LA MUSICA DE LA ALEGRÍA Y DEL DOLOR
La música siempre acompañó el devenir del pueblo judío. En la Torá vemos varias referencias musicales, en especial con el rey David. En cada región del mundo donde vivieron, los judíos crearon música, absorbieron influencias regionales y la utilizaron para acompañar sus momentos de alegría y tambien los de tristeza. El klezmer es un género musical étnico originado en la tradición askenazí de Europa del Este.
Se desarrolló rápidamente en las comunidades judías existentes en el siglo 19 peto tiene antecedentes varios siglos antes. Los klezmorim eran sus intérpretes, músicos o agrupaciones musicales profesionales o aficionados. La música klezmer constaba principalmente de melodías de baile y muestras de piezas instrumentales para bodas y otras celebraciones en sus principios, consolidándose posteriormente como género musical independiente con características únicas y bien definidas.
En la actualidad, la música klezmer todavía es interpretada en casi todo el mundo, y su esencia y sonido permanecen prácticamente inalterados.
Surgió durante la Baja Edad Media, en las comunidades judías de Europa Oriental, basado en melodías y canciones tradicionales judías tanto religiosas como seculares.
Algunas composiciones armónicas influenciadas mayormente por la música tradicional rumana (predominantemente de Moldavia, particularmente Besarabia y la región rumana de Bucovina); también están presentes influencias musicales griegas, ucranianas y turcas.
Se fue popularizando en las celebraciones judías, especialmente bodas, en Europa oriental. Se fue consolidando como género independiente, dejando de ser accesorio y creando un estilo propio.
Instrumentos comunes: Violín, Címbalo o Dulcémele, Clarinete, Acordeón, Trombón, Trompeta, Mandolina, Piano, Percusión.En la palabra Klezmet se unieron dos palabras para componer un solo instrumento + canción/melodía. El término klezmer se refería originalmente a los instrumentos musicales con los que se interpretaba esta música; la etimología nos hace imaginar que los instrumentos reemplazaron progresivamente a las voces.
Para Giora Feidman, klezmer significa que los instrumentos son esencialmente los altoparlantes de la voz interior que canta en el alma de todos.
El término se extendió posteriormente, a mediados del siglo XVII para denominar a los músicos mismos, que hoy son llamados klezmorim. De los siglos XVI al XVIII palabras más antiguas como lets (bufón,juglar) cedieron el paso.
En un manuscrito del siglo XVI, descubierto en la genizah de la sinagoga Ben Ezra en El Cairo, y preservado en The Trinity College of Cambridge, el término klezmer, califica por primera vez al músico en vez de al instrumento. Para el siglo XVII, se podían distinguir entre funciones de klezmorim (músicos), letsonim (artistas y animadores públicos), badkhonim (maestros de ceremonias en las fiestas nupciales) y jazanim (cantores de sinagoga). Desde entonces esta calificación existe en muchas canciones yiddish antiguas y nuevas. Pero en el argot klezmer ‘klezmerloshn’, un músico preferiría llamarse a sí mismo ‘labushnik’ o, en una especie de inversión de sílabas: ‘balshnik’. Opuesto al ‘muzikant’, el klezmer, era un músico que no leía notación y que tocaba música tradicional de oído.
El término klezmer era preferible para un músico judío en contraste con la denominación “muzikant”, del cual desistían como reacción (eran dos conceptos mutuamente excluyentes). La palabra klezmer para designar al intérprete, se abrió paso en Alemania sólo hasta el siglo XVIII, con el influjo de músicos judíos de Bohemia y Polonia. Esta distinción permaneció hasta fines del siglo XIX, cuando se admitieron judíos en los conservatorios de Rusia y el Imperio Austro-Húngaro.
No fue sino hasta el siglo XX que el término se fue usado para identificar el género musical. La expresión klezmerishe muzik (música klezmer), fue introducida en 1938 por el famoso musicólogo Moshe Beregovsky (1892-1961) en su libro Yiddishe Instrumentalishe Folksmuzik (1937) y adaptado al hebreo musikah klezmerit (מוּזִיקָה כְּלֵיזְמֶרִית) por Walter Zev Feldman y Joachim Stutchevski. Al comienzo, las grabaciones y escritos del siglo XX, se referían a menudo al estilo como “Música Yiddish”, aunque algunas veces llamada música Freilekh (música alegre). La primera grabación en usar el término klezmer para referirse a la música, fue la influyente obra Jewish Klezmer Music de Andy Statman y Zev Feldman.
Esta música está intrínsecamente vinculada al destino del pueblo judío a través de los siglos: la diáspora, las expulsiones, las migraciones, las persecuciones, los guetos, los asedios, eran parte de la vida cotidiana de las comunidades judías. La música judía en general, compila una enorme variedad de manifestaciones a lo largo del tiempo, su existencia data desde las posibles manifestaciones musicales tribales, pasando por la música vocal de los levitas en la Jerusalén e incluyendo el resurgimiento del género klezmer.
El Tanaj contiene varias descripciones de orquestas y levitas interpretando música, pero después de la destrucción del Segundo Beth Hamikdash o Templo de Jerusalén, en el año 70 E.C., y la consiguiente diáspora, muchos rabinos, mediante órdenes halájicas desalentaron el uso de instrumentos musicales; exceptuando el shofar durante los días sagrados de Rosh Hashanah y Yom Kippur.
