Imágenes en blanco y negro, con escenas nuevas. Parecen hacer referencia a un concepto, pero se confunden con otro “y eso está bien”. Así lo asegura Alejandra Tolcachier, directora de “Marcha por la Vida Argentina”, el programa que se compromete con la memoria de las victimas del horror que se llevó la vida de 6 millones de judíos. Y parte de ese compromiso es que no se hable simplemente de número sino de personas. De sus vidas y que de ellas se hagan raíces para formar los cimientos de las nuevas generaciones.
Este año, por primera vez en 32 años por el contexto mundial de la pandemia por el coronavirus, la Marcha por la Vida no tendrá lugar en Auschwitz-Birkenau en el Día del Recuerdo del Holocausto. “Creemos que la memoria es un valor fundamental de nuestra organización —afirma Tolcachier—. Por eso asumimos la responsabilidad de educar sobre lo que fue la Shoá con diversas acciones, llegando a las nuevas generaciones con un mensaje que los movilice, los interpele y les permita reflexionar sobre el pasado, pero también sobre el presente y el futuro”
La propuesta virtual comprende una campaña audiovisual con la presentación de dos cortos que integran “El Pasado Presente”; la campaña “Marchando por sus Vidas”, es el trabajo en conjunto con el Museo del Holocausto de Buenos Aires y a Remember Us para recordar el Día del Holocausto en Argentina y la invitación de que cada persona escriba su placa virtual en las vías de Birkenau dejando un mensaje en honor a las víctimas y sobrevivientes a través de la campaña global #NeverMeansNever de International March of the Living.
“El pasado presente”: la campaña de Marcha por la Vida Argentina por el Día del Holocausto
El Tercer Reich agonizaba. Miles de prisioneros iniciaban un viaje que creían era su salvación, pero no: pasaron del cautiverio de Auschwitz al horror de Birkenau. Durante la dura travesía de tres kilómetros, hombres, mujeres y niños hambrientos y débiles, sometidos al frío y a la nieve marcharon hacia la que más tarde se conoció como una fábrica de muerte, un plan de aniquilación que acabó con 850 mil personas. Cientos de miles murieron en la procesión bautizadas como las Marchas de la Muerte.
La Marcha por la Vida es el contrapeso de ese calvario. Es un homenaje a las víctimas del Holocausto en la que cada año, desde 1988, participan 110 delegaciones de 52 países que recorren el mismo trayecto enarbolando la vida y la memoria, a la que Argentina se sumó en 1992. Este año, luego de 32 caminatas en las que descendientes, miembros de la comunidad judía y miles de estudiantes clamaron por la memoria, esas vías quedarán por primera vez vacías. La marcha será virtual, con el corazón y el pensamiento puestos sobre los guijarros que en cada paso silencioso lloró lo que esas almas penaban.
Una de las acciones que se realizarán es la presentación de dos cortos que se unieron en el documental El pasado presente producido por Marcha por la Vida Argentina y la productora Longo Film y la agencia Geometry Argentina.
Alejandra Tolcachier es directora de “Marcha por la Vida Argentina”. En 1992, fue parte de la primera delegación argentina en Polonia. Afectada por lo que vivió allí pensó en no volver, pero regresó con la convicción de llevar la memoria como mensaje. Desde 1999 participa en cada marcha.
En esa conjunción de imágenes, en blanco y negro, se verá a un hombre con el brazo extendido, a contraluz, recto, altivo. El primer significado, la idea o concepto evocado en nuestra mente, será el saludo nazi. No lo es. Un nadador antes de saltar a una onda pileta es el protagonista de esa fotografía. Otro será el hombre que, en una barbería de Buenos Aires, deja cortar su bigote. El juego con los sentidos está dado.
