Seguramente muchos de quienes están leyendo esto son descendientes de judíos sirios. Los que lo son, les pido que en los comentarios cuenten, si sin «jálabis» o «shamis», que compartan alguna de sus costumbres típicas, comida, música, baile, palabras, canciones etc. Los judíos sirios derivan su origen en dos grupos: los que habitaban la región de la actual Siria desde la Antigüedad (mizrahim) y los sefardíes que huyeron a Siria después de la expulsión de los judíos de España en el año 1492 (sefaradim).
Hubo grandes comunidades en Aleppo y Damasco durante siglos, y una pequeña comunidad en Qamishli, en la frontera con Turquía, cerca de Nusaybin.
Historia
Hay tres componentes básicos de la comunidad judía de Siria:
1. Ha habido judíos en Siria desde los tiempos antiguos: según la Biblia, desde la época del rey David, y, desde luego, desde principios del dominio romano. A los judíos de esta antigua comunidad se conoce como Musta’arabim («judíos arabizados») a diferencia de los moriscos o sefardíes.
2. Muchos sefardíes llegaron a raíz de la expulsión de España en 1492, y rápidamente tomaron una posición de liderazgo en la comunidad.
3. Aún más tarde, en los siglos XVIII y XIX, algunos judíos de Italia y en otros lugares, conocidos como Señores Francos, se establecieron en Siria por motivos comerciales, manteniendo a la vez sus nacionalidades europeas.
Hoy en día no existe una clara distinción entre estos grupos, ya que han mezclado entre sí ampliamente, y todos se consideran a sí mismos como «sefardíes» en un sentido más amplio. Se dice que uno puede reconocer a las familias de Aleppo de ascendencia española, en el sentido estricto, por el hecho de que encienden una luz adicional de Janucá. Esta costumbre fue aparentemente creada en agradecimiento por su aceptación por parte de la comunidad nativa de Siria.
En el siglo XIX, tras la finalización del Canal de Suez en Egipto en 1869, el comercio pasó a ser efectuado a través de dicha ruta en lugar de la ruta terrestre a través de Siria, y la importancia comercial de Aleppo y Damasco sufrió un marcado descenso.
Muchas familias dejaron Siria hasta la Primera Guerra Mundial, para asentarse países occidentales, principalmente a Gran Bretaña, Israrl, los Estados Unidos, México, Panamá y Argentina.
Este patrón de migración en gran medida siguió a la fortuna de comercio del algodón, en el que muchos Judíos Sirios participaban.
A partir de la fiesta de Pésaj de 1992, los 4000 restantes miembros de la comunidad judía de Damasco (en árabe Sham Yehud), así como la comunidad de Aleppo y la de Qamishle, les fue permitido bajo el régimen de Hafez al-Assad a salir de Siria para los Estados Unidos, siempre y cuando no emigrasen a Israel.
En pocos meses, miles de sirios judíos emigraron a Brooklyn con la ayuda filantrópica de los dirigentes de la comunidad judía siria de Estados Unidos. A pesar que fue una comunidad importante con millones de miembros, actualmente ya no hay judíos viviendo en Siria
Argentina
La mayor comunidad judía de Argentina se encuentra en la capital, Buenos Aires, donde los sefardíes, y en especial los sirios, son una comunidad notable. A pesar de que los sefardíes son una minoría en la comunidad judía argentina en su conjunto, la mayoría de los rabinos ortodoxos (así como una notable minoría de afiliados al movimiento Jabad Lubavitch) en Buenos Aires son de origen sefardí.
Los judíos sirios son más visibles en el barrio de Once, donde hay muchos templos y escuelas comunitarias. La autoridad rabínica más influyente de la comunidad ha sido el rabino Isaac Chehebar de la sinagoga «Yessod Hadat» de la calle Lavalle, el cual ha sido consultado desde todo el mundo, y tuvo un papel influyente en la recuperación de partes del códice de Aleppo.
Hay muchos templos, comunidades, carnicerías y restaurantes kasher que atienden a la comunidad. Hay importantes comunidades en los barrios de Barracas, y Flores. Muchos judíos sirios poseen tiendas de ropa a lo largo de la avenida Avellaneda en Flores. Importantes cadenas de tiendas de ropa, con decenas de tiendas de cada una, fueron iniciadas por Judíos de Siria.
