Y de Pandemia se trata ….La primera presencia judía en estas tierras, data de la época de Urquiza, quien diera un gran impulso a la colonización, posibilitando la instalación de un importante número de colonias agrícolas en la provincia.
Se trata de Mardoqueo Navarro, Secretario y encargado de negocios de Justo José de Urquiza. Mardoqueo Navarro era originario de Catamarca y estaba emparentado con familias de arraigo en el país. Un tío suyo, el general Octaviano Navarro fue un distinguido militar y político y fue gobernador de Catamarca. Existen infinidades de descendientes Navarro en Catamarca .
Hoy, católicos y algunos temerosos de su pasado judío .Otro tío de Mardoqueo Navarro, monseñor Luis Gabriel Segura, fue Obispo de Entre Ríos. Esto no es de extrañar, ya que muchos altos dignatarios eclesiásticos de España y América eran descendientes de marranos.
Un hermano de Mardoqueo, Samuel Navarro, trabajó también para el general Urquiza, desempeñándose como encargado del Saladero «11 de Septiembre» de Rosario.Mardoqueo Navarro poseía una vasta cultura y vino a San José, Entre Ríos, con la misión primordial de organizar la contabilidad de los negocios de Urquiza y es indudable que el prócer conocía perfectamente el origen sefardí de su empleado. Hijo de Ramón Gil Navarro y de Rosa Ortiz de Ocampo, tuvo una esmerada educación en su provincia natal y en Córdoba.
A fines de la década de 1860 estaba instalado en Buenos Aires desde hacía algunos años, dedicado a publicar artículos en los diarios, especialmente sobre la historia de la provincia de La Rioja y sobre las campañas del general José de San Martín. Varios de ellos fueron firmados con el seudónimo «Mordejai», que llevó a algunos autores a considerarlo el origen sefaradí. Navarro habría observado las prescripciones judías, como el shabat.
Se describe como festejaba Shabat y fue el precursor de la Colonización judía ,por su influencia .En 1871, al estallar la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, se dedicó a escribir una serie de notas y este terminó por convertirse en el peor desastre sanitario de la historia argentina, y la crónica de Navarro resultó ser el testimonio directo más valioso para el estudio de los hechos.
El número total de muertos resultó de 13 614 personas, de acuerdo a la crónica de Navarro.Contaría Mardoqueo Navarro unos 25 años o pocos más cuando entró a trabajar al servicio de Urquiza, en 1859, reemplazando en sus tareas a Vicente Montero, cuñado del prócer. Navarro solía estampar su nombre bíblico con la grafía fonéticamente hebraica de Mordejai, pero la mavor parte de las cartas copiadas están firmadas «Mardoqueo Navarro o sencillamente«M. Navarro».
Apasionado federalista,e impetuoso, Mardoqueo Navarro también terminó por tener desacuerdos con su empleador. El escribe durante la epidemia: “negocios cerrados, calles desiertas. Faltan médicos, muertos sin asistencia. Huye el que puede. Heroísmo Los de la Comisión Popular…».
Navarro constituye un documento de particular valor acerca del rol escasamente reconocido de la Iglesia, debido a la postura anticlerical de Navarro.