Majane Yehuda, el skuk más grande y famoso de Jerusalem, se extiende entre las calles Agrippas y Jaffa, y tiene dos secciones principales, que son, básicamente, dos calles que corren paralelas. Una de ellas fue techada luego de reformas recientes, la otra ofrece sus productos a cielo abierto. El resto del shuk consiste de pequeños puestos en las callejuelas que conectan a las dos calles principales a lo largo del recorrido.
El shuk suele ser un lugar tranquilo durante la semana, pero en vísperas de Shabat (los viernes por la tarde), se convierte en una zona atiborrada de clientes y vendedores, apurados y exaltados, los unos tratando de conseguir un buen precio y llevar rápidamente los ingredientes para preparar, contrarreloj, la cena de Shabat, los otros, tratando de colocar también con celeridad toda su mercadería antes del comienzo del sagrado día, pregonando a gritos lo que ofrecen.
Escenas similares se viven en el Shuk HaCarmel, en Tel Aviv, el otro gran mercado de Israel (el país cuenta con muchos otros mercados de este tipo, pero los mencionados son los mayores y más famosos). Este shuk tiene la particularidad de haberse convertido en un lugar muy atractivo para visitar de noche, ya que se fueron instalando en sus alrededores varios bares y restaurantes muy populares entre los jóvenes de Tel Aviv.
Si algo tienen en común todos estos mercados, es la costumbre y posibilidad de regatear. Esta forma de relación comercial es el rasgo más famoso y promocionado de un shuk, al menos entre los turistas. Sin embargo, no todos los vendedores están dispuestos a aceptar el regateo, aunque nadie verá como una señal de mala educación que el comprador intente hacerlo.
Otra ventaja que tiene el shuk para los turistas es que, en los puestos de frutas y especias – mucho más variadas y naturales que otro tipo de comercios – el sistema de compra consiste en que el cliente coloque directamente en su bolsa lo que quiere, tras lo cual el puestero lo pesa, y le cobra. Esto significa que, si el turista no habla hebreo, puede igualmente comprar sin problemas.
El shuk ofrece a los turistas un espacio donde conocer la vida cotidiana israelí, degustar a precios convenientes las delicias de esta tierra, y, por qué no, comprar souvenirs a mejor precio- y de una forma más divertida- para llevar de vuelta a casa.