En cuanto uno toma el tren en la estación Lacroze sólo encuentra a Jaim, a Moishe, a Iosl; con un boleto de segunda se viaja en primera clase sólo hay que decir que uno va a Basavilbaso.
Basavilbaso, pueblito mío voy a recordarte en donde esté; eres mi vida, mi alegría,
Basavilbaso, pueblito mío, Kasrílevke1de Entre Ríos.Hay judíos piadosos de largas barbas grises, hijos acriollados que andan a caballo,en la sinagoga hay viejos, chicos en la plaza adultos y negocitos en Basavilbaso.
Los negocitos tienen de todo, como Gath y Chaves, zapatos, comida, cuellos palomita, clavos,aserrín para las ruedas, pomada para el peinado, incluso helados calientes en verano.
Por las tardes, cuando viene el tren, el pueblito entero va a la estación;las chicas dan vueltas sin por qué,y si en el tren viaja un buen mozo le gritan “adiós”.
Y cuando el pueblito queda en silencio y está romántica la luna,si ven de la mano ante el portón a una pareja,no crean que conversan de amor o casamiento.Dicen que la hermosa noche es buena para la cosecha…