Esta semana se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de Moshé Dayan, el general israelí convertido en ícono histórico global, valiente, a veces controvertido y con muchas facetas, entre ellas una poco conocida, la de corresponsal periodístico en la guerra de VietnamDayan, quien nació el 20 de mayo de 1915 en el kibutz Degania Alef, en ese entonces una colonia de pioneros judíos cuando la región todavía estaba bajo control otomano, se encontraba en 1965 en una situación política y personal complicada.
Entre 1953 y 1958 había sido el comandante en jefe de las fuerzas militares israelíes, y entre 1959 y 1964 ministro de Agricultura. Pero en 1965 cometió el «error político» de unirse al Rafi, el flamante partido creado por su mentor, David Ben-Gurión.
En las elecciones de noviembre de ese año, el Rafi fue prácticamente un fracaso, consiguiendo apenas diez escaños en la Knesset, el parlamento unicameral de 120 bancas.
Así, Dayan pasó de líder militar y ministro a miembro de un pequeño partido de la oposición.
«Un año después, recibió una oferta que no podía rechazar: una propuesta del diario Maariv para volar a Vietnam del Sur y unirse a las tropas estadounidenses en el campo como reportero», relata en un artículo de la Biblioteca Nacional de Israel el historiador Chen Malul.
La posibilidad de trasladarse al escenario de la polémica guerra que acaparaba la atención del mundo fue irresistible para Dayan, quien partió de Israel sin siquiera pedir permiso a las autoridades y en medio de fuertes críticas.
Muchos en Israel pensaban que la presencia de un dirigente de tan alto perfil en Vietnam del Sur podía considerarse un gesto de apoyo a la política estadounidense en el sudeste asiático, otros simplemente creían que el militar estaba actuando sin respetar las jerarquías políticas.
De todas maneras, Dayan salió de Tel Aviv con un intenso trayecto antes de llegar a Vietnam: primero rumbo a París -adonde se reunió con militares franceses que habían participado en el conflicto de Indochina-, luego Londres, para entrevistarse con el mariscal de campo Bernard Montgomery, y finalmente Washington.
Antes de salir de Israel, Dayan le explicó a un periodista del diario Davar que su viaje no debía interpretarse como una expresión de «solidaridad u oposición con las acciones de Estados Unidos» en el país asiático.
«Viajo a Vietnam para ver los aspectos políticos y militares de lo que se está pasando allí, y creo que podré aprender mucho durante mi visita«, agregó.
Tras el periplo París-Londres-Washington, el general israelí llegó a Saigón el 25 de julio de 1966. Allí debió pasar por la rutina de la acreditación periodística y las entrevistas con los oficiales de relaciones públicas.
Finalmente, Dayan logró ser integrado como reportero a unidades de combate, primero con el séptimo escuadrón de la segunda brigada de la Primera División de Infantería de Marina y más tarde con los «Boinas Verdes», las fuerzas especiales del ejército estadounidense.
Malul cuenta que a pesar de su edad (el israelí tenía 51 años en ese momento), los escoltas estadounidenses de Dayan «entendieron que este periodista al que le faltaba un ojo había visto una o dos batallas en su vida» y era capaz de mantener el ritmo de marcha.
De hecho, dice el historiador, el general «no dudó cuando se trataba de acercarse a las líneas del frente, que cambiaban con frecuencia, emboscarse, cruzar ríos o sumergirse en charcos de lodo y sudor».
Tampoco tenía problemas en manifestar sus puntos de vista. En base a las memorias que el general escribió sobre este viaje, Malul señala que Dayan estaba convencido de que, la de Vietnam, era «una guerra de apariencias», en la que las fuerzas del norte «estaban pagando un alto precio por su intento de desafiar a la superpotencia».
Dayan dijo que Estados Unidos estaba en Vietnam «para demostrar su poder y la firmeza de sus decisiones a todos (incluidos Inglaterra, Francia, la Unión Soviética)» y para dar a entender que «cuando los norteamericanos entran a una refriega, son invencibles».
Sin embargo, al final de su viaje de dos meses, el general israelí había refinado su punto de vista. Más allá de las apariencias que estaba defendiendo, para Estados Unidos la guerra de Vietnam era «una causa perdida», escribió.
Dayan «estimó que el ejército de Estados Unidos tenía la fuerza necesaria para destruir el Vietcong, pero nunca sería capaz de desarraigar el apoyo y el afecto que la mayoría de los residentes del país tenían por la batalla de los del Norte por la independencia», señaló Malul.
Pocos meses después de regresar de Vietnam, Dayan fue nombrado ministro de Defensa a principios de junio de 1967, justo a tiempo para la Guerra de los Seis Días y para entrar a los libros de Historia