Conmemoramos cada año que en el séptimo día Pesaj, después de la partida de Egipto, que los hijos de Israel se encontraron atrapados por un lado por montañas mientras que sus inminentes captores egipcios les perseguían y frente a ellos tenían el Mar de los Juncos al que debían ingresar. El mar se divide y se seca a medida que pasan, y luego, el mismo mar, arrastra en sus aguas a los carros y jinetes egipcios.
Sin embargo, antes de este momento, la Torá relata un evento al que normalmente no prestamos suficiente atención porque parece aparentemente marginal, pero en él se encuentra una enseñanza que nos acompaña hasta hoy.
En medio del pandemonio que se produjo tanto para judíos como para egipcios la salida de tanta gente del país, Moshé se aventura a buscar la tumba de Yosef, y toma sus restos ejecutando así su deseo.
¿Por qué la Torá consideró tan importante relatar este evento? ¿Por qué en ese contexto?
Si los hermanos de Yosef habían prometido enterrarlo en la Tierra de Israel,
obviamente era necesario hacerlo, pero también podemos suponer que hicieron muchas otras cosas que la Torá no mencionó. Los restos de los hermanos de Yosef quizás también pueden haber sido traídos a la Tierra de Israel, pero la Torá no menciona nada de eso, entonces, ¿por qué la Torá considera tan importante mencionar este evento en particular?
El rav Shimshón Raphael Hirsch, expresó que el objetivo principal de la historia fue reprochar a los hijos de Israel. Llamarles a la atención y concentrar sus mentes en el objetivo de lo que estaban haciendo. Ellos acababan de presenciar gestas milagrosas e imposibles lógicamente, pero tienen miedo de emprender su viaje. ¿Son normales? Sí, así somos los humanos. Vemos y no creemos lo que sucede a nuestro alrededor.
Tan mala fue la situación que tuvieron que emprender un largo camino porque temían llegar directamente a la Tierra Prometida. Hay algo incomprensible en la actitud del grupo de esos esclavos manumitidos, acerca de los cuales sabemos que no mostraron mucho apuro por salir de la esclavitud y que según el midrash Mejilta, incluso la mayoría absoluta de ellos se quedó en Egipto.
Justo entonces, Moshé logra tomar los huesos de Yosef, la persona que, varios siglos antes, había creído que los judíos serían redimidos. “Y Yosef dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas .A. ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Yitzjak y a Yaakov. E hizo jurar Yosef a los hijos de Israel, diciendo: .A. ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.” (Bereshit 50:24-25).
Yosef es un modelo digno a seguir que puede enseñar muchos siglos después de su desaparición, sobre la fe y la creencia y de que nuestro camino es justo, incluso si debemos seguir una vía sinuosa y difícil. Él fue quien había juramentado a los hijos de Israel, “diciendo: .A. ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros” (Shemot 13:19).
El éxodo de Egipto y nuestra redención se pueden lograr de dos maneras: la primera es a través de eventos militares o políticos sin pasado y sin visión de futuro. Simplemente como resultado de condiciones sociales, económicas o geopolíticas que se presentan en una oportunidad que permite a la gente escapar huir, una oportunidad que no se ignora, como tantas gestas de muchas naciones, resultado de coyunturas complejas y convenientes. Pero, nosotros preferimos la interpretación que todo lo que nos sucede, es parte de la visión que nuestros antepasados tuvieron varios siglos antes, inspirados
en la Revelación y Testimonio en su propósito. Entendemos que el Éxodo no fue un evento aislado, separado de todo contexto histórico, sino producto de esa visión que es esperanza, certidumbre, y convicción. Moshé nunca declaró que está sacando a los judíos de Egipto porque es un líder fuerte y carismático que opera contra un opresor cruel (aunque esto es absolutamente cierto). Moshé se propone continuar implementando la visión de Yosef, que sabía que Dios los visitará, y les hará ascender a la tierra que juró a Abraham. Por eso la Torá enfatiza a la nación que no tenía fe, que Moshé se llevó los huesos de Yosef. La gente había seguido una vez a Yosef hasta Egipto, y ahora estaban llevándose los huesos de Yosef cuando van a regresar a su hogar en Israel. La visión de los soñadores se cumple irremediablemente.
Intrínsecamente vinculada con el pasado y el futuro, nuestra historia sigue una visión como parte del mensaje que transmite a las generaciones futuras.
Pasar por el mar sin ahogarse fue un fenómeno importante, pero, más significativo aún fue saber que se estaba cumpliendo con una visión que no finalizaría hasta llegar a la Tierra Prometida para construirla según los valores que habían recibido. Era más que un motivo para vencer el miedo natural