LOS SECRETOS DEL MOSSAD,
Uno de los servicios de inteligencia más sofisticados y temerarios del mundo abre sus secretos en esta fascinante serie documental que da mucho de qué hablar.
El Mossad es el servicio de inteligencia israelí, y como cualquier servicio de inteligencia de otro país, mantiene en el anonimato su información, los nombres de sus agentes encubiertos, sus objetivos y sus métodos; sin embargo, cuando ciertas operaciones ya forman parte del pasado, algunos detalles tienen el privilegio de salir al descubierto, despertando resentimientos y saciando la curiosidad de todos aquellos que admiran el espionaje profesional.
La serie El Mossad estrenada en Netflix, muestra las declaraciones de muchos de los directores del servicio de inteligencia israelí, personas que parecen normales a simple vista pero que han tenido una profesión que los ha llevado al límite a lo largo de su vida. La serie, dirigida por Duki Dror, nos regala al entrañable y reconocido Rafael Eitan, quien de 1950 a 1980 fue director del Mossad y que encabezó muchas de las operaciones más importantes del Estado de Israel, entre las que destaca la exitosa captura del exoficial nazi Adolf Eichmann.
La serie también nos muestra a Zvi Zamir, quien fue director del Mossad entre 1968 y 1974, y que de la manera más personal, habla sobre su experiencia en la masacre de Múnich, en Alemania, un atentado en el que 11 atletas israelíes fueron asesinados durante los Juegos Olímpicos.
De este modo, la serie conformada por cuatro episodios nos atrapa con testimonios y tomas reales y con historias de misiones tanto exitosas como frustradas. Pocas veces se tiene acceso a información tan privilegiada, lo que convierte a la serie en un tesoro de la televisión actual. Y sí, habrá quien vea el documental y sienta una profunda admiración por aquel servicio de inteligencia temible y eficaz, habrá quien juzgue sus métodos y descalifique por completo su ética o su moral, lo que es un hecho es que la serie El Mossad cuestiona, enoja o enorgullece, una serie a la que ningún espectador puede mantenerse indiferente.