Desde la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén en el año 70 D.C., los judíos han orado para que Dios permitiera la reconstrucción del tercer templo. Esta oración ha sido parte de la tradicional oración que los judíos realizan tres veces al día. A pesar de seguir sin construirse, la idea y el deseo de un tercer templo es sagrada para el judaísmo, sobre todo para el judaísmo ortodoxo, como un lugar de culto no realizado. En el Tanaj, los profetas piden su construcción para que sea construido en la era mesiánica.
Existen en diversas fuentes planos realizados por los antiguos judíos para la reconstrucción del templo, especialmente en los capítulos 40-47 del libro de Ezequiel (la visión de Ezequiel es anterior a la construcción del Segundo Templo) y el manuscrito del templo descubierto en Qumrán entre los manuscritos del Mar Muerto. Sin embargo, nunca llegaron a ser utilizados.