VICTOR FRANKL: EL PSIQUIATRA DE AUSCHWITZ

CREADOR DE LA LOGOTERAPIA. AUTOR DE “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”
Viktor Frankl, fue un neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco, fundador de la logoterapia y análisis existencial. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro best seller El hombre en busca de sentido.

Nació en Viena en una familia de origen judío. Su padre fue estenógrafo parlamentario hasta llegar a Ministro de Asuntos Sociales. Desde joven, siendo un estudiante universitario y envuelto en organizaciones juveniles socialistas, Frankl empezó a interesarse en la psicología.

Estudió medicina en la Universidad de Viena y se especializó en neurología y psiquiatría. Desde 1933 hasta 1937 trabajó en el Hospital General de Viena. De 1937 a 1940 practicó la psiquiatría de forma privada. Desde 1940 hasta 1942 dirigió el departamento de neurología del Hospital Rothschild (único hospital de Viena donde se admitía a judíos).

En septiembre de 1942 él, su esposa y sus padres fueron deportados a un campo de concentración cercano a Praga, el Theresienstadt. De 1942 a 1945 estuvo en cuatro campos de concentración, incluyendo Auschwitz, conocido como el campo de exterminio. Lo que experimentó en esos años es inimaginable. Logra sobrevivir; no así su mujer, sus padres, hermano, cuñada, muchos colegas y amigos.
Tras la liberación pasa varias semanas en Münich tratando de indagar quiénes de sus familiares habían sobrevivido. Poco a poco va enterándose de que ninguno lo logró y vive un profundo dolor, soledad y vacío. A su regreso a Viena le asignan un departamento en el noveno distrito de Viena en el que viviría el resto de su vida.
Es nombrado Jefe del Departamento de Neurología de la Policlínica de Viena, puesto que ocupó durante 25 años. Fue profesor tanto de neurología como de psiquiatría de la Universidad de Viena..

Dirigió la policlínica neurológica de Viena hasta 1971. En 1949 recibió el doctorado en filosofía. En 1955 fue nombrado profesor de la Universidad de Viena. A partir de 1961, Frankl mantuvo cinco puestos como profesor en los Estados Unidos en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Stanford, así como en otras (Dallas, Pittsburg y San Diego). Continuó dando clases en la Universidad de Viena hasta los 87 años de edad de forma regular. Impartió cursos y conferencias por todo el mundo.

Ganó el Premio Oskar Pfister de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, así como otras distinciones de diferentes países europeos. Recibió 29 doctorados honoris causa de distintas universidades.
Publicó más de 20 libros, traducidos a numerosos idiomas.

En su libro “El hombre en busca de sentido”, a pesar de  tanto horror y asombro a partir del relato de sus experiencias en un campo de concentración, Viktor Frankl nos brinda enseñanzas cruciales sobre la búsqueda de sentido en nuestras vidas. Acá van algunas:

Elige tener esperanza. No siempre podemos cambiar las circunstancias, pero siempre podemos elegir nuestra actitud en cualquier situación que se presente. Como escribe Viktor Frankl: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, somos desafiados a cambiarnos a nosotros mismos”.

Conoce tu por qué. Pregúntate: ¿Para qué estoy viviendo? Todos los días deberíamos levantarnos y preguntarnos por qué nos levantamos y por qué estamos aquí. “Quienes tienen un ‘por qué’ pueden tolerar casi cualquier ‘cómo’”.

Aprende a llorar. Las lágrimas no son una muestra de debilidad; emanan de un alma que no teme quebrarse: “No hay necesidad de avergonzarse de las lágrimas, porque las lágrimas atestiguan que un hombre tuvo el mayor de los corajes, el coraje para sufrir”.

No te conformes con ser parte del rebaño. El mundo está al revés. En ocasiones, hacer lo que todos hacen es una locura. “Una reacción anormal ante una situación anormal es normal”.

Vive con sentido. Le damos sentido a la vida respondiendo las preguntas que la misma vida nos hace. “A final de cuentas, un hombre no debería preguntarse cuál es el significado de su vida, sino reconocer qué es lo que debe hacer en ella. En pocas palabras, la vida le plantea a cada persona un desafío y la persona sólo puede responder con su propia vida. Lo que uno espera de la vida no importa; lo que importa es lo que la vida espera de uno”.

Llena tu día con actos de bondad. La bondad tiene un objetivo, los cientos de pequeños actos de bondad que tenemos la oportunidad de hacer cada día están llenos de significado. “Quien vivió en campos de concentración puede recordar a los hombres que iban de barraca en barraca consolando a los demás, regalando su último pedazo de pan. Ellos ofrecieron prueba suficiente de que todo se le puede sacar a la persona menos una cosa, la última de las libertades humanas: elegir el bien”.

Ve más allá de ti mismo. Encontramos el verdadero sentido cuando trascendemos nuestros propios límites y necesidades. “Cuanto más una persona se olvida de sí, al dar de sí misma a una causa o a otra persona, más humana es y más crece”.

Siente el dolor de los demás. Sufrir es doloroso, por más irrelevante u ordinario que el problema les parezca a los demás. Ten empatía con el dolor de los demás, incluso si no parece una tragedia en la perspectiva global de la vida. “El sufrimiento llena por completo el alma humana y la mente consciente, más allá de que el sufrimiento sea grande o pequeño. Entonces, el tamaño del sufrimiento humano es absolutamente relativo”.

Podemos cambiar incluso cuando la vida es difícil. Podemos crear una vida significativa y llena de sentido, amor y propósito. “El hombre no sólo existe, sino que siempre decide cómo será su existencia, en qué se convertirá en el momento siguiente. De la misma forma, todo ser humano tiene la libertad de cambiar en cualquier instante”.

Todas las citas de este artículo son de El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl.

Murió en Viena el 2 de setiembre de 1997.

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