La mayoría de las Yeshivot, escuelas ortodoxas y restorantes o lugares de comida son emprendimientos sefardíes. La forma de faenar la carne en la Argentina, a diferencia de en la mayoría del mundo se hace según costumbre sefaradí, ya que fueron los sefaradim los primeros en asentuar la necesidad de comida casher y escuelas para sus comunidades.
Actualmente hay muchos templos en Once, Flores, Barracas, Puerto Madero, Recoleta, Villa Crespo, Belgrano, etc… Los judíos sirios, se dividen en Alepinos (jálabis), y de damasco (shamis). Los jalabis se concentran en general en el once, y los shamis en Flores y Barracas.
México
Ha habido judíos de Damasco y Aleppo, en la Ciudad de México desde los primeros años del siglo XX. Originalmente se congregaban en una casa que posteriormente se transformó en una sinagoga – Sinagoga Ketaná (Beth Knesset HaKatan), ubicada en Calles de Jesús María.
La primera comunidad judía organizada en México fue la Alianza Monte Sinaí fundada en 1912, principalmente por nativos de Damasco (junto con algunos otros sefaradíes y ashquenazíes) y dirigida por Isaac Capon. Más tarde fundaron la primera sinagoga, Monte Sinaí, en la calle Justo Sierra en el centro de la ciudad de México, inicialmente dirigida por el rabino Laniado, el cual todavía tiene un servicio diario de Minjá.
La comunidad Damascena compró además lo que pasó a ser el primer cementerio judío en la calle Tacuba, en 1916, el cual ha seguido en uso hasta el día de hoy y se ha ampliado por la reciente compra de los terrenos adyacentes.
Liturgia
Existe un fragmento del antiguo Siddur o libro de rezos de Aleppo para las Fiestas Judías, publicado en Venecia en 1527, y una segunda edición, comenzando con las Fiestas Judías Santas, pero que abarca todo el año, en 1560.
Esto representa la liturgia de la Musta’arabim, los judíos de lengua nativa árabe, como distinta de la de los sefardíes propiamente dicha (los inmigrantes de España y Portugal): es reconocida actualmente como perteneciente a la familia «sefardí» de los ritos en el sentido más amplio, pero es diferente de cualquier liturgia utilizada hoy en día. Se le conoce como el Rito de Aleppo.
El tono musical de las costumbres de las comunidades sirias es muy distintivo, ya que muchas de las oraciones se cantan como las melodías de pizmonim, según una complicada rotación anual destinada a garantizar que el Maqam (modo musical) utilizado este de acuerdo con el estado de ánimo de la fiesta o de la lectura de la Torá para la semana.
Los judíos sirios tiene un gran repertorio de himnos, cantados en ocasiones ceremoniales y sociales tales como bodas y bnei mitzvá; también se utilizan en las oraciones de Shabat y días festivos. Algunos de ellos son antiguos y otros más han sido compuestas recientemente como adaptaciones de canciones populares árabea, a veces se escriben o son encargados para determinadas ocasiones, y contienen alusiones al nombre de la persona honrada.
Es una costumbre en las comunidades judías de Siria y algunos otros lugares el cantar Baqashot (himnos petitorios) antes del servicio en la mañana de Shabat.
El códice de Aleppo, conocido en hebreo como Kéter Aram Tsobá, es el manuscripto bíblico el más antiguo y famoso. Escrito en Tiberíades en el año 920 y con anotaciones de Aaron ben Asher, se ha convertido en el texto con mayor autoridad en el judaísmo.
La autoridad halájica más famosa que basaba sus análisis en el Códice de Aleppo ha sido Maimónides.
Gastronomía
Como en la mayoría de los países árabes y mediterráneos, la gastronomía judía siria es bastante similar a la alimentación árabe de Siria, aunque algunos platos se denominan de forma diferente entre los miembros judíos.
Esto se debe en parte a la similitud de las leyes dietarias islámicas a las leyes de Kashrut judío. Recetas sirias (y egipcias) siguen siendo populares en comunidades judías sirias de todo el mundo.