Los salmos compuestos por el rey David son quizá unas de las primeras piezas estructuradas de música, donde los cambios de modo, tiempo y dinámica se presentan claramente. Los salmos son himnos que alaban al creador. Como las canciones modernas, los salmos reflejan los hechos que ocurrían en la vida diaria a nivel personal y social. Los salmos son el núcleo del ritual litúrgico judío y eran cantados por los levitas en el templo de Jerusalén, los salmos constituyen una clara conexión entre música instrumental y liturgia.
Desafortunadamente, no se sabe como sonaba esta música, pues no existía notación musical escrita en esos tiempos. Después de la destrucción del Segundo Templo, ni una sola nota de dichas melodías sobrevivió.Lo más cercano a la notación musical en la tradición judía son los טעמי המקרא (ta’amey hamikra’) o acentos de lectura, que son indicadores de la cadencia ritual de las lecturas del Tanaj en los servicios de la sinagoga. La cadencia se da de acuerdo con las notaciones, signos o marcas especiales impresos en el texto masorético para complementar las letras y los puntos de vocalización, algunos de estos también eran usados en algunos manuscritos medievales de la Mishná. Un propósito primordial de los signos de acento es guiar la inflexión de los textos sacros durante el servicio de adoración público. Los signos de acentuación indican tres tipos de acentuación. La primera es la acentuación tónica, indica la sílaba específica donde cae el énfasis de la pronunciación de una palabra. La segunda es la acentuación sintáctica, divide las frases o versos en unidades de significado menores. Esta función se cumple a través del uso de variados signos conjuntivos (que indican que la palabra debe estar conectada en una sola frase) y especialmente una jerarquía de signos divisores de variada fuerza, que divide cada verso en partes menores. La función de los acentos disyuntivos puede ser comparada con los puntos, comas, punto y coma, etc. La tercera acentuación es la musical, los signos de acentuación tienen valor musical: leer el Tanaj con acentos se convierte en un canto, donde el ritmo se convierte en instrumento para ponderar la acentuación y la sintaxis apropiada. Los motivos musicales asociados con los signos son conocidos en hebreo como niggûn נִגּוּן . Estos modos musicales para leer el Tanaj, inspiraría los motivos musicales usados en la plegaria o shteyger de los cuales está a cargo el jazán o cantor de sinagoga.
La destrucción del Segundo Templo de Jerusalén, marcó el inicio de un período de luto colectivo donde el disfrute de la música instrumental quedó vetado. De ahí en adelante, en la sinagoga, la música instrumental fue sustituida por el canto del jazán. Desde el luto que le siguió, la prohibición de música instrumental impidió el florecimiento musical. Sin embargo, la música se destinaba a acompañar eventos alegres seculares, pero también celebraciones religiosas alegres (simkhes) como bodas, ceremonias de circuncisión o inauguraciones de sinagogas y nuevos rollos de Torah.La importancia de animar las bodas no disminuyó, y los músicos que vinieron a llenar ese nicho, fueron los klezmorim. El primer músico klezmer conocido fue Yakobius ben Yakobius, un intérprete del aulós en Samaria en el segundo siglo E.C.
La prohibición de música instrumental se suavizó de algún modo (un milenio después). En la Europa Medieval los klezmorim o agrupaciones musicales judías, eran preferidas a menudo por la nobleza cristiana, esta preferencia combinada con el prejuicio, causó la expedición de altos impuestos para los músicos judíos. Eventualmente no se les permitiría presentarse a eventos sin un permiso especial de las autoridades gubernamentales. Finalmente, no se les permitió ni siquiera presentarse en sus propias funciones. Ocasionalmente, pero sólo bajo circunstancias especiales tenían permitido tocar. Tanto los gobiernos locales como las autoridades rabínicas (por diferentes razones), tenían control sobre los límites de tiempo y el número de músicos que podían tocar en las orquestas. En muchos casos, cualquier intento de desobedecer dichas normas podía resultar en severas consecuencias. A pesar de las dificultades y amenazas a los klezmorim, ciertas bandas ya organizadas siguieron desarrollándose, mediante vacíos legales, se presentaban para múltiples ocasiones religiosas y seculares. En muchas ciudades (como Metz, Fráncfort del Meno o Praga), la actividad de los músicos judíos tenía fuertes impuestos y estaban restringidos en tanto al tiempo y ocasión en el que podían tocar o qué instrumentos podían emplear.
En la Edad Media, el crecimiento de la música secular fue liderado por trovadores y juglares ambulantes que tocaban para todos los niveles sociales, los judíos imitaron este surgimiento. Dos judíos provenzales, Bonfils de Narbonne y Charlot le Juif, fueron famosos trovadores en el siglo XIII. Se cree que uno de los primeros cancioneros alemanes, de 1450 fue escrito por un juglar judío. En Italia, con su actitud más liberal hacia los judíos y ciudades cosmopolitas, hay registros en el siglo XVI de músicos judíos y profesores de baile así como una escuela de canto dirigida por Salomone Rossi quien era patrocinado por un duque (para quien dirigía una orquesta). La música instrumental judía floreció en Italia durante el Renacimiento (incluyendo una breve aparición de mujeres intérpretes) pero sufrió represión de la iglesia en el siglo XVII.
En Alemania, la música secular se tocaba para el baile (su estilo era muy distinto al italiano) y los salones de baile tuvieron un auge desde el siglo XII entreteniendo en forma de teatro, juego, música y baile. Los primeros grupos musicales para baile se componían de laúd y una gaita, pero grupos más tardíos incluyeron una gama mayor de instrumentos medievales. La danza acompañada de música instrumental, tomó lugar en las celebraciones judías de Simjat Torah, Purim y Janukkah, como también en los matrimonios y ocasiones seculares.