Alcaldesas de un total de 58 ayuntamientos de España aprobaron que los gobiernos locales no contratarían ninguna empresa, producto, entidad u organización que fuera israelí o tuvieran relación con el pueblo judío denominándose “ELAI” (Espacios Libres de Apartheid Israelí).
Estos ayuntamientos, esta liderados por alcaldes correspondientes a lineas políticas de los partidos Podemos, IU y PSOE. De este modo, compañías de teatro, conferenciantes, cineastas, actores o empresas israelíes vieron rechazada su contratación por parte de las formaciones izquierdistas locales ante la perplejidad de los afectados.
Y no es de ahora. Las decisiones políticas que restringían acuerdos comerciales con israelíes se han venido aplicando desde el año 2015 hasta nuestros días. En los documentos se imponía el reconocimiento de un Estado Palestino a los artistas de la famosa compañía Mayumana si querían ser contratados o contar con algún teatro público para su musical.
Dichas coacciones no se dieron solo en pequeñas localidades despobladas. Los ELAI también los conformaban consistorios como Cádiz, Barcelona, Pamplona, Valencia, Gijón, Santiago de Compostela, Rivas-Vaciamadrid o el cabildo de Gran Canaria. Sus primeros ediles de ideología de izquierdas llegaron a vanagloriarse de ser precursores públicos del boicot a Israel.
Las intenciones de las políticas locales han llegado a materializarse dando lugar a episodios anómalos y discriminatorios en una democracia liberal como la española. Así, el alcalde de Cádiz, José María González, alias el Kichi, llegó a cancelar un ciclo de cine israelí tras adherirse a la red de municipios ELAI impulsada por la organización extremista BDS, una organización que pide el boicot contra Israel y ha protagonizado capítulos violentos durante su trayectoria. Lo hizo abiertamente, y dijo que su ayuntamiento no contrataría a nadie procedente de Israel para ninguna actividad.
Básicamente, el Kichi negó que “fuera xenófobo” porque él estaba precisamente luchando contra “la xenofobia de los israelíes”. Es decir, xenofobia para combatir la xenofobia.
En Gijón fue todavía peor. Tras proclamar la capital “Libre de Apartheid Israelí”, se repartieron pegatinas y cartelería por todos los comercios para que los empresarios las pegaran en sus escaparates y señalaran que era un establecimiento libre de apartheid israelí.
En Molins de Rei, en Cataluña, también se dio otro caso que vulneraba el principio de igualdad ante la ley de los judíos. Las jugadoras del equipo de waterpolo de la selección femenina de Israel vieron cómo se les denegaba el uso de las instalaciones deportivas de ese ayuntamiento y la piscina.
Ada Colau también se sumó desde la capital al rechazo a las deportistas judías desde las instituciones públicas. La alcaldesa catalana ha sido acusada de liderar en numerosas ocasiones campañas de odio hacia Israel.
Radio Jai