Testimonio de Jeannine, la hija de un sobreviviente de Auschwitz: Hirsz Litmanowicz

Hirsz Litmanowicz   nació en Polonia. A los 12 años, a ser el menor y unico sobreviviente de su familia, fue enviado a un orfanato en Francia.

Años despues localizó a una tia en Perú  y a los 20 años fue a vivir con ella.

Su hija  Jeannine que vive en Israel, me dió su testimonio de la ultima visita a Auschwitz  hace unos dias

– CUANDO SALI DE AUSCHWITZ

Algunos de ustedes sabrán que voy (iba antes del corona) muy seguido a Polonia a ver a mis nietos que viven alli. El penúltimo viaje, en enero, fue para celebrar con mis nietos el

Día de los Abuelos, donde participé en sus celebraciones, ya que ellos son los únicos niños que no tienen abuelos en Polonia… volví a Israel y al dia siguiente me volví  a embarcar, esta vez tambien a Polonia, destino Krakow para reencontrarme con mi padre y hermano que venian de Peru invitados por el Congreso Judio Mundial a la conmemoración   en Auschwitz del 75 Aniversario de la Liberacion del Campo. Como siempre, visita de 3 dias y vuelta a casa… llegué con mi hermana directo de Israel y el domingo 26, despertamos y mi papa, hermano y mi hija ya habian salido a Auschwitz con los periodistas y miembros del Congreso Judio para hacer el recorrido del nefasto campo y hablar sobre sus experiencias como prisioneros alli. Por la tarde temprana, antes de la cena de recepción  , llegó  mi yerno al hotel y nos informó que mi Papá  tuvo un infarto en pleno campo, fue trasladado de urgencia al hospital de alli y esta en la ICU despues de una procedura por salvarle la vida. Sin decir mas, volamos a ver a  Papá  , mas de una hora de viaje. Los medicos le salvaron la vida y estaba reposando… las celebraciones pasaron sin el y mis hermanos volvieron cada uno a su destino. Me quede yo… y me mude a Auschwitz. A pasar de haber visitado el campo antes, esta vez me quede en la ciudad, cuidando de mi padre. El hotel era un lugar que anteriormente fue un club de recreo de los nazis, con fotos escalofriantes de aquella epoca y viendo como las familias de estos la pasaban tan bien mientras frente a ellos exterminaban a las gentes… en la noche podia ver siluetas por la ventana de los miembros de mi familia que quedaron alli… sus cenizas en el aire… y por la mañana desayunaba y volaba en un taxi para ver cuanto menos el letrero “ARBEIT MACHT FREI” frente a mi… 500 metros de caminata que podria haber gozado estando en otro lugar… el hospital, un lugar triste, de pueblo… y de pueblo llamado Auschwitz… mi papa me dijo que no podia dormir de noche porque sentia a su familia alli, era algo que no pudo superar, una angustia indescriptible. Abri la cortina de su cuarto para que viera lo que hay alrededor, casas oscuras y de la epoca pre guerra… miro y me dijo… “son las casas de los SS que dormian fuera del campo”. Unos metros separaban la vida de la muerte… unos iban a trabajar y otros iban a morir en este mismo lugar! La vida y la muerte se confundian en una ciudad donde solo el nombre da escalofrios…mi papa fue el primer sobreviviente que los habitantes de Auschwitztuvieron contacto directo. En la ambulancia que lo trasladaron desde el campo al hospital, le quitaron la ropa para hacerle un revival urgente, cuando vieron su numero en el brazo, los paramedicos lloraron…en el hospital lo acogieron con mucho cariño y respeto, no atinaban a entender como un niño de 8 años llego a este campo de exterminio con su familia y solo el salio con vida… el trauma de mi estancia, la soledad del hotel y las circunstancias de lo ocurrido… y por otro lado, la amabilidad y altruismo con que el personal medico trato a mi padre en esos dias, no deja de dejarnos pensar que queda gente con humanismo en Auschwitz, a pesar de todo… hoy, YOM HASHOA… después de haber recorrido ese campo nefasto hace años, después de haber acompañado a mi padre en esos días de fin de enero/febrero, de imaginarme que los Nazis venian a chequearme en la habitación del hotel… y después de agradecer al staff medico de aquel hospital, puedo decir que sali con vida de esa experiencia… y mi padre burló  la muerte alli dos veces… a los 8 y a los 88 años. Les acompaño fotos y parte de la entrevista en el campo, con Ronald Lauder, quien organizo esta visita. Debemos preservar la memoria de nuestros seres queridos, porque esta generación se va… y los recuerdos serán nuestro legado para para que no olviden nunca

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