Dialogamos con el curador de los Rollos del Mar Muerto que se encuentran en el Santuario del Libro del Museo de Israel. Adolfo Roitman explicó el descubrimiento realizado en el King´s College de Londres sobre fragmentos que se suponían sin texto.
“En los años 50´ decidieron enviar los fragmentos sin texto a Inglaterra con la idea de poder estudiar cuestiones que tienen que ver con la materialidad, que tipo de animales se utilizaron, o que tecnologías se aplicaron para producirlos”, indicó Roitman.
El material de Qumran en Manchester fue originalmente ofrecido por el gobierno jordano a Ronald Reed, un erudito de la Universidad de Leeds, en la década de 1950. La colección Reed fue donada a la Biblioteca John Rylands en 1997.
“A la Prof. Joan Taylor le pareció notar en uno de esos fragmentos restos de una letra, y decidieron fotografiar esos 51 pequeños trozos con una técnica llamada multiespectral” explicó. Es un sistema que al aplicar distintos canales del espectro de luz, y con un software, se pueden recuperar textos.
Agregó Roitman que de esa manera “empezaron a aparecer letra en esos fragmentos y entre las palabras aparece “Shabat”.
Al aplicar ésta técnica en textos ya publicados, se encontraron letras o señales dejadas por el escriba, y que no se conocían.
“Nadie va a esperar encontrar metros de rollos como los que encontramos en los años ´50, pero si algún texto que está debajo de otro texto, alguna letra que completa una frase obligando así a los investigadores a reformular la interpretación de esa palabra o texto”, agregó.
El curador de los Rollos dijo también que hoy se debe encarar la tarea investigativa desde un espacio interdisciplinario que incluye no solo a los arqueólogos, sino también a las ciencias naturales, arqueobotánica, composición neutrónica de la cerámica, además de los estudiosos de la historia y la teología.
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