Investigadores de Israel convierten desechos a base de carbono en gas, y la tecnología ya esta lista para una planta piloto.
Científicos israelíes han desarrollado una tecnología para convertir los desechos que contienen carbono en gas utilizando agua supercrítica.
El Laboratorio de Combustión bajo la dirección del Dr. Efim Korytnyi pasó seis años desarrollando el esquema tecnológico del nuevo proceso de gasificación.
Los investigadores argumentan que las propiedades únicas del agua supercrítica y su innovación tecnológica superarán a las tecnologías existentes. Afirman que lo hacen tanto en la calidad del gas producido como en la eficacia energética general. Ahora han presentado una solicitud de patente provisional.
Convertir los desechos en energía tiene un doble propósito: reducir los vertederos y producir energía no basada en combustibles fósiles.
En medio de una crisis climática de rápido crecimiento, tales tecnologías se están volviendo cada vez más críticas, especialmente para el tratamiento de desechos no biodegradables como los plásticos, que no pueden descomponerse o disolverse por agentes naturales y tienen un alto contenido de energía.
El agua supercrítica (agua calentada a más de 374 grados Celsius y presurizada a más de 219 atmósferas) tiene propiedades químicas únicas.
Descompone activamente la materia orgánica y disuelve muy débilmente las sustancias inorgánicas.
Dado que la mayoría de los desechos contienen sustancias orgánicas e inorgánicas, el tratamiento provoca la conversión del material orgánico en un gas y la parte inorgánica sólida para su uso posterior o interferencia en los vertederos.
Convierten desechos en gas.
“Los componentes orgánicos se transforman en hidrógeno, metano y dióxido de carbono”, dice Korytnyi.
El hidrógeno y el metano son fuentes potenciales de combustible y materias primas para la industria química.
El hidrógeno como reemplazo de la gasolina es de particular interés para la industria del automóvil. Los vehículos en base a combustible de hidrógeno son de cero emisiones y la celda de combustible junto con un motor eléctrico es más del doble de eficiente que un motor de combustión interna que funciona con gasolina.
“La gasificación también es una solución potencial para tratar los desechos peligrosos y hacerlos seguros”, agrega.
La investigación fue apoyada por el Ministerio de Infraestructuras Nacionales, Energía y Recursos Hídricos de Israel, el Ministerio de Protección del Medio Ambiente de Israel y el Ministerio de Economía e Industria de Israel.
Radio Jai