Hay tradiciones que unen a los diferentes platos judíos con determinados festivales. Los platos más populares son las siguientes:
Ruz: Arroz blanco cocido con fideo
Jamud: Caldo de limon con hortalizas, frecuentemente comido con arroz
Mfarraket al-ful: Carne fría mechada con habas y huevos revueltos (para Shabat)
Fete: Caldo con garbanzos cocidos con Tequesquite, regularmente comido con pan duro y yogur
Maghrebíe: Couscous o municion sin caldo
Yejni: Garbanzos en caldo
Kibbe: carne picada con piñones y semillas de granada con una corteza de burghul
Kibbe bisfarjal: Igual que la anterior pero con membrillo en lugar de patatas (para Rosh Hashaná)
Kibbe Yakhnié: bolas de carne con garbanzos y espinacas
Kibbe bisfiha: hamburguesas de carne con berenjena
Faule blahmé o Loubié blahmé: res o cordero en cubos con habichuelas o frijoles de ojo negro
Ijjé o eggá: plato de huevos, de forma similar a una tortilla española con el perejil, la patata y el queso
Ijjeh blahmé: hamburguesas de carne frita con huevos servidas con limón y rábanos
Muħshi Badinjan: berenjenas rellenas con arroz, carne y garbanzos
Muħshi Kousa: calabacín relleno con arroz y carne, nana y limón
Yaprak: hojas de vid rellenas con arroz y carne
Kebab: bolas de carne (a veces con pasta de cerezas o granada)
Pollo sofrito: pollo salteado con jugo de limón, cúrcuma y cardamomo
Beida bi-lemoune: sopa de pollo mezclada con un huevo y limón
Dfina o T’fina: Plato de shabat hecho con carne y granos, similar al cholent
Huevos Ħammin: Huevos hervidos, manchados de marrón al ser horneados con dfeena o cocidos con piel de cebolla, algunas veces con hojas de té o granos de café
Laħmajeen: carne (algunas veces con pasta de granadas o zumo de ciruelas) en una base de pasta filo redonda
Maoudé: Un guiso de papas cortadas en forma de cubo y fritas, con cordero, res o pollo
Matahambre: Calabacín, queso, huevos y pedazos de pita
Sambousak: Empanadita de trigo rellena de carne
Kousa b’jibn: Calabacín horneado con queso
M’jadra: cocido de lentejas y burghul
Tabboule: Ensalada de burghul con hojas de parra
Bazirjan o Muhammara: burghul con pasta de granadas o jugo de ciruelas
Shakshuka o Beid bifranji: tomates salteados con cebollas y huevos revueltos
Beid blaban: Yogur con ajo, na’na y huevo revueltos
Ka’ak: Aros con sabor de anís con sésamo
Ghreibe: galletas en forma de aros
Ma’amoul: bolitas de masa rellenas de dátiles o nueces (la versión judía no usa harina de semolina
Knafe mabroume ó ballorie: hilos finos de masa filo rellenos con pistacho o requesón
Pastel de naranja para Pésaj: Variante de la receta original española
Jalea de Coco: Usada en Pésaj
Sharab al-loz: Bebida fría hecha con sirope de almendras
Rajja: Cubos de gelatina con nueces dentro, cubiertos con harina
10 HECHOS FASCINANTES SOBRE LOS JUDIOS Y SIRIA:
Hoy en días Siria aparece en muchos titulares. He aquí diez hechos interesantes sobre las conexiones judías con este antiguo país.
1) Orígenes bíblicos: Los residentes de Alepo, la ciudad al norte de Siria que durante milenios fue hogar de una vibrante comunidad judía, remontan el origen de su ciudad al patriarca judío Abraham. Ellos aseguran que Abraham pastoreaba su rebaño por la zona y distribuía leche de oveja a los residentes locales. La palabra hebrea para leche, jalav, se convirtió en el nombre del pueblo. (Tanto en árabe como en hebreo Alepo es conocida como Jalab).
2) Siria en la Torá: En la antigüedad, Siria fue un importante socio comercial de Israel. Damasco, la capital en la actualidad, era un oasis de descanso en las rutas comerciales de la Mesopotamia e Israel. Los judíos estuvieron en Siria desde los tiempos del Rey David, cuando conquistaron Damasco y por un tiempo breve nombraron gobernadores sobre la ciudad (Samuel II 8:5-6).
