LA MUSICA JUDÍA

Desde los tiempos bíblicos la música y la danza han tenido un papel muy importante en la vida judía. La música secular o profana se ha nutrido al mismo tiempo de las fuentes tradicionales y de la influencia de los gentiles.

Música klezmer

En Europa oriental se inició alrededor del siglo XV por parte de los judíos asquenazíes una tradición de música judía secular llamada klezmer. Los músicos llamados kleyzmorim o kleyzmer im practican un repertorio destinado principalmente a los bailes de las bodas y otras celebraciones. Tradicionalmente las letras están escritas en yidis. Este legado musical continúa evolucionando en nuestros días.

Música sefaradí

La música sefaradí es distintiva de esta comunidad judía proveniente en la Península Ibérica. Hay tres tipos de canciones sefaradíes: las canciones de actualidad y entretenimiento, el romance y las canciones espirituales o ceremoniales. Sus letras pueden estar escritas en hebreo (sobre todo las religiosas) y en judeoespañol. 

Tras la expulsión de los judíos de España y Portugal, esta música se propagó desde la Península Ibérica por Marruecos y a varias partes del Imperio otomano, como Turquía, Grecia, Jerusalé n, los Balcanes y Egipto. 

También por parte de Hispanoamérica, como en la Argentina. La música sefaradí se adaptó a cada uno de estos lugares. Asimiló los tonos agudos del norte de África, incluyendo su típico ulular, los ritmos de los Balcanes, por ejemplo en compás de 9/8 y el modo turco maqam.

Música yemenita

La música tradicional de los judíos yemenitas ha sido particularmente influyente en el desarrollo de la música de Israel, debido a que los primeros sionistas la vieron como un enlace con sus raíces bíblicas. De hecho el musicólogo A.Z. Idelsohn escribió que la música de los antiguos hebreos «se conserva en la memoria y la práctica en varios centros judíos del Yemen». Lo cierto es que esta comunidad judía vivió prácticamente aislada durante trece siglos. Muchas de las canciones tradicionales del Yemen fueron compuestas por el rabino Shalom Shabazi, un poeta y místico medieval universalmente reverenciado por la comunidad judía yemenita. La poesía de Shabazi trata temas tanto religiosos como profanos, dando a la música yemenita una gama lírica más amplia que muchas otras formas de música tradicional judía, que tienden a ser exclusivamente de naturaleza litúrgica.

Música en Israel

La música del estado de Israel está fuertemente influenciada por los judíos provenientes de más de 120 países, quienes han traído sus propias tradiciones musicales, haciendo de Israel un crisol cultural. La música de Israel combina elementos de la música oriental y occidental. 

Tiende a ser muy ecléctica pues recoge la amplia variedad de la música judía (enriquecida durante la diáspora) y las corrientes musicales contemporáneas, lo que puede llegar a combinar los cantos jasídicos y la tradición musical del Yemen, con la música pop, el hip hop y el heavy metal.

Ya desde 1920 se hicieron esfuerzos para crear un nuevo estilo de música hebrea, que tendiera lazos con los orígenes hebreros comunes y se diferenciara de la tradición europea. El compositor y crítico musical Menashe Ravina escribió en 1943: «El gran cambio en nuestras vidas exige nuevos modos de expresión … y, al igual que en nuestro idioma regresamos a nuestro pasado histórico, así hemos cambiado nuestro oído para la música oriental… como expresión de nuestros sentimientos más íntimos».[5]​

Los jóvenes, los trabajadores y los grupos de los kibutz tuvieron un papel importante en el desarrollo musical antes y después del establecimiento del estado de Israel en 1948, y en la popularización de las canciones. Al principio se basaron en las melodías de sus países de origen o en la música tradicional judía escribiendo nuevas letras en hebreo. 

Las colonias judías vieron a la música como una forma de establecer una nueva identidad nacional y, en un plano netamente pragmático, como forma de enseñar hebreo a los nuevos miembros de la comunidad. La organización nacional de trabajadores, el Histadrut, creó una editorial musical que difundió libros de canciones y promovió el canto comunitario (שירה בציבור). 

Esta tradición continúa hasta nuestros días y es una característica de la cultura moderna de Israel.

El folclore de Israel, llamado «las canciones de la tierra de Israel» (en hebreo שירי ארץ ישראל), está orientado principalmente a ser interpretada en público por la audiencia en eventos sociales. Algunas son canciones infantiles, otras combinan el folclore de Europa con letras en hebreo y otras son canciones de amor, como «Erev shel shoshanim». 

También existen canciones escritas por poetas como Naomi Shemer y Chaim Nachman Bialik, estas canciones tratan frecuentemente de los sueños y esperanzas del sionismo, y glorifican la vida de una juventud judía ideal que construye su hogar y defiende su patria. 

Un tema recurrente es Jerusalén y otras partes del Eretz Israel. Otras muestran rasgos de derecha o de izquierda y muchas muestran una temática socialista, derivada de las inclinaciones de los judíos de la diáspora. Son comunes las canciones patrióticas, la mayoría compuestas durante la guerra. Por lo general hablan de la camaradería entre soldados y la tragedia de morir en la batalla. Varias de ellas se interpretan en fechas conmemorativas de los muertos israelíes.

Música mizrají

Se denomina música mizrají a la música contemporánea israelí que utiliza elementos de la música árabe y mediterránea, especialmente aquellos provenientes de la música griega. En cuanto a la instrumentación es frecuente el uso de instrumentos de cuerda frotada así como de instrumentos percusión propios del Oriente Próximo.

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