George Gershwin, el autor de obras como “Rhapsody in Blue”, “Concierto para piano en fa” y «An American in Paris», forman parte del repertorio de las principales orquestas del mundo, convirtiéndolo en uno de los compositores estadounidenses más célebres, falleció el 11 de julio de 1937, a los 38 años de edad.
El 26 de septiembre de 1898 nació en Brooklyn, Nueva York, George Gershwin con el nombre Jacob Gershovitz. Era hijo de una familia judía emigrada a los Estados Unidos desde Rusia, huyendo de los padecimientos que sufrían los judíos en la tierra de los zares.
Desde pequeño, Gershwin se destacó por su capacidad musical, habiendo aprendido a tocar el piano en forma autodidacta. Su padre, ante el entusiasmo de su hijo, lo envió a estudiar con un profesor, Charles Hambitzer, quien le hizo conocer las obras de los grandes creadores de la música clásica de principios del siglo XX, como Franz Liszt, Fréderic Chopin o Claude Debussy. Si bien en esa época tenía como referentes a los autores musicales que triunfaban en Brooklyn, sus biógrafos consideran que su aspiración era de tener éxito como compositor en las salas de concierto, lo que concretó años después.
En 1914 abandonó sus estudios y comenzó a trabajar para una empresa musical, en la que sentado al piano presentaba al público las melodías de moda. En esos años compuso sus primeras canciones, algunas de las cuales consiguieron cierta popularidad y, sobre todo, le valieron la oportunidad de escribir su primer musical para Broadway, «La, la, Lucille», cuyo éxito fue el inicio de su carrera como compositor; a los que le siguieron otros títulos como «Lady Be Good, Oh Kay!», «Funny Face, Girl Crazy» y «Of Thee I Sing», los que contribuyeron a cimentar su fama y a convertirlo en un personaje aún más popular que sus admirados Irving Berlin y Jerome Kern, compositores afamados de Brooklyn.
Su primer gran éxito musical lo logró con Swanee, que formó parte de una comedia musical estrenada en octubre de 1919, debido a que Al Jolson la interpreto al incluirla en la revista musical Simbad, a fines de 1919 y los primeros días de 1920.
En la década del ’20 comenzó a componer obras para salas de concierto, estrenando el 12 de febrero de 1924 «Rhapsody in Blue» (Rapsodia en Azul) en el Aeolian Hall de Nueva York, una pieza para piano y orquesta en la que de manera original Gershwin sintetizaban algunos elementos del jazz, como la síncopa, con otros procedentes de la música clásica. Este hecho le valió ser criticado, pero el éxito popular de Rhapsody in Blue obligó al silencio de sus detractores.
Consciente de sus limitaciones técnicas, Gershwin viajó a París para perfeccionarse, con la intención de enriquecer su estilo y abordar metas más ambiciosas. En 1925 estrenó el Concierto para piano en fa, y tres años después tarde la pieza sinfónica «An American in Paris», (Un americano en París).
De acuerdo a ciertos críticos musicales su culminación como compositor fue la ópera Porgy and Bess, estrenada en 1935, debