Tarantino cuenta cómo es su vida en Tel Aviv junto a su esposa y su hijo

Un periodista de Ynet se topó con el célebre director de cine Quentin Tarantino a la salida de un restaurante en Tel Aviv, donde vive desde principios de año junto a su esposa Daniella y su hijo Leo.
Salía de un restaurante, luego de almorzar con un amigo y acompañar la comida con una botella de vino. Lo vimos, lo abordamos, le preguntamos y amablemente nos contestó algunas preguntas. Tarantino, de 56 años, comentó que se siente estupendamente en Tel Aviv. Y cuando le preguntamos cómo están su esposa Daniella Pick –una cantante y modelo israelí de 36 años, de quien está locamente enamorado– y el hijo de ambos, respondió: “¡Extraordinariamente bien!”

En una entrevista que concedio hace algunas semanas acerca de su nueva vida en Israel al suplemento “7 Días”, del diario israelí Yedioth Ahronot, el cineasta había dicho: “Mi vida aquí es maravillosa…”

“A lo largo del día, Daniella hace sus cosas. Su presencia es tan agradable… Y ella es feliz. Casi toca el cielo con las manos. Y yo soy feliz con sólo mirarla”, contó Tarantino. Ambos se casaron a finales de noviembre del 2018 en Beverly Hills, en presencia de numerosas estrellas del celuloide.

La boda fue según el rito reformista judío (la corriente religiosa más liberal). El novio, emocionado, llevaba un solideo [‘kipá’, en hebreo] en la cabeza.

Tarantino y la vida real

En cuanto a su vida en Tel Aviv, Tarantino cuenta: “En algún momento del día voy a mi estudio a escribir. Después Daniella prepara el almuerzo y comemos juntos. Cuando llega la hora de la cena, ella me llama y yo bajo. Y después hacemos algo juntos, miramos una película o hablamos. Hacia el final de la jornada, me voy a dormir con ella, o vuelvo a mi estudio y sigo escribiendo, y más tarde me voy a la cama. Esto es la vida real. Es algo que jamás he tenido antes. Es sencillamente una vivencia muy-muy agradable”.

Pese a la crueldad de algunas de sus películas, a Tarantino le gusta disfrutar de la vida.

Sin embargo, sus películas «son dolorosamente personales», dice. Pero “no dejo traslucir hasta qué punto”, agrega. Y raras veces habla de la relación entre el argumento de sus películas y su vida personal.

No obstante, debajo de la capa que lo protege hay una herida que se refleja en el violento pero emotivo corazón que late en sus películas.

No conoció a su padre biológico, un actor ítalo-estadounidense. Cuando el ahora consagrado director de cine tenía 3 años, la madre de Tarantino se casó con un músico que le fue devoto como padrastro, pero se divorció de su madre y los abandonó a ambos cuando Tarantino tenía 10 años.

Hay muchas anécdotas que aluden a esta dolorosa experiencia. Una muy significativa se remonta a cuando era un joven y desconocido actor, e incluyó un dato falso en su curriculum vitae, según el cual supuestamente había tenido un pequeño papel en una película del director de cine francés Jean-Luc Godard. Y eligió “el no va más” de lo que es la traición de un padre”: El rey Lear, dirigido por Godard.

Pero ahora se declara feliz, y confiesa que ama a Israel. “La gente es muy amable conmigo, y parecen entusiasmados de que yo viva aquí”. Al respecto, aseguró que no solamente se siente en casa en Tel Aviv, sino que esa ciudad es ahora realmente su hogar.

También contó que está aprendiendo hebreo. “No quiero que mi hijo hable un idioma que yo no entiendo”, afirmó.

El director de cine también se habituó a la crisis del coronavirus, y lleva puesta una mascarilla (como se ve en las fotos) respetando las normas: “De momento, lo llevo bien”.

Acerca de los misiles disparados por palestinos desde la Franja de Gaza, afirmó: “No tengo miedo en absoluto. Como casi todos los israelíes, apenas los noto”.

Su rutina pasa, además de trabajar, por hacer planes comunes y corrientes como ir al cine o andar en bicicleta.

En febrero, fuimos los primeros en revelarle al mundo que el director de cine Quentin Tarantino y su mujer Daniella –hija del conocido cantante israelí Tsvika Pick– se habían convertido en padres.

Fue sólo una semana después que, tras el rito de la circuncisión, dimos a conocer el nombre del recién nacido: Leo, en honor al abuelo fallecido de Daniella, que era un conocido arquitecto.

Según la tradición judía, únicamente después de la circuncisión el recién nacido tiene nombre.

Desde entonces Tarantino, como todo el mundo, se ha acostumbrado a la nueva realidad “por cortesía” de la pandemia del coronavirus, y pasa la mayor parte del tiempo con su mujer y su hijo en su estupenda casa del norte de Tel Aviv.

La familia Tarantino vive en una casa del lujoso barrio de Ramat Aviv Guimel, que –según cuentan– costó más de 10 millones de dólares.

Tarantino dijo que pronto se va a retirar del cine, porque desea pasar más tiempo con su nueva familia, compuesta por su esposa y su hijo Leo. “La dirección de películas es cosa de jóvenes”, opinó.

Su última película, Érase una vez en Hollywood, recibió en enero el Globo de Oro, un premio que le dedicó emocionado a su mujer mitad en hebreo y mitad en inglés: “Todá, gueveret. I love you”. En español, «gracias, señora; te amo».

La gala de los Globos de Oro, que concede la Asociación de La Prensa Extranjera de Hollywood, se celebró –como es habitual– en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, California.

Son galardones concedidos por los 93 miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood en reconocimiento a la excelencia de profesionales de cine y televisión, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.

Tarantino habla de muchas cosas, y responde a preguntas sobre la mayoría de los aspectos de su vida y de su carrera, pero no se abre acerca de todas las cosas.

Pero respecto de la pregunta cuya respuesta quieren saber casi todos sus seguidores, y es “qué había en el maletín de su conocida película Pulp Fiction”, el director de cine contesta simplemente: “Nunca”.

Fuente: Latam Israel

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *