MILTON FRIEDMAN, PREMIO NOBEL DE ECONOMIA EN 1976

PADRE DEL LIBERALISMO MODERNO
Milton Friedman nació en Nueva York, 31 de julio de 1912. Fue un estadístico, economista e intelectual estadounidense de origen judío ganador del Premio Nobel de Economía de 1976. Profesor en la Universidad de Chicago, fue uno de los fundadores de la Escuela de Economía de Chicago, una escuela económica de economía clásica defensora del libre mercado. 
Junto a John Maynard Keynes, Friedman es considerado el economista más influyente del siglo xx. Junto a Henry Simons y George Stigler, es el principal representante de la llamada Escuela de Chicago, grupo de economistas para quienes los mercados competitivos libres de la intervención del Estado contribuyen a que el funcionamiento de la economía sea más eficiente.
Considerado uno de los más grandes economistas de su época, Milton Friedman recibió multitud de honores, incluido el Premio Nobel de Economía (1976). 
Sus postulados fueron la base de las políticas liberales que se establecieron en algunos países en la década de 1980: fueron adoptados por el Gobierno  de Ronald Reagan en Estados Unidos. y por el de Margaret Thatcher en el Reino Unido. De hecho, en las ideas de Friedman y, en general, de la Escuela de Chicago, se halla el fundamento teórico del denominado neoliberalismo actual.
Friedman nació en el barrio neoyorquino de Brooklyn fue el cuarto y último hijo de una familia judía humilde formada por Sarah Ethel y Jeno Saul Friedman, inmigrantes judíos procedentes del centro de Europa. 
Su padre murió teniendo Friedman la edad de quince años. A pesar de ello, y debido al gran esfuerzo económico realizado por su familia y él mismo costeándose sus estudios, Friedman cursó Economía en la Universidad Rutgers.
Tras ello regresó a Chicago para colaborar como investigador con Henry Schultz en mediciones de la demanda.
Tras una breve estancia en Columbia, donde mejoró su formación matemática, Friedman regresó a Chicago para colaborar como investigador con Henry Schultz en mediciones de la demanda. 
En 1935 empezó a trabajar para la Asociación Económica del Comité de Recursos Naturales y en 1937 dejó el puesto para incorporarse a la Oficina Nacional de Investigación Económica, en la que estudió las estructuras de ingresos de las profesiones liberales.
En 1941, con la entrada estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, fue destinado al departamento del Tesoro, donde se encargó de la política fiscal durante el periodo de guerra. 
En 1943 fue nombrado director de la Asociación Estadística de la Universidad de Columbia, en la que se ocupó de problemas relacionados con la producción militar.
En 1945 se trasladó como docente a la Universidad de Minnesota y un año más tarde, con la guerra terminada, accedió a la plaza de profesor de Teoría Económica en la Universidad de Chicago. 
La docencia en esta institución le sirvió para investigar sobre aspectos monetarios, a los que sumó sus observaciones de los ciclos de negocio en colaboración con la Oficina Nacional de Investigación Económica.
Durante los años cincuenta, Friedman viajó a Europa como asesor del Plan Marshall, para el que investigó sobre los tipos de cambio, y en 1953 obtuvo una beca Fullbright, que le permitió una estancia en la Universidad de Cambridge, donde existía entonces un amplio debate en torno a las ideas keynesianas.