Durante el reinado del rey judío Ajab, un rey de Siria llamado Ben Hadad luchó contra el Reinado de Iehudá. Dios ayudó al rey Ajab y al ejército judío y prevalecieron. Posteriormente Ben Hadad renunció a su dominio sobre las ciudades judías y permitió que los judíos comerciaran en Damasco: “Las ciudades que mi padre tomó de tu padre, te las devolveré; y tú podrás controlar los mercados en Damasco, tal como mi padre lo hizo en Samaria” (Reyes I 20:34).
3) Vida judía: Por encontrarse adyacente al antiguo Reino de Israel, los judíos vivieron en Siria desde tiempos antiguos. Un residente judío destacado fue Iehudá HaNasí, famoso por haber redactado la Mishná. Él poseía terrenos cerca de lo que hoy en día es Damasco. La Mishná menciona muchas ciudades sirias en las cuales habitaron judíos, incluyendo Kefar Karinos, Rom, Aratris y Bet Anat.
Maimónides, el gran rabino medieval, cita a la comunidad judía de Alepo como una de las comunidades judías más espirituales y dinámicas de la Tierra de Israel: “En toda la Tierra Santa y en Siria, hay una sola ciudad y es Jalab (Alepo) en donde hay quienes son verdaderamente devotos de la religión judía y del estudio de la Torá”. (Igrot Uteshuvot Rambam, Epstein Publishing, Jerusalem, 5714, pág. 69).
La monumental obra filosófica del Rambam, La guía de los perplejos, fue escrita en forma de correspondencia con un rabino sirio, Iosef ben Iehudá ibn Shimón.
4) La inquisición española: Cuando el rey Fernando de España expulsó de su país a la comunidad judía, el sultán del Imperio Otomano, Beyazid II, envió sus barcos para traer a los judíos a tierras otomanas. “¿Acaso alguien puede decir que este rey sea sabio e inteligente?”, preguntó respecto al rey Fernando. “¡Él empobrece a su país y enriquece mi reinado!”.
Los judíos de España llegaron en cantidades a las antiguas comunidades judías de Siria. Durante algunas generaciones, los recién llegados mantuvieron una cultura distintiva y hablaron ladino en vez del árabe local. Pero a mediados del siglo XVIII los judíos de España ya se habían mezclado con el resto de las comunidades judías de Siria.
5) El famoso Códice de Alepo: A comienzos de la Edad Media, un escriba judío llamado Ben Asher copió laboriosamente a mano la Torá y otros manuscritos sobre pergamino, luego los unió e hizo un códice, una forma primigenia de libro.
A diferencia de los rollos de la Torá, este códice contenía puntuación, vocales y notas musicales, por lo que era especialmente valioso para los eruditos que trataban de entender los textos judíos claves.
Cuando en 1099 los cruzados saquearon Jerusalem y asesinaron a sus habitantes, un cruzado cristiano registró la escena que vio cerca del Muro Occidental, “donde hubo tal masacre que la sangre de los enemigos le llegaba a nuestros hombres hasta los tobillos”. Uno de los tesoros que se llevaron de la ciudad para pedir rescate (junto con los líderes judíos) fue el códice.
Eventualmente los judíos les compraron el códice a los cristianos. En 1375 lo llevaron a Alepo, uno de los mayores centros de estudio de Torá, y lo depositaron en la Gran Sinagoga. Allí el códice adquirió una importancia casi mística. La gente viajaba para rezar cerca de él, e incluso llegaron a decir que si el códice alguna vez partía de Alepo dejaría de existir allí la comunidad judía.
Quinientos años más tarde esa profecía comenzó a volverse realidad. En 1947, cuando la ONU votó a favor de la creación de un estado judío en la Tierra de Israel, los árabes se sublevaron alentados por los oficiales del gobierno, atacaron a la comunidad judía de Alepo, asesinaron a multitudes e incendiaron muchos edificios, incluyendo la Gran Sinagoga.
El códice desapareció. Lo sacaron de contrabando de Siria y lo llevaron a Israel. El códice reapareció en 1958 en Jerusalem, pero le faltaban alrededor de 200 páginas. Se supone que algunas de esas páginas se encuentran en manos de judíos sirios que las consideran objetos sagrados; algunas pueden haber sido vendidas en el mercado negro. El resto del Códice de Alepo se encuentra hoy en día en el Museo de Israel en Jerusalem.
