Los palestinos residentes en Irak padecen discriminación y viven en la miseria. Finalmente han roto su silencio en un intento de llamar la atención del mundo acerca de su sufrimiento. Estos palestinos acusan a los iraquíes y a Naciones Unidas de adoptar una serie de medidas que no han hecho sino agravar las penalidades de cientos de familias en Bagdad y otras ciudades iraquíes.
En una carta publicada por el diario iraquí Al Yum, se quejan de que “los animales en Europa viven mejor que nosotros”, pues “tienen quien les defienda, les proteja y las procure un alojamiento digno de seres humanos”. “En cuanto a nosotros”, añaden, “no hay organización local o internacional que supervise nuestras condiciones”.
Los palestinos de Irak cargan principalmente contra el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que ha decidido interrumpir su asistencia financiera a las familias palestinas residentes en Irak. “Acnur nos ha mentido mucho”, denuncian. “Parecemos ovejas rodeadas de lobos. Ni siquiera el enemigo [Israel] nos trata así”.
Acnur informó a un gran número de familias palestinas residentes en Irak de que dejaría de dejaría de subsidiar alquileres a partir del pasado marzo. Adoptada a finales del año pasado, la decisión de dejar de pagar por los alquileres y otros servicios amenaza con desplazar a cerca de 300 familias receptoras de asistencia a través de un programa aprobado por Acnur hace 15 años.
El embajador de la Autoridad Palestina en Irak, Ahmed Akel, advirtió de que la situación humanitaria de esas familias se verá deteriorada debido a la abrupta eliminación de los subsidios. Asimismo, dijo que la embajada de la AP había contactado con la ONU para obtener la lista de las familias que no seguirán recibiéndolos y averiguar los auténticos motivos subyacentes a dicha decisión.
No obstante, las familias afectadas afirman que los funcionarios de la AP han ignorado sus peticiones de ayuda. “¿Verdaderamente somos palestinos?”, se preguntan en la misiva. “Si lo fuéramos, nuestra situación sería mejor, y veríamos a los funcionarios [palestinos] luchar valerosamente por nuestros derechos. No somos mendigos. Queremos nuestros derechos legales. Somos seres humanos, y lo que estamos pidiendo es un refugio para nuestros niños. No queremos que nadie negocie con nosotros como si fuéramos un rebaño de ovejas”.
Antes de la caída de Sadam Husein (2003) había 34.000 palestinos residiendo en Irak. Ahora sólo quedan unos cuantos miles, y padecen abusos, amenazas de deportación, acoso mediático, detenciones arbitrarias, y hasta son torturados y asesinatos.
La aversión iraquí por los palestinos alcanzó su ápice el mes pasado, durante las celebraciones por el Día de Jerusalén en Bagdad. Numerosos iraquíes mostraron su descontento con un acontecimiento que a menudo se utiliza para exhibir la solidaridad árabe e islámica para con los palestinos.
La mayoría de los comentarios publicados en las redes sociales por los iraquíes incluían insultos antipalestinos y culpaban a los palestinos del terrorismo que padece Irak.
Varios palestinos expresaron su estupor y rabia por los referidos comentarios. “A veces nos acusan de terroristas y de ser partidarios de Sadam”, dijo uno de ellos. “Ahora nos hacen responsables del deterioro de la situación en Irak y denuncian que el Gobierno iraquí se ocupa más de nosotros que de los iraquíes”. “Todo aquel que quiera liberar Jerusalén y Palestina debería respetar los derechos humanos de los palestinos”, comentó otro palestino. “Asimismo, deberían liberar a los presos palestinos y restaurar los pagos a la viudas y los niños. Les decimos a nuestros hermanos iraquíes: vuestra prioridad debería ser resolver vuestros problemas y mejorar vuestra situación”.
“Queremos que dejéis de insultar a Palestina y a los palestinos”, dijo un tercero.
A principios de año, los palestinos de Irak se echaron a la calle para protestar contra la decisión de Acnur de dejar de subsidiar el alquiler a las familias palestinas, así como contra la decisión del Gobierno iraquí de abolir una ley previa a 2003 que otorgaba a los palestinos los mismos derechos que a los iraquíes.
“Los palestinos [de Irak] padecen sobre todo desempleo y tienen un pobre nivel de vida”, afirmó Nabil Samara, activista palestino implicado en la organización de las protestas. “Por no hablar de que no pueden optar a empleos públicos. Desde que fuera derrocado el régimen de Sadam Husein, en 2003, el Gobierno iraquí no ha cumplido las promesas hechas al presidente palestino, Mahmud Abás. Al contrario: las autoridades iraquíes retienen las cartillas de racionamiento y recortan las prestaciones sociales. Asimismo, a las viudas de trabajadores palestinos se les niegan las pensiones”.
Yonadam Kanna, el primer diputado cristiano que tiene Irak desde 2003, aseguró a la web The New Arab que los palestinos residentes en Irak no tienen los mismos derechos que los nacionales del país. “Uno de los asuntos más importantes que tratamos de materializar es el derecho a la propiedad, la herencia y el retiro”, añadió. “Hay gente que no tiene derechos y ha trabajo aquí durante 30 años”.
El activista palestino Ahmed Abdulá ha advertido de que la comunidad palestina, concentrada en Bagdad, está en una situación financiera penosa. “Algunas no tienen para comer o para comprar ropa usada”.
El maltrato iraquí es otro ejemplo de la discriminación que desde hace tanto padecen los palestinos en los Estados árabes, sobre todo en el Líbano, donde tienen “un elaborado sistema racista ideado para discriminar a los palestinos”, al decir del periodista palestino Zaher abu Hamdeh. Así, los palestinos tienen prohibido desempeñar numerosas profesiones, como las de médico, abogado, ingeniero, ni desempeñarse como taxistas o barberos.
Dadas las crecientes tensiones entre los palestinos y varios Estados árabes, como los países del Golfo, es poco probable que los iraquíes vayan a mejorar el trato que dan a aquellos.
Los Estados árabes someten a los palestinos a discriminación y apartheid. Pero los dirigentes de la ONU y sus Estados miembros están demasiado ocupados con su obsesión antiisraelí como para atender las plegarias de unos individuos privados de sus derechos básicos en Irak y en otras partes del mundo árabe.
© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
Revista El Medio.