El 30 de mayo de 1972 se realiza el atentado en el aeropuerto de Lod en Israel, luego llamado aeropuerto Ben Gurion. Tres terroristas del Ejército Rojo Japonés, por un encargo de Wadie Haddad, jefe de Acciones Internacionales del Frente Popular para la Liberación de Palestina, cometieron uno de los más cruentos atentados terroristas registrados contra Israel.
Llegaron a Tel Aviv en un vuelo de Air France procedente de Roma. Llevaban sus armas y granadas ocultas en estuches de violín. Apenas llegó el equipaje, abrieron las cajas, sacaron las armas y comenzaron a disparar en la sala de llegada, matando a 26 personas y dejando a más de 80 heridas.
De los tres atacantes japoneses, sólo Kozo Okamoto salió con vida, herido.
La seguridad del aeropuerto estaba alerta ante la posibilidad de un atentado palestino, por lo cual fue una sorpresa toparse con terroristas japoneses. Un diplomático japonés enviado al hospital en el que estaba internado Okamoto, confirmó su condición de ciudadano de su país. Alegó que no tenía nada personal contra el pueblo israelí pero que había cometido el ataque porque era su “deber, como soldado de la revolución”.
Okamoto fue condenado a cadena perpetua por un tribunal israelí, en junio de 1972. Sin embargo, estuvo sólo 13 años en prisión, ya que fue puesto en libertad en 1985 en el marco del así llamado “intercambio de Jibril”, en el que Israel liberó a 1185 terroristas a cambio de tres soldados israelíes capturados por Ahmed Jibril en territorio libanés.
Okamoto se instaló en la Beká libanesa, fue detenido en 1997 y luego liberado con status de refugiado político.
Wadie Haddad, principal organizador del atentado, fue muerto en un operativo del Mossad en 1978