6) El líbelo de sangre de Damasco: Conocido durante mucho tiempo en Europa, el infame líbelo de sangre (la mentira de que los judíos matan cristianos para usar su sangre al hornear matzot) se difundió a una tierra fuera de Europa por primera vez en 1840, cuando un fray franciscano y su sirviente desaparecieron en Damasco.
Los oficiales sirios, en ese momento bajo el gobierno de las autoridades coloniales francesas, arrestaron y torturaron a varios judíos destacados. Dos judíos murieron en prisión y uno aceptó convertirse al islam para salvar su vida. El presidente norteamericano Martin Van Buren se horrorizó tanto por el uso de la tortura, que su secretario de estado aseguró que “no pudo evitar expresar su sorpresa y dolor respecto a que en esta época avanzada se acuda a medidas tan bárbaras para obligar la confesión de los imputados”.
7) El crecimiento del antisemitismo: Como recién mencionamos, en diciembre de 1947, cuando la ONU votó a favor de la partición de Palestina en dos naciones y el establecimiento de un estado judío por primera vez en dos mil años, los residentes musulmanes de Alepo se levantaron contra sus vecinos judíos con un frenesí asesino. Alentados por los oficiales del gobierno, asesinaron a decenas de judíos e incendiaron muchos edificios, entre ellos la famosa Gran Sinagoga de Alepo.
El escritor Matti Friedman entrevistó a un sobreviviente del pogromo: “Del exterior se oían aullidos de furia. Alguien gritaba que los judíos de Palestina estaban arrancando a los bebés musulmanes de los vientres de sus madres”. Sus padres construyeron barricadas para proteger a la familia en la habitación principal de la casa… Cuando la muchedumbre llegó a la puerta, el niño se escapó descalzo por una ventana… Después de apropiarse de los bienes valiosos de la familia, usaron el kerosene y el carbón que sus padres guardaban para el invierno y prendieron fuego al edificio. (Tomado de The Aleppo Codex, por Matti Friedman, Algonquin Books, 2012).
El antisemitismo continuó intensificándose en Siria y los judíos comenzaron a huir, principalmente hacia Israel y los Estados Unidos. De los 40.000 judíos que había en el país en 1947, en 1967 sólo quedaban unos pocos miles.
8) Espía en Damasco: En los años 60, uno de los hombres más apuestos de Damasco era Kamal Amin Taabet, un sirio que había vivido en Argentina y que cultivó conexiones y amigos en los más altos niveles del nuevo gobierno baathista de Siria. En realidad, Kamal era Eli Cohen, un espía israelí, cuya esposa, Nadia, lo esperaba de regreso en Israel.
Él nació en Egipto, hijo de padres sirios judíos, y llegó a Israel de niño. Eli se ofreció voluntariamente para trabajar encubierto en Siria, a pesar del gran peligro involucrado.
Una de las grandes amenazas a Israel en ese momento era la determinación de Siria de desviar el agua del río Jordán, privando a Israel de una de sus principales fuentes de agua. Las tropas sirias también utilizaban las elevadas montañas del Golán para disparar hacia los pueblos y las granjas israelíes. Eli Cohen proveyó a Israel importante información de inteligencia sobre ambos temas.
Después de usar sus contactos para procurar un tour por las alturas del Golán, Eli sugirió que las tropas sirias plantaran árboles en sus bases militares para proveer sombra y refugio. Posteriormente Israel logró localizar la ubicación exacta de las bases militares gracias a esos árboles.
En 1965 Eli Cohen fue descubierto enviando un mensaje secreto por radio a Israel. Lo arrestaron, lo torturaron y lo ejecutaron en público. Siria se continúa negando a devolver su cuerpo, aunque a finales del 2016 emitieron por primera vez un video de su ejecución y lo publicaron en una página de Facebook llamada “Tesoros artísticos de Siria”.
