La ciudad de Wiesbaden, capital del estado de Hesse, en Alemania central, es famosa por sus baños termales desde el periodo romano. Los judíos comenzaron a establecerse en la ciudad desde el siglo XVII, debido a sus negocios relacionados con las termas.
Con el paso del tiempo la comunidad se fue desarrollando; en el siglo XIX la mayoría de los judíos adoptaron una versión reformada del judaísmo. En ésa época la colectividad se dividió y los ortodoxos establecieron su propia comunidad separada.
En el periodo de entreguerras Wiesbaden era sede de numerosas instituciones educativas judías, entre ellas entidades sionistas y asociaciones médicas y de bienestar social. Junto a ello los judíos participaban activamente en la vida económica, cultural y deportiva de la ciudad.
Cuando los nazis ascendieron al poder vivían en Wiesbaden alrededor de 2.700 judíos. A pesar de las restricciones impuestas por el régimen los judíos de Wiesbaden continuaron sus actividades educativas y culturales. También respondieron al ascenso del nazismo aumentando la ayuda comunitaria a las personas que habían perdido sus empleos o negocios y suministrando asistencia a los necesitados, los enfermos y los ancianos. Además proporcionaban servicios de asesoramiento para aquellos que intentaban abandonar Alemania.
Durante el pogromo de la «Noche de los Cristales Rotos» las sinagogas de Wiesbaden fueron destruidas, cientos de judíos fueron arrestados y varias decenas perecieron.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial los judíos de la ciudad fueron hacinados en «casas judías». En la primavera de 1942 fueron obligados a señalar la entrada con una estrella de David amarilla. En junio de ése año casi todos habían sido deportados a los campos de exterminio en Polonia