La fecha de construcción del antiguo Arco de Wilson en el Monte del Templo en Jerusalén ha sido objeto de debate académico y, ahora, un grupo de expertos ha acotado el momento inicial entre el 20 a.C y el 20 d.C, según un estudio que publica hoy Plos.
El Arco de Wilson es uno de los que formaban la Gran Calzada, un antiguo puente que conectaba el Monte Templo con las casas de la parte superior de la ciudad y cuyos restos se excavaron entre 2015 y 2019.
El estudio encabezado por el Instituto Weizmann de Ciencia (Israel) señala que hubo una segunda fase de construcción entre el 30 y el 60 d.C, cuando el puente duplicó su tamaño al terminarse el citado arco en su forma definitiva.
El momento de construcción del arco ha sido objeto de debate académico y las diferentes fechas sugeridas apuntaban desde la época de Herodes el Grande, a la colonización romana e incluso al período islámico temprano en Jerusalén, lo que supone un lapso de unos 700 años.
El equipo empleó de forma integrada el radiocarbono y técnicas de microarqueología lo que ha permitido una datación más precisa del arco de Wilson, explica Plos en un comunicado.
Para entender mejor el momento en que se construyó el arco y su contexto histórico, el equipo dirigido por Johana Regev del Instituto Weizmann de Ciencia dató 33 muestras de materiales de construcción tomados del lugar de la excavación, por ejemplo materia orgánica carbonizada -semillas o palos, presente en el mortero-.
Los autores acotaron las fechas de construcción de la estructura inicial del puente de la Gran Calzada entre el 20 a.C. y el 20 d.C., durante el reinado de Herodes el Grande o directamente después de su muerte.
Además, descubrieron una segunda fase de construcción, entre el 30 y el 60 d.C, cuando el puente duplicó su tamaño al terminarse el Arco de Wilson en su forma actual.
Durante ese periodo de «dominio romano directo, hay pruebas de que los romanos comenzaron o ampliaron muchos proyectos de construcción en torno a Jerusalén, incluido un acueducto que suministraba agua al Monte del Templo», señala Plos.
La cronología de alta resolución de radiocarbono de los restos carbonizados «remodelan la historia de Jerusalén, resolviendo un antiguo debate sobre la entrada a su sitio más sagrado: el Monte del Templo», escriben los autores.
La datación por radiocarbono se ha utilizado raramente en las exploraciones arqueológicas de la época Clásica y Posclásica en el Mediterráneo Oriental (aproximadamente del siglo VIII a.C.-6 d.C.).
Sin embargo, el equipo destacó que su técnica de utilizar muchas muestras para la datación por radiocarbono, junto con el análisis estratigráfico, podría aplicarse ampliamente en otras ciudades antiguas densamente construidas para afinar las fechas de construcción de restos específicos.
EFE y Aurora