“Ver al nadador con el brazo extendido e interpretarlo como el saludo del movimiento nazi o al hombre de la barbería y ver el bigote de Adolf Hitler nos deja el mismo mensaje: quien lo ve vuelve a imágenes que sucedieron en el pasado sobre situaciones que ocurren en el presente. Esto es como decir: ‘no es lo que parece, pero si lo pensaste ¡está bien!’. Lo que queremos incentivar con esto es una sociedad más justa, un futuro mejor, recordando lo que fue el Holocausto judío hace 75 años. Esa es la propuesta”, subraya Tolcachier al explicar de qué trata el audiovisual.
En otro tono, la directora de Marcha por la Vida Argentina se lamenta porque este año no habrá marcha como en los 32 años anteriores. “El 2 de mayo de 2019, en Buenos Aires hicimos una marcha en el Rosedal de Palermo, este año trabajamos junto al Museo del Holocausto de Buenos Aires y a Remember Us para recordar el Día del Holocausto en Argentina con ‘Marchamos por sus vidas’. También nos sumamos a la campaña global #NeverMeansNever de International March of the Living, para llevar un mensaje en honor a las víctimas y sobrevivientes”, cuenta.
“Lo que se vive allí es movilizante. Es una emoción movilizante y los jóvenes regresan muy comprometidos a mantener activa la memoria”, asegura Tolcachier sobre la experiencia de estar en Auschwitz y Birkenau.
Este año, el calendario gregoriano hace casi coincidir dos fechas importantes para la historia del pueblo hebreo: se cumplen 77 años del Levantamiento del Ghetto de Varsovia y 75 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Por eso, las propuestas de conmemoración serán desde el domingo 19 hasta el jueves 23 de abril.
“Este 19 de abril, en el calendario gregoriano, se recuerda al Levantamiento de Varsovia, por eso era una fecha importante que queremos recordar. La propuesta para el martes 21 es publicar una foto con una de las placas propuestas y con las que queremos generar acciones durante toda la semana”, dice. Las placas ya están a disposición (ver abajo: Una placa virtual en las vías de Birkenau).
“Nuestra intención no es solamente quedarnos en el Holocausto sino dar un mensaje universal para que podamos tener un mundo mejor, en el cual podamos vivir aceptando las diferencias con el otro”, agrega Tolcachier y adelanta que los cortos que se presentarán este domingo habían sido originalmente pensados para lanzarlos este año, al cumplirse, el 8 de mayo, los 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.
“Ese día terminó formalmente, pero pensamos que en este contexto sería bueno presentarlo ahora y desde allí seguir trabajando sobre la importancia y el compromiso de la memoria contra la discriminación e intolerancia”, cuenta la licenciada Tolcachier y agrega: “Para nosotros es muy importante que no este no sea un día más sino que el Holocausto se siga recordando para comprometernos con la memoria no solamente con lo que pasó sino para comprometernos con el presente y el futuro porque fueron hechos que pueden seguir ocurriendo ya que todos los acontecimientos que se relacionan con el odio y el racismo hacen que hechos como el holocausto puedan volver a darse”.
A ellas se refire Tolcachier: “Hanka y otros sobrevivientes elaboraron material para la marcha virtual. En el país aún hay sobrevivientes, pero son todos muy grandes de edad, tiene entre 90 y 94 años y aún así siguen dando su testimonio, relatando sus experiencias a los jóvenes y lo que se escucha siempre es el alegato que tienen con la vida. No hablan de rencor, no hablan de violencia sino que transmiten el poder de educar a los jóvenes y escucharlos es una experiencia muy conmovedora”.
Bajo el lema “Marchando por sus vidas. Que seis millones no sea sólo un número”, la comunidad judía marchó en 2019 por el Rosedal de Palermo. Este año la consigna será “Marchemos desde casa” con el mismo objetivo de recordar a los sobrevivientes y a las victimas.
“Creemos que la memoria es un valor fundamental de nuestra organización. Por eso, asumimos la responsabilidad de educar sobre lo que fue la Shoá con diversas acciones, llegando a las nuevas generaciones con un mensaje que los movilice, los interpele y les permita reflexionar sobre el pasado, pero también sobre el presente y el futuro. Marchemos juntos, cada uno desde su casa”, invitan los organizadores.
