LA CENA

Un cura invita a un rabino a comer. Cuando están sentados a la mesa les traen un pernil de cerdo a cada uno. 

El rabino dice: Yo no como cerdo, y el cura saboreando la carne le responde: Oh, no sabe lo que se pierde. 
El rabino sólo estuvo mirando como comía el cura y estaba molesto. 
Llegó la hora de retirarse y el rabino dijo: Tengo que irme, así que déle mis saludos a su esposa, a lo que el cura respondió: Yo no tengo esposa, nosotros no nos casamos. 
El rabino, con una pícara sonrisa, le respondió: Oh, no sabe lo que se pierde.

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