HAFTARAT MISHPATIM

Jeremías 34:8-22 Jeremías 33:25 y 26

El texto de esta Haftará acompaña quizás más que cualquier otro al de nuestra Parashá.

Entre las muchas mitzvot a llevar a cabo se nos habla de las relaciones entre amos y esclavos pero sobre todo del deber de cuidar al prójimo en todos los sentidos: respecto de sus pertenencias, de su moral y de la vida misma.

Nuestro profeta reacciona violentamente contra todos aquellos que atenten en contra del Pacto, que no lo cuiden, que lo rompan.

Y lo importante del mensaje de Jeremías es que pone muy en claro que no se refiere a cuestiones espirituales, religiosas, sino básicamente a la relación entre los Bnei Israel.

Desde nuestra salida de Egipto, el cruce del Iam Suf y la llegada al Sinaí nos queda claro que hacemos nuestro camino buscando a cada paso aires de libertad. 

Aires de libertad que sólo pueden lograrse si cuidamos de nuestro prójimo, si nos cuidamos de no esclavizarlo.
Nuestras raíces, nuestra tradición ponen este principio por sobre todos los otros.
La libertad es el bien más preciado que un ser humano puede tener.
Y más todavía debiera serlo la libertad de nuestro prójimo. 

Esto es lo que le agradecemos a D’s cada día, habernos librados del mitzraim de todos, de cada uno. Ayudar al prójimo a liberarse de sus ataduras, internas y externas.

Comprometernos a luchar por eso, un deber y un derecho.

Y si nuestro profeta nos habla de esto con tal énfasis es porque el Pacto ha sido violado.
Y esto trae inevitablemente consecuencias. 

Nos dice el Rab Edery z’l, que los profetas de Israel no han sido ni políticos ni estrategas; que siempre se han visto enfrentados al poder político o militar.
Y que la independencia nacional misma del pueblo de Israel está condicionada a la subordinación del pueblo de Israel a la Torá. 

Nos queda claro entonces que no hay ni debiera haber resquicios.
Sólo la ley nos hace libres. Y cuidar la libertad de cada uno de nosotros es fundamental para cada judío. Porque es nuestra propia esencia, nuestra razón de ser.

Que podamos en este Shabat Mishpatim reconocer lo que hemos recibido, recordar siempre lo D’s ha dicho.

Vosotros no Me habéis escuchado para proclamar libertad cada hombre a su hermano y cada hombre a su prójimo. He aquí que Yo voy a proclamar para vosotros libertad…a la espada, a la mortandad y al hambre. Y os convertiré en conmoción, para todos los reinos de la tierra.

¡Shabat Shalom uMeboraj!
Norma Dembo

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