese mismo año, la revista Business Week la incluyó entre las “100 mujeres más influyentes en el mundo de los negocios”, la única que presidía una empresa tecnológica.

Tras vender su compañía, Berezin dirigió inicialmente una división de Burroughs Corporation, pero la colaboración tuvo corta vida.

“Yo no era uno de ellos. Les decía lo que pensaba, y ellos no sabían como reaccionar ante una mujer fuerte que no se quedaba callada”, relató. “Así que ellos se desconectaron de mí y yo hice lo mismo”.

Tras abandonar Burroughs en 1980, la ingeniera se dedicó a la consultoría en temas tecnológicos y creó un fondo de capital de riesgo para invertir en empresas emergentes.

Su marido durante 51 años, Israel Wilenitz, había fallecido en 2003. Evelyn falleció en diciembre de 2018 en Nueva York a la edad de 93 años

En reconocimiento de su contribución a la computación Berezin fue nombrada en 2015 miembro del Museo de Historia de la Computación de Estados Unidos, “por su trabajo pionero en el diseño informático y toda una vida de empresaria“.

Allí se exhibe un modelo de la “Secretaria de datos”, en recuerdo de una mujer creativa y desafiante que quiso cambiar el mundo con la computación.

El museo recuerda en su sitio en internet una frase de Berezin: “Lograr una meta da una satisfacción inmediata; el proceso de lograr una meta es un placer que no termina”

Evelyn Berezin, una mujer que sin dudas cambió el mundo.

Fuente: Grupo de Facebook Personalidades judías de todos los tiempos. Compilado por Raúl Voskoboinik.

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