Una extraña entre nosotros (1992)
Investigando un asesinato, la detective de la ciudad de Nueva York, Emily Edén (Melanie Griffith) queda profundamente afectada por la antigua y aislada cultura hasídica.
Una madrugada cualquiera, un joven hasídico es brutalmente asesinado en su oficina situada en el distrito de comerciantes de diamantes de Nueva York.
No hay señales de forcejeo ni entrada forzada, no hay huellas dactilares y han desaparecido gemas por valor de un millón de dólares. Se le asigna el caso a Emily Edén, una detective renegada conocida dentro del cuerpo de policía de Nueva York por su dureza externa y facilidad para apretar el gatillo. Para Emily, las pruebas sugieren que el asesinato y el robo fueron perpetrados por algún miembro de la empresa. Nadie podía haber tocado a la víctima sin primero desconectar el sistema de alarma. Tenía que ser alguien a quien conocía. Para resolver el crimen, se dirige al líder espiritual de la comunidad hasídica, el «Rebbe», y su hijo, Ariel, con un plan: ella se instalará en la comunidad y vivirá como uno de ellos. De muy mala gana, aceptan su petición.