Cuando uno lee o escucha el ataque sistemático a Israel desde las plataformas antisemitas o judeofóbicas no puede dejar de sonreír, ya que pasó a ser tan viejo y perimido ese recurso que la bronca y el enojo se convirtió en lástima por aquel que escupe el insulto.
Es repetitivo enumerar todos los descubrimientos de Israel o de los científicos judíos sobre vacunas o elementos que cambiaron el rumbo de la humanidad; las innovaciones en el ámbito de la tecnología; la psicología, la salud y la ciencia desarrolladas y que se utilizan en todo el planeta. Mientras tanto, el Estado Judío sigue sufriendo ataques terroristas y cuidando sus fronteras como ningún otro país del mundo, ya que está rodeado en un 90% por estados que lo quieren hacer desaparecer. En la era de las redes sociales, son publicaciones diarias el antisemitismo y la judeofobia, y en las organizaciones centrales le votan resoluciones en contra todo el tiempo.
¿Qué hace Israel contra eso? Avanza, sigue investigando, descubriendo e innovando.
Hoy el mundo entero está agobiado por una pandemia que lo tiene acorralado. El COVID-19 llegó para quedarse y tomó de sorpresa al universo en su totalidad. La vacuna no existe por ahora. Pero si hacemos un ejercicio y buscamos lo que hicieron los diferentes países del mundo para combatir este flagelo, solo encontramos el aislamiento como único remedio. ¿Qué hizo Israel? ¿Aislamiento? Sí, pero además…
Esto es real. En 30 días no sólo atendió a sus enfermos sino que paralelamente busca las soluciones al virus (vacuna), genera recursos para mejorar la calidad del enfermo y acelera los test, entre otras cosas. Hoy tiene la tasa de mortalidad más baja con respecto a los contagiados. Y ayuda con reactivos a los habitantes de Gaza. No tiene la vacuna pero busca los mejores remedios.
Quizás nunca nadie que se alinee detrás del antisemitismo lea esta nota (hasta se llegó a decir que «los judíos» inventaron el virus para vender la vacuna), y siga repitiendo como loro algo que lo expone en el ridículo y nunca lo entienda.
Aunque el virus vino para igualar al rico con el pobre, a las potencias con los subdesarrollados, lo que marca la diferencia es la manera de enfrentarlo. Y en el siglo XXI hay un país, Israel, que marca el camino pese al antisemitismo, la judeofobia y el terrorismo, otro virus que lo viene azotando desde el día que nació y que lo enfrenta de la única manera que sabe hacerlo: con el cerebro, creación e inteligencia. Sin ninguna duda, su mejor vacuna.
Por Gustavo Szpigiel – Director de Vis á Vis