Salomón Ibn Gabirol el más grande filósofo y poeta judeo español medieval

Salomón ibn Gabirol, conocido por los latinos como Avicerón, era un filósofo y poeta hispanojudío andalusí, probablemente haya sido el más grande filósofo poeta medieval hebreo de España. 
Nació en Málaga en el año 1020, su estancia en la judería de la ciudad se limita a su niñez, y pronto, seguramente debido a nuevas revueltas se traslada junto a su padre a Zaragoza donde recibiría su educación. Allí, su precoz genio poético le valió la protección del mecenas Yekuti’el ben Isaac, visir judío del rey Mundir II de la taifa de Zaragoza. 
Ibn Gabirol se refiere a Yekutiel ben Isaac como «príncipe» y a él le dedica buena parte de sus más excelsos poemas. Una vez muerto Yequtie`el, el enfrentamiento con sus correligionarios concluyó con la promulgación de su expulsión de la comunidad hebrea de Zaragoza en 1045 desde donde partió al exilio.
Fue autor de numerosos panegíricos, elegías y  sátiras que eran géneros habituales entonces entre los poetas árabes, pero no entre los hebreos. Sus proverbios y máximas son citados de vez en cuando bajo su nombre latinizado de Avicebrón: «La paciencia cosecha la paz y la prisa, la pierde». Como otros grandes poetas de su época, Ibn Gabirol cultivó la poesía erótica, género que era habitual tanto entre los poetas hispanohebreos del «Siglo de Oro» de la literatura como entre sus coetáneos musulmanes. 
También escribió abundante poesía religiosa, entre la que destaca el Keter Malkut (Corona del reino), un largo poema de tendencias místicas que supone una síntesis entre las creencias tradicionales judías y la filosofía neoplatónica, todo ello adornado por un gran conocimiento de la astronomía árabe.
Compuso, además, dos célebres tratados en lengua árabe, luego traducidos al latín bajo el nombre de Fons vitae, sobre la ética, la moral y de orientación ascética. Por no contener esta obra referencias a los textos fundamentales del judaísmo, es decir el Pentateuco y el Talmud, y por haber sido redactada originalmente en árabe, su autor «Avicebrón» fue tomado al principio por un filósofo musulmán. Esta obra se tornó en una importante referencia para los franciscanos y para el mundo cristiano en general.
Murió en Valencia en 1052. Una leyenda dice que fue asesinado por un escritor musulmán celoso de lo excelso de sus poemas, y  tras ser enterrado bajo una higuera seca, ésta volvió a dar los más dulces frutos.
Actualmente existen varios centros de estudios que llevan su nombre en España e Israel.

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