Tras doce años desde su inauguración, después de alguna que otra reparación y ampliación por inundaciones, la Bóveda Global de Semillas de Svalbard ha conseguido el logro de almacenar más de un millón de semillas. Un total de 60.000 variedades distintas de cultivos de todo el mundo se han sumado y permanecen congelados en la bóveda en mitad del Ártico.
La bóveda de Svalbard se encuentra construida en una ladera de una montaña en la isla de Spitsbergen en el archipiélago de Svalbard, de ahí su nombre. Está a medio camino entre Noruega y el Polo Norte y fue diseñada como una instalación de almacenamiento para proteger las semillas de cultivos vitales ante catástrofes.
Para preservar las semillas de su interior sólo se abre en contadas ocasiones. Y a pesar de eso y de la escrupulosidad con la que fue construida, también se puede ver afectada por agentes externos. En 2017 sufrió una inundación por el deshielo del permafrost de su alrededor. El agua había entrado en el túnel aunque no llegó a las semillas para dañarlas.
Estos últimos años la bóveda ha sido impermeabilizada y el equipo de refrigeración que la mantiene a -18ºC se ha trasladado a un edificio cercano para que el calor se libere fuera mejor. Sus creadores creen que está diseñada para tener una vida útil infinita. Pero eso no quita que de vez en cuando requiera de algún mantenimiento.
Con motivo de la actualización de la bóveda, esta semana se han depositado semillas de 36 bancos e instituciones distintas de todo el mundo. Cuenta The Guardian que han llegado semillas de calabaza depositadas por la Nación Cherokee de Estados Unidos, el trigo original procedente de la Universidad de Haifa en Israel, patatas de Perú y todo tipo de cultivos de Marruecos, Mongolia o Nueva Zelanda entre otros. Cada una de las especies que se introduce es una muestra de aproximadamente 500 semillas.
Decenas de millones de euros invertidos en biodiversidad
Noruega tuvo que invertir 10 millones de euros para reparar y mejora la bóveda tras las inundaciones por cambio climático. Previamente para crear
la bóveda el gobierno noruego indicó que se gastaron aproximadamente 10 millones de dólares en 2008 cuando fue construida. Decenas de millones de euros invertidos por el gobierno noruego con el único objetivo de preservar la biodiversidad terrestre.
El cambio climático, las catástrofes naturales o las creadas por el ser humano son algunos de los factores que acaban poco a poco con la diversidad de la naturaleza. Además de acabar con esta diversidad, también puede acabar con otros bancos de semillas que hay por todo el mundo. Ocurrió por ejemplo con el banco de semillas de Alepo recientemente por la guerra en Siria. En consecuencia, en 2015 se hizo la primera retirada de semillas de la bóveda para reabastecer al banco de Alepo. Las semillas fueron cultivadas y re-depositadas en la bóveda de Svalbard en 2017.