JOHANN TROLLMAN, EL VALIENTE BOXEADOR GITANO QUE RIDICULUZÓ AL TERCER REICH

Esta vez no hablaremos de un judío sino de un gitano, otro de los blancos preferidos del nazismo.  Johann Trollman (apodado Rukeli) era joven, rápido y fuerte, pero también era gitano en un momento y país equivocado: la Alemania Nazi de Hitler. A los seis días de conseguir el título de campeón de Alemania fue despojado del mismo porque su estilo de boxeo no era el de un deportista ario. Poco después, en un posterior combate, Trollman protagonizó uno de los hechos más extraordinarios y tal vez menos conocidos de la historia del deporte. Un gesto trágico propio de un héroe griego, un tremendo sacrificio con el que ridiculizó y caricaturizó la supuesta “superioridad de la raza aria”. Trollman creció en los barrios más pobres de Hannover, y de la mano de su entrenador, el boxeador judío Erich Seelig, se había labrado una prometedora carrera deportiva en el boxeo profesional.
Pero su estilo de boxeo irritaba cada vez más a los ideólogos nazis, ya que era muy popular por su rápido baile de piernas y movimientos cortos, que contrastaba con el estilo dominante en la época: de estilo “matón” y evocador de un guerrero más que de un deportista.
“Afeminado”, o “Nada que ver con el boxeo ario de verdad” eran algunas de las perlas que le dedicaba en 1932 el Völkischen Beobachter (“El Observador Popular”), periódico oficial del Partido Nazi.
A pesar de ello, el 9 de junio de 1933, con 25 años de edad, Trollman disputa el título nacional de peso semipesado contra el también alemán Adolf Witt (campeón de peso pesado).
Un combate desigual entre David y Goliat en el que Trollman hizo valer su baile de piernas y agilidad: después de seis asaltos, el coloso Witt estaba a punto de romperse en pedazos, y la victoria por puntos era clara para Trollman.
Pero por aquel entonces, la Asociación Alemana de Boxeo ya estaba llena de nazis… y el “gitano Trollman” les estaba metiendo el dedo en el ojo.
Los jueces ordenaron parar la pelea y declararon un empate. La multitud enfurecida se rebeló y exigió a reconocer ganador a Johann. Los jueces, a punto del linchamiento, se vieron obligados a declarar finalmente campeón a Trollman.
Johann lloró de felicidad en el ring, y precisamente esa fue la excusa para que tan solo seis días después le fuera retirado el título.
La razón oficial: “Pobre comportamiento” (¡llorar en el ring!) y “Mal boxeo”. La verdadera razón: ser gitano (Sinti).
Dos meses después se organizó un nuevo combate en el que Trollman fue obligado a participar. Las autoridades nazis querían vengar la derrota de Witt y acabar con la peligrosa popularidad del joven gitano… pero no podía quedar ningún cabo suelto.
Prohibieron terminantemente a Trollmann moverse del centro del ring y utilizar su famoso baile de pies para esquivar los golpes, de otra forma perdería su licencia.
Johann tenía que perder, así de claro, y la raza aria tenía que vencer, así de trágico.
Lo que pasó a continuación fue, como decía al principio, uno de los hechos más extraordinarios, sacrificados y poco conocidos de la historia del deporte:
Trollman apareció en el ring con el pelo teñido de rubio y todo su cuerpo cubierto de harina, en un gesto de provocación, burla y caricatura hacia la imagen del “guerrero ario” con la que la propaganda nazi estaba envenenado el país. Durante el combate se quedó inmóvil en el centro del ring, con las piernas separadas y sin esquivar, uno tras otro, los mazazos de su rival, Gustav Eder, famoso por sus poderosos golpes.
Johann resistió cinco asaltos y cayó al suelo totalmente bañado en sangre.
También su carrera quedó hecha añicos para siempre. Disputó, con escaso éxito, nueve combates más y tuvo que retirarse prematuramente.
Durante los siguientes años fue aumentando dramáticamente la persecución a los no arios. Cientos de miles de gitanos fueron esterilizados, entre ellos Trollman.
En 1939 fue reclutado por la Wehrmacht para luchar en el frente oriental. Era la forma de evitar la muerte de su familia: a cambio del “servicio desinteresado al Tercer Reich.”
El 16 de diciembre de 1942, Himmler firma el Decreto de Auschwitz, donde los gitanos se equiparan a los judíos y se ordena su deportación. Trollman es enviado al campo de concentración de Neuengamme.
Sabiendo que era boxeador, se organizaban en el campo peleas para el entretenimiento. Trollman recibía a cambio una ración extra de comida. Ni la razón ni la fecha exacta de su muerte estaban suficientemente claras. No obstante, en 2008, un libro de Roger Repplinger desvela que en 1944 Trollman disputó en el campo de concentración uno de esos combates organizados contra un Kapo (presos que trabajaban para la SS) y Johann le derrotó. El Kapo, exasperado, tomó entonces un palo y golpeó a Trollman hasta la muerte.
Johann Trollmann terminó asesinado en el barro de aquel campo de concentración, vestido con sus guantes de boxeo.
En 2003, setenta años después de conseguirlo, fue entregado a sus herederos el cinturón de campeón alemán de peso semipesado.
En las calles de Hamburgo puede verse una placa conmemorativa en su honor, y el 9 de junio de 2010 fue inaugurado en Berlín un monumento en memoria de Johann Trollman, el boxeador gitano que ridiculizó al Tercer Reich.

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