Además, habrá un encuentro Virtual con el Mario Sinay, educador y pedagogo del Holocausto, guía de Marcha por la Vida Argentina y exdirector del Departamento de habla hispana de Yad Vashem. El evento será vía Zoom el jueves 23 de abril a las 18:30.
Desde el viernes 24 de abril, podrá escucharse vía Spootify el poscast #EnMarcha, al que se accede desde este enlace.
El Proyecto de Placa Virtual de March of the Living es una iniciativa a nivel mundial que tiene el objetivo de dejar un mensaje en nombre de las víctimas del Holocausto, los sobrevivientes y a las generaciones jóvenes en las vías del campo de exterminio Auschwitz – Birkenau. Se lo hace de esta manera porque este año, a causa de la pandemia originada por el COVID-19, la marcha no se realizará.
“Después de consultar con los organismos y funcionarios de salud relevantes, es con gran pesar que nos vemos obligados a anunciar el aplazamiento de la Marcha por la Vida de este año en Polonia”, dijo en un comunicado Shmuel Rosenman, presidente de March of the Living World, para informar que este año la marcha sería “desde casa”.
A ello agregó que “nuestra principal preocupación es la salud de los muchos participantes y los sobrevivientes del Holocausto que se unirían a ellos. Dado que este es un evento internacional que involucra a 110 delegaciones de todo el mundo, tenemos la responsabilidad de tomar medidas de precaución de acuerdo con las directrices dadas por las autoridades en varios países”.
En los últimos 32 años, desde que se inició la marcha, más de 300.000 personas de 52 países recorrieron la ruta de la marcha, las vías del ferrocarril de 3,2 kilómetros de largo desde Auschwitz a Birkenau, en homenaje a la mayor pérdida en la historia del pueblo judío y la humanidad.
Cada año, miles de placas quedan, a modo de homenaje, en las vías del tren. Este año serán virtuales. La propuesta es que quienes deseen dejar su homenaje descarguen su placa (en este enlace), la complete con sus datos personales, escriba un mensaje e hasta 300 caracteres en honor de las victimas y sobrevivientes del Holocausto y la comparta la placa en sus redes sociales con el hashtag #NeverMeansNever.
“Únase a nosotros para honrar a quienes perdimos en la Shoah y comprométase a luchar contra el antisemitismo y racismo”, dice la invitación a todas las personas que deseen participar.
A poco de cumplirse un mes de aislamiento social preventivo en Argentina, las primeras comparaciones entre quienes padecen el encierro, es lo que padeció Ana Frank, la niña que dejó testimonio sobre el confinamiento en el que vivió por 25 meses junto a su familia, los Van Pels y el odontólogo Fritz Pfeffer.
“Es muy recurrente escuchar la asociación de los jóvenes de esta cuarentena con el cautiverio de la niña y con lo que vivieron muchos adolescentes durante la invasión nazi. Ellos escucharon los testimonios de sobrevivientes que les contaron que estuvieron dos o tres meses e incluso años, escondidos, encerrados en un sótano sin estar conectados, lejos de sus casas, sin abrigos… Creo que esta cuarentena puede llegar a ser la cara de lo que significa no tener la libertad, no poder salir, no poder hacer lo que se quiere. De alguna manera esta situación crea empatía para acercarnos a lo que ellos vivieron”.
Desde la literatura, Ana Frank nos acerca a sus vivencias cuando describe su diario la guardilla y cuenta que debía compartir un espacio reducido con otras ocho personas. “Esto es parecido a lo que nos está pasando durante este aislamiento y en esa comparación se genera la empatía y se crea un acercamiento con lo que fue el Holocausto. Eso logra que los más jóvenes se acerquen al Holocausto para generar vínculos desde interpelarlo hasta pensarlo hoy en día”.
Fuente: Infobae