El 14 de junio de 1940 Auschwitz recibió el primer transporte de prisioneros. 728 polacos, no judíos, fueron llevados al campo bajo control nazi.
Algunos de los primeros prisioneros en el campo lograron escapar, lo que llevó a los nazis a ampliar su perímetro. Al final de la guerra abarcaba más de 40 kilómetros cuadrados y 48 subcampos.
Auschwitz I fue construido en junio de 1940 por orden del jefe de las SS Heinrich Himmler en el área de un antiguo cuartel de artillería de la monarquía austrohúngara en la ciudad de Oswiecim en la Polonia ocupada.
El campo fue originalmente pensado como un lugar de exilio para los polacos que se oponían a la ocupación alemana. En el tercer año de II Guerra Mundial (1939 –1945), los nazis designaron a Auschwitz como el sitio del genocidio de los judíos europeos.
La “solución final a la cuestión judía” comenzó en 1942, y la fábrica de muerte más grande del Tercer Reich fue construida en Birkenau. Los nazis comenzaron a deportar judíos. Las autoridades y colaboradores extranjeros los ayudaron, incluidos algunos colaboradores polacos.
Los prisioneros en mejor condición física eran esclavizados para la economía de guerra alemana en los numerosos subcampos, pero muchos morían en poco tiempo, por la explotación, extenuados, hambrientos o por enfermedades propias de las pésimas condiciones. Todos los demás, especialmente los ancianos, los enfermos y mujeres con niños, eran gaseados de inmediato.
En 1944 alcanzó su clímax, con las cuatro cámaras de gas y los crematorios en funcionamiento día y noche. Más de 1.1 millón de personas habían sido asesinadas en cuatro años y medio por los nazis.
El 27 de enero de 1945, cuando las fuerzas soviéticas entraron al campo, encontraron a unos siete mil prisioneros vivos, seiscientos de los cuales eran niños. Las SS, ante su inminente caída, trataron desesperadamente de borrar las huellas de sus crímenes. Intentaron detonar todos sus crematorios y quemar las pertenencias de los miles de prisioneros, pero no les quedó tiempo.
Desde 1947 Auschwitz fue declarado un memorial para conmemorar a las víctimas del Holocausto. Desde 1988 se lleva a cambo de forma anual un recorrido llamado Marcha por la Vida, en contraposición a las marchas de la muerte a las que fueron forzados miles de prisioneros en los campos de exterminio.