Un viaje al pasado: Museo y Cementerio Judío de Villa María, Córdoba.
En esta ciudad se encuentra el cementerio judío de Villa María, fundado en 1927, a sólo 60 años de la fundación de la ciudad. El motivo era claro: Los cementerios, en general estaban bajo el control de la Iglesia. Esto significaba que un niño era bautizado, se labraba el acta de bautismo y ya “existía” para la sociedad. En cambio, miembros de la comunidad judía y de colectividades no Católicas Apostólicas Romanas estaban impedidos de ser enterrados en los cementerios de los pueblos porque no existían legalmente.
Por ello, se funda la Sociedad Israelita de Beneficencia “Jevrá Kedushá” en el año 1925 y dentro de sus estatutos plantea la creación del cementerio, del colegio judío, el Templo y el cementerio. Su creación vino a ocupar espacios de la colectividad judía que no existían. Se crea para construir una vida judía y para tener un Cementerio Judío administrado por judíos (ya que no podían ser legalmente enterrados en los cementerios de los pueblos).
En el mundo en general se estilaba la separación entre cementerios para Ashkenazim (judíos descendientes de Europa del Este) y para Sefaradim (judíos exiliados de España en 1492, que tuvieron que dispersarse por todo el mundo árabe para sobrevivir). No fué el caso de Villa María.
Había dos salones utilizados para rezos en la Sede Social: uno para los Sefaradim y otro para los Askenazim. En esa época, ambos grupos podían agrupar un Minian. Con el tiempo, los pioneros fueron quedándose y sus hijos se iban a la Universidad en Córdoba capital. Así, lentamente pero irremediablemente, Villa María como tantas otras ciudades y pueblos, fueron perdiendo en cantidad de pobladores. Religiosamente, cada vez fue más difícil armar el Minian, y económicamente cada vez eran menos para mantener la estructura judía de sus lugares de hábitat.
El Cementerio de Villa María acogió judíos de muchas otras localidades que carecían de Cementerio Judío y de esta manera podían ser sepultados de acuerdo a la Ley judía., Caso concreto es el de la Ciudad de Bell Ville que tenía una sub sede de la Sociedad Israelita de Beneficencia de Villa María.
Justamente ése punto es el que se planteó la actual comunidad de Villa María a través de la siguiente pregunta: ¿Habrán judíos aquí en 30 años? Y a partir de esta profunda reflexión comenzaron un camino para la continuidad y la memoria. Se trata de entender estas pérdidas y abandonos, reestructurar, recuperar la historia, ordenarla y ponerla en valor.
Este emprendimiento fue 100% privado, y sólo aportaron la Comunidad Judía y la Biblioteca Bernardino Rivadavia con quien comparten espacios comunes y linderos. La Biblioteca Bernardino Rivadavia fue fundada por trabajadores del ferrocarril, que trajeron cultura a cada pueblo del recorrido. Villa María, lugar donde se encuentra el Museo Judío y la Biblioteca Bernardino Rivadavia nació el primer colegio laico privado abierto a toda la comunidad. El Dr. Antonio Sobral tenía una visión disruptiva de la educación.
Allí se mezclaron todas las religiones, orígenes e historias del viejo Villa María. Un lugar en donde se contagia la pasión por el conocimiento. Hoy es un espacio multicultural y Museo Judío de Villa María. El espacio es amplísimo. La comunidad judía sólo utiliza los espacios comunes en las festividades. Aparte tiene su espacio de Museo. El resto del tiempo lo utilizan aquellos que nacieron del Proyecto del Dr. Sobral: Jardín de infantes desde la edad de 2 años, pre escolar, escuela primaria, escuela secundaria y terciaria. Lo que se resume en “un sueño hecho realidad”.
Dentro del Museo se encuentran los documentos del Cementerio, objetos de ascendencia judía, y la historia de la comunidad en esta ciudad. Dentro del Museo hay 3 tipos de visitas turísticas posibles: El museo, el Cementerio y a ambos espacios. Crearon una “Visita Virtual” con toda la información digitalizada y computarizada. Por esta web, además de la visita, se puede conocer la ubicación de cada tumba, foto de la misma, nombre del fallecido en hebreo y en castellano (si lo hubiera) e información de la persona fallecida (si la hubiera).
A la inauguración asistieron el Intendente de Villa María, Martín Gill (Secretario de Obras Públicas de la Nación esperando el nombramiento en la actualidad); Nora Bedano, Secretaria de Cultura de la Provincia de Córdoba; el Obispo de Villa María, Monseñor Jofré Giraudo. En representación de la Iglesia Evangélica estuvo el Dr Luis Perez. Representando a AMIA, estuvo Eliahu Hamra, Presidente de Vaad Hakeilot, Secretario de Cultura y actual Secretario General del BUR (Bloque Unido Religioso). Y por supuesto, el Presidente de la Sociedad Israelita de Villa María, el Dr. Pablo Rubén Gornitz, a quien le agradecemos su amabilidad, predisposición y relatos increíbles de la historia, de la restauración y de este logro para la comunidad.
También asistió a la inauguración el Jazan del Centro Israelita de Córdoba, Gustavo Serrano, quien entonó la canción religiosa “Eli Eli”; Shraga Wilk, representante para América Latina de la Organización Sionista Mundial. Se pronunciaron varios discursos protocolares junto al Memorial de Villa María al Holocausto. El Memorial se encuentra en un sitio apartado del Cementerio, al que se lo denomina Plaza Memorial del Holocausto. En ella, se observa la obra que consiste en dos triángulos colocado a distancia, pero que al verlos de frente, forman la Estrella de David (Maguen David)
El Rabino Marcelo Polakoff asistió como Representante Ecuménico del Congreso Judío para Latinoamérica. El Rabino Polakof siempre estuvo muy cerca de la familia Nisman, incluso acompaño a la madre del Juez Federal a reconocer su cadáver a la morgue.
Así mismo, concurrieron por la OSA (Organización Sionista Argentina), demás autoridades comunitarias judías así como representantes políticos provinciales.
El Museo de Villa María agradece a la Municipalidad de Villa María y a su dependencia Villa María Turismo por difundir el Museo Judío como visita de la ciudad.