Estamos en la festividad de Purim que es cuando recordamos el momento en que la reina Ester salvó a todo el pueblo judío.
El libro de Ester nos cuenta la fascinante historia de la vida de esta joven y todas las dificultades y obstáculos por los que tuvo que atravesar poniendo su propia vida en riesgo por amor a su pueblo judío.
La mayoría de los eruditos establecen que los acontecimientos contenidos en el libro de Ester ocurrieron entre los años 482 y 478 a. C.
Por un edicto emitido por el rey, mandaron a buscar a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer para prepararlas antes de ser presentadas ante el rey.
Transcurrido todo el tiempo de la preparación de las doncellas, se le daban todo cuanto pedían, cuando llegó el momento de Ester esta no pidió nada y ello cautivó la atención del rey.
Era distinta a las demás mujeres sencilla, delicada, su belleza no se encerraba en un rostro bonito sino en gran corazón.
Ester se mostró obediente a las sugerencias de Mardoqueo de no revelar su identidad como judía, una doncella judía no habría recibido trato tan afectuoso.
Gracias a su belleza Ester se ganó el favor del rey, su hermosura no se limitaba meramente en su físico sino que adornaba más su rostro sus grandes cualidades de espíritu que eran manifiestas de su belleza interior.
La lealtad, el amor y la consagración. Apacible pero valiente y fiel cualidades que a lo largo de su historia la caracterizaron en todo su reinado.
Mardoqueo estuvo al pendiente de Ester todo el tiempo y este descubre a las puertas de palacio una conspiración para asesinar al rey.
Mardoqueo lo comunicó a Ester, quien a su vez informó al rey y se aseguró de que su esposo supiera que Mardoqueo tenía el mérito en el asunto.
Este detalle que parece insignificante llegó a ser la clave de toda la historia. Inmediatamente el rey mandó a investigar el informe y se descubrió que era cierto, los dos eunucos que habían planeado todo, fueron colgados en una horca y este acontecimiento fue escrito en las crónicas de los reyes.
Ascenso de Amán y conspiración contra los judíos
El Rey Asuero, ascendió al malvado Amán, a un puesto más alto, todos los servidores a la puerta del rey, se arrodillaban ante Amán, y le tendían homenaje porque así lo había ordenado el Rey, pero Mardoqueo, no se arrodillaba ante él ni le rendía homenaje.
En venganza a esta afrenta buscó la manera de matar a todo el pueblo de Mardoqueo, es decir, a los judíos que vivían por todo el Reino de Asuero.
Esta noticia se corrió rápidamente trayendo dolor y duelo entre los judíos. El propio rey había firmado la sentencia de los judíos sellandolo con su anillo real.
Mardoqueo busca la manera de hacerle llegar el edicto a la Reina Esther, y la exhortara a que se presentara delante del Rey para implorar clemencia por su pueblo.
La Reina Esther, sabía que para el hombre o mujer que se acerque al Rey sin ser llamado por él, hay una sola ley: La pena de Muerte, al menos que el propio rey extendiese su cetro y permitiera la llegada imprevista.
Sabiendo Ester que su vida peligraba al presentarse ante el rey sin ser llamada pidió a su pueblo que la acompañara en un ayuno por durante tres días, clamando a Dios por esta prueba tan difícil por la que tendría que pasar, a lo que Esther contesto: …y si perezco, que perezca (Ester 4:15-16).
Al tercer día la Reina Ester, se puso sus vestiduras reales y fue a pararse frente a la sala del Rey. Ester halló gracia delante del Rey, una vez más, e invitó al rey a un banquete en su honor y Amán también estaba invitado y fue cuando al final logra su objetivo, convencer al rey de anular el plan de Aman para matar a todos los judíos.
Finalmente el rey anula el edicto y quien termina siendo ejecutado fue el propio Aman.
Ester fue una mujer que en su época jugó un papel trascendental y que hoy sirve de ejemplo a muchas mujeres por su valentía y determinación.