Cuando hablamos de anexión en política internacional podemos llegar a interpretarlo como una posesión violenta, ilegítima y forzada de territorios que les pertenecen a otros pueblos.
Wikipedia nos dice: “La anexión es un proceso, generalmente violento, por el cual un Estado o país se apodera de otro, destruyendo, trasladando o integrando todas o parte de sus instituciones, especialmente las Fuerzas Armadas que puedan tener y sus órganos de política internacional (embajadas, consulados, representaciones ante instituciones internacionales)”
Hoy en los medios periodísticos, en la política internacional y en el mismo Israel se está hablando de anexión cuando se refieren a los bloques de asentamientos judíos en Judea y Samaria y al Valle del Jordán que se proyecta incorporar al territorio israelí en el marco del Plan de Paz del Presidente Trump para el Medio Oriente.
En este caso no se trata de una anexión sino de una reivindicación de los derechos históricos del pueblo judío a la Tierra de Israel.
Hace más de veinte siglos en la Tierra de Israel el pueblo aborigen de Israel habitaba pacíficamente en los territorios de la Galilea, en las alturas del Golán, en el oasis de Beer Sheva, en lo que es hoy la Franja de Gaza, en la Samaria y fundamentalmente en la Judea y sus antiguas ciudades de Jerusalem, Shjem, Jericó, Hebrón, y Bethlejem.
Este pueblo ya era aborigen en estas tierras, ya eran eran los judíos (precisamente el término Judío en español o Yehudi (יהודי) en hebreo se refiere actualmente a esos descendientes de aquellos aborígenes que poblaban desde hace unos 3.500 años esta legendaria región)
A través de nuestra historia, demasiadas veces estos judíos perdieron esa preciada sensación de Paz, por largos y sombríos periodos, este pueblo no gozó de la Paz, fueron desterrados y llevados cautivos a Babilonia, esclavizados y expulsados nuevamente de esa tierra de Israel por los romanos y vagaron durante dos milenios por el ancho mundo con la persistente pérdida de la Paz debido a las tragedias de las persecuciones, de las humillaciones, de las discriminaciones y de los genocidios.
Esa denominada Tierra de Israel está hoy y desde hace mucho tiempo sumida en una situación grave, crítica y conflictiva pues es reclamada por una entidad sostenida artificialmente por el mundo árabe y la comunidad internacional, conocida como Palestina.
Es necesario que sepas que este pueblo palestino no existía desde hace más de setenta años atrás, fue creado artificialmente en épocas posteriores por las naciones árabes más radicalizadas como punta de lanza para expulsar a los israelíes de estas tierras, como si fueran un cuerpo extraño que debe ser extirpado.
Sus habitantes, los palestinos, fueron producto en su gran mayoría de las últimas inmigraciones desde Siria, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Llegaron atraídos a esta tierra vacía y abandonada por siglos debido a las nuevas fuentes de trabajo y sustento creadas por los primeros pioneros sionistas que dieron vida al gran sueño de Theodor Herzl.
El Movimiento Nacional de Liberación de Palestina Al-Fatah que fue fundado en 1959 recién se instaló en la Franja de Gaza a comienzos de 1960. Cinco años más tarde comenzaron su lucha armada contra Israel. En sus bases fundacionales afirmaban y continúan haciéndolo que su Palestina era y es el territorio comprendido entre el mar Mediterráneo y el río Jordán (de oeste a este) y entre el río Litani en el Líbano y el desierto del Neguev de norte a sur.
Hasta la creación del Estado de Israel esta región estuvo desolada por muchos siglos y fue casi siempre parte de algún invasor reino o imperio foráneo y solo excepcionalmente constituyó por sí misma una unidad política independiente.
Referencias Históricas
Palestina en 1913.
“El área era despoblada y permanecía económicamente muerta hasta la llegada de los primeros pioneros Sionistas en los 1880s, que vinieron a reconstruir la Tierra Judía. El país ha seguido siendo “la Tierra Santa” en la conciencia religiosa e histórica de la humanidad, que la relaciona con la Biblia y la historia del pueblo judío. El desarrollo del país producido por los judíos ha atraído también gran número de otros inmigrantes – judíos y árabes. La ruta que va desde Gaza hacia el norte era sólo un camino usado en el verano apropiado para camellos y carros… Las casas eran todas de barro. No se veían ventanas… Los arados que se usaban eran de madera… Las cosechas eran muy pobres… Las condiciones sanitarias en la aldea [Yabna] eran horribles… Las escuelas no existían… La tasa de mortalidad infantil era altísima… La parte occidental, hacia el mar, era prácticamente un desierto… Las aldeas en ésta área eran pocas y escasamente pobladas. Muchas ruinas de poblados dispersas en el área, porque debido a la difusión de la malaria, muchas aldeas fueron abandonadas por sus habitantes”
Informe de la British Royal Commission, 1913
Palestina en 1867.
“No hay ni una aldea solitaria a través de toda la extensión (valle de Jezreel, Galilea); no por treinta millas en cualquier dirección… Uno puede recorrer diez millas en la región sin ver un alma viva. Para experimentar el tipo de soledad que causa tristeza, ven a Galilea… Nazareth es abandono… Jericó yace en desolada ruina… Bethlehem y Bethania, en su pobreza y humillación… desposeídas de toda criatura viviente… Una región desolada cuyo suelo es rico, pero completamente despojado de todo… una expansión silenciosa, lúgubre… una desolación… Nunca vimos un ser humano en todo el recorrido… Difícilmente se ve un árbol o un arbusto en algún lado. Incluso el olivo y el cactus, aquellos amigos del suelo árido e indigno, han desertado… Palestina yace en silicio y cenizas… desolada y desamorada…”
Mark Twain, “The Innocents Abroad”, 1867
Hoy el Valle del Jordán, Judea y Samaria no van a ser anexados pues son simplemente una legítima reivindicación de los derechos históricos del pueblo judío a la Tierra de Israel.
Dr. Guido Maisuls