A lo largo de los años sesenta continuó con su labor docente en Chicago y con sus investigaciones sobre aspectos monetarios, y además sumó la asesoría económica para candidatos del Partido Republicano como Richard Nixon. 
En 1976 inició su colaboración como profesor para el Instituto Hoover de la Universidad de Stanford (California) y en 1977 se retiró de la cátedra en la Universidad de Chicago. De cualquier forma, continuó vinculado a ambas instituciones, a las que apoyó con su valía intelectual.
Fue consejero no oficial del presidente Richard Nixon, y tanto el también presidente Ronald Reagan como la primera ministra británica Margaret Thatcher fueron receptores de sus posiciones teóricas. 
Sin embargo, en los primeros años de la década de los ochenta, Friedman se mostró muy crítico tanto con el gobierno británico como con el estadounidense. Al primero lo responsabilizó de haber «logrado» tres millones de parados, y al segundo de practicar una política monetaria «zigzagueante».
En 1976 la Academia sueca le concedió el Premio Nobel de Economía por sus estudios en las esferas del análisis del consumo, de la historia y la teoría monetaria, así como de la política de estabilización económica. 
En 1988 recibió la Medalla de la Libertad, la más alta condecoración civil de Estados Unidos, de manos de Ronald Reagan.
Las ideas económicas de FriedmanLa política económica que los gobiernos occidentales aplicaban al terminar la Segunda Guerra Mundial seguía los criterios de los economistas de la escuela keynesiana, así llamada por su iniciador, el economista británico John Maynard Keynes.
Para los keynesianos, el Estado debe dirigir la economía, y de hecho ha de ser uno de los principales inversores, para asegurar a la población unos bienes mínimos que permitan mantener un elevado ritmo de consumo. De esta forma, el consumo anima la producción, con lo cual el crecimiento económico debería ser continuo y se prevendrían las grandes recesiones. 
Friedman criticó estas teorías y consideró que su aplicación en Estados Unidos terminaría con el llamado sueño americano.
A diferencia del keynesianismo, las teorías económicas de la Escuela de Chicago, o Escuela Neocuantitativa, se basaban en la reivindicación del liberalismo neoclásico de Adam Smith. 
Sostenían que el mercado es la única fuente de riqueza. Los beneficios de las empresas serían los únicos generadores del crecimiento económico, que, según ellos, se produciría sólo cuando el mercado pudiese funcionar con total libertad. 
Desde este punto de vista, el Estado no sólo debería dejar de ejercer un papel principal como inversor, sino que debería animar a los particulares a invertir, para lo cual debería rebajar los impuestos, pues éstos retraen la inversión y disminuyen los beneficios.
Friedman criticó el gran tamaño adquirido por el sector público en los países occidentales, denunciando la distorsión que la intervención estatal introduce en el funcionamiento de los mercados. 
Propuso desmontar el Estado de bienestar y dejar que actúen libremente las leyes de la oferta y la demanda, volviendo a la pureza original del sistema que definiera Adam Smith. 
Recuperando viejas ideas, actualizó la teoría cuantitativa de la moneda, denunciando los efectos inflacionistas de las políticas expansivas keynesianas. Sin embargo, defendió al mismo tiempo medidas de protección contra la pobreza, como un impuesto sobre la renta con tramos negativos para los ciudadanos de menores ingresos.
La principal novedad que aportó la llamada Escuela de Chicago radicó en la importancia que daba a la influencia de la masa monetaria en el crecimiento económico. 
Considerando la economía como una ciencia empírica, Milton Friedman y Anna Schwartz, en su libro Historia monetaria de los Estados Unidos, trataron de demostrar que la rápida expansión de la masa monetaria es la causa de la inflación, mientras que una brusca retención es la causa principal de las crisis más profundas. 
A partir de esta aportación se concluía que el papel del Estado en la economía debe limitarse al control de la masa monetaria en circulación.
Otras obras destacadas de Friedman, en las que expuso sus teorías económicas, son Una teoría de la función del consumo (1957), Dinero y desarrollo económico (1973) y Teoría de los precios (1976). Escribió además varias obras divulgativas escritas en colaboración con su mujer (Capitalismo y libertad, 1962; Libertad de elegir, 1980).
El 14 de octubre de 1976 se anunció que Friedman recibiría el Premio Nobel de Economía «por sus logros en los campos del análisis del consumo, historia y teoría monetaria y por su demostración de la complejidad de la política de estabilización». 
El diario estadounidense The New York Times publicó una carta de dos Premio Nobel, George Wald (Medicina) y Linus Pauling (Química y Paz), en la que criticaban al comité de premiación por “una deplorable exhibición de insensibilidad” al otorgarle el premio a Friedman. 
Se sumaría también el nobel Salvador Edward Luria que calificaba la decisión del comité como “perturbadora” y “un insulto para la gente de Chile que cargaba con las reaccionarias medidas económicas avaladas por Friedman”. 
En diciembre, cuando Friedman viaja para recibir el premio, se produjeron múltiples y masivas manifestaciones. 

En 1976 se traslada a San Francisco para integrarse a la Institución Hoover, donde siguió defendiendo la libertad económica. 
En 1998 escribe un libro junto a su esposa, titulado Dos personas con suerte, donde relata sus memorias. A los 91 años en una nota periodística para el Financial Times Friedman renegaría de su propia teoría del monetarismo, y diría: «El control sobre la masa monetaria como un objetivo en sí mismo no ha sido un éxito. Hoy en día ya no creo en ello, como lo hice alguna vez».
Falleció a causa de un ataque cardíaco el 16 de noviembre de 2006, a los 94 años, en un hospital próximo a la ciudad de San Francisco, donde residía desde finales de la década de los años 70.

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