9) Los judíos sirios-norteamericanos rescatan a sus hermanos: En 1989, cuando miles de judíos sirios estaban atrapados en Siria y enfrentaban un antisemitismo brutal, un grupo de judíos sirios-norteamericanos formaron el Consejo para el Rescate de los Judíos Sirios, dirigido por la abogada de Nueva York, Alice Harary Sardell.
Entre 1989 y 1995, el Consejo presionó intensamente a políticos y diplomáticos norteamericanos y extranjeros, y trabajaron para difundir el sufrimiento de los judíos sirios a una audiencia más amplia. “Necesitamos dar a conocer al mundo el sufrimiento de los judíos sirios”, explicó Clement Soffer, vicepresidente del Consejo.
El Consejo publicó páginas enteras en el New York Times y el Washington Post pidiendo que Siria “Deje salir a mi pueblo”. Fervientemente participaron en entrevistas de radio y televisión. Ayudaron a organizar demostraciones simultáneas en Londres, París, Roma y Sídney, exigiendo que los judíos de Siria pudieran salir.
Finalmente, el 27 de abril de 1992, Siria anunció que anulaba las restricciones de viaje para los judíos que desearan partir. El banquero sirio brasilero, Edmond Safra, pagó tres millones de dólares en pasajes aéreos para 4.500 judíos sirios, y varias agencias judías, incluyendo el Consejo para el Rescate de los Judíos Sirios, ayudaron a arreglar y financiar su establecimiento en Brooklyn, New York. Clement Soffer explicó que “si hubieran permanecido en Siria, probablemente los habrían asesinado”.
10) La ayuda actual a los refugiados sirios: Desde el comienzo de la Guerra Civil en Siria en el 2013, más de 2.000 sirios entraron ilegalmente a Israel para recibir tratamiento médico que les salvó la vida.
El Centro Médico Ziv en Tzefad trató a más de 800 sirios heridos, convirtiéndose en uno de los mayores centros de tratamiento para sirios en el mundo. Siria se mantiene formalmente en guerra con Israel y se niega a reconocer al estado judío. Cuando los sirios que son tratados en Israel regresan a Siria, no pueden contar en dónde estuvieron.
El personal médico israelí quita toda escritura en hebreo de los medicamentos y de los equipos para proteger a los pacientes sirios.Los israelíes también ayudan a los sirios de otras formas.
El empresario israelí Moti Kahana invirtió más de 2,2 millones de dólares de su propio dinero para enviar ayuda humanitaria al sur de Siria. Él fundó Amaliah, que en hebreo significa “trabajo de Dios”, una organización que ayuda a coordinar voluntarios israelíes y al ejército israelí para enviar medicinas, agua potable y material educativo a Siria. Amaliah también ayuda a traer sirios a los hospitales israelíes y organiza talleres de fortalecimiento para mujeres sirias.
En septiembre de 2016, cuando la ONU consideró que era demasiado peligroso llevar ayuda de emergencia a Siria durante el festival musulmán de Eid, Amaliah trabajó con las Fuerzas de Defensa de Israel para transportar una tonelada de carne al país.
Otra organización israelí, “Operación Brote de Esperanza” junta dinero a través de campañas públicas para ayudar a los refugiados sirios que están anclados en Europa. Fundada por el israelí Shajar Zahavi, la “Operación Brote de Esperanza” estableció cincuenta centros de recolección en Israel, donde se reunió más de una tonelada y media de productos invernales para los refugiados, incluyendo abrigos, pulóveres, botas, medias, frazadas y bolsas de dormir.
La organización humanitaria israelí Israel Flying Aid (IFA) opera en Siria desde el 2011, entrenando y equipando a casi 2.000 de los famosos “cascos blancos”: voluntarios que efectúan búsquedas y misiones de rescate entre los escombros de la letal guerra en Siria.
IFA también entrenó a 22 médicos y a muchos técnicos médicos. Durante años, los voluntarios de IFA trabajaron en Siria sin revelar su identidad israelí. Gal Lusky, fundadora y directora general de IFA, recuerda que cuando sus colegas descubrieron que ella era israelí, uno de sus colegas sirios se puso de pie y declaró: “Ahora lo entiendo. Tú no eres mi amiga. Eres mi enemiga. Después de Assad iremos por ti”. A pesar de esos sentimientos, los voluntarios israelíes de IFA continúan proveyendo ayuda vital a los sirios.