Durante miles de años, misteriosas estructuras rocosas han salpicado el bucólico paisaje de los Altos del Golán y Galilea. Conocido entre los arqueólogos como dólmenes, se sabe poco sobre el origen y la identidad de estos entierros megalíticos gigantes.
Un nuevo trabajo de los investigadores israelíes de la Autoridad de Antigüedades de Israel y del Colegio Tel-Hai ha añadido recientemente una nueva pieza al rompecabezas: en cuatro dólmenes se han descubierto obras de arte que representan animales, formas geométricas e incluso un rostro humano, como se reveló en un artículo publicado en la revista Asian Archaeology la semana pasada.
“Hace varios años, se descubrió un panel de grabados de arte rupestre en la pared interior de un enorme dolmen en un campo que rodea el Kibbutz Shamir”, informó el Prof. Gonen Sharon, jefe del Programa de Maestría en Estudios de Galilea en Tel-Hai, en un comunicado de prensa. Sharon es coautor del artículo con Uri Berger de la IAA.
El dolmen cerca del kibutz es el más grande descubierto en Medio Oriente y su techo tiene 14 tridentes tallados en la piedra.
“Esta fue la primera vez que el arte rupestre fue documentado en el contexto de los dólmenes en Medio Oriente. Tras este descubrimiento, comenzamos un proyecto de investigación para localizar y documentar el arte de los dólmenes en toda la Tierra de Israel. Inspeccionamos docenas de dólmenes en Alta Galilea y el Golán en un intento de descubrir el mundo de esta misteriosa cultura que existió hace más de cuatro mil años, y dejamos atrás solo dólmenes como evidencia de su rica cultura”, añadió.
Entre los descubrimientos más sorprendentes, se encontró un dólmen en la Reserva Natural de Yehudiya adornado con las figuras de siete animales con cuernos, grabadas en una complicada composición en las paredes de la cámara funeraria. “Está claro que la forma en que están colocados significaba algo para el artista”, comentó Berger.
La esperanza es que esos antílopes, cabras montesas y vacas, así como las aún más crípticas figuras geométricas y el rostro humano visto en un dolmen en Kiryat Shmona, ayuden a arrojar luz sobre el enigmático pueblo que los creó.
“Hasta la fecha, se han identificado muchos dólmenes en Israel y en los países vecinos, pero no sabíamos casi nada sobre la civilización de estos super constructores más allá de los restos de las enormes estructuras que dejaron atrás como prueba de su existencia en la región”, indicó Berger. “Los grabados en la roca abren una ventana, por primera vez, a la cultura detrás de la construcción de estos dólmenes”.
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