La compañía israelí Viz.ai ha desarrollado una plataforma de inteligencia artificial. Foto: Pixabay/ Pete Linforth
Afortunadamente, las noticias que comienzan con la frase «Israel desarrolla nueva tecnología para salvar vidas…» nunca se agotan.
Ahora es el turno de los accidentes cerebrovasculares con obstrucciones de grandes vasos, que pueden llevar a graves consecuencias y hasta la muerte del paciente, si no son detectados y tratados en un lapso de hasta unas cinco horas.
Regularmente el proceso de detección en estos casos es dilatado, complejo y, muy posiblemente, fuera del alcance de muchos de los centros hospitalarios. En consecuencia, el prolongado tiempo invertido en el proceso de detección puede generar que el paciente afectado sufra lesiones irreversibles de por vida o hasta muera, aún después de haber sido tratado o intervenido quirúrgicamente.
Este tipo de obstrucciones de vasos mayores, conocidas por las siglas en inglés LVO, puede presentarse hasta en un 10% de los ataques cerebrovasculares, sin embargo, sus devastadores efectos pudieran significar hasta el 50% de las fatalidades.
Hasta la fecha solo existe un tratamiento preventivo, que se administra en las primeras horas del ataque, sin embargo, su efecto benéfico no aplica en los casos de LVO. La siguiente opción es la desobstrucción mecánica de las vías afectadas.
Para entonces los daños al pacientes ya se han agravado.
La compañía israelí Viz.ai ha desarrollado una plataforma de inteligencia artificial que puede predecir los casos de LVO, y acortar dramáticamente el tiempo de reacción y la aplicación de los tratamientos respectivos.
La promesa de Viz.ai no puede ser mejor. Tal como la publican en su sitio web: «Nuestro conjunto de productos, impulsados por IA, detecta y alerta a los equipos ante sospechas de apoplejía de grandes vasos […] en su red en cuestión de minutos. Los equipos de derrames cerebrales pueden consultar en tiempo real a través de una interfaz móvil compatible con HIPAA, e impulsar decisiones de tratamiento rápidas que salvan el cerebro y las vidas».
Los equipos tratantes reciben la alarma sincronizadamente en sus propios celulares inteligentes y ahí mismo evalúan la sospecha de obstrucción de grandes vasos. En su smart-phone el médico tratante tiene a la mano las imágenes y la información necesaria para dirigir el equipo y permitir que el flujo de los pasos del tratamiento se reduzca al mínimo y se agilice. La plataforma de Viz.ai ofrece además un circuito cerrado de comunicación por voz y texto entre los componentes de los equipos tratantes.
La plataforma, muy sencilla de ser auto instalada en los hospitales, ya está en funcionamiento en 300 centros en EE. UU., y en Israel se encuentra en pruebas en la región de Galilea.
Fuente: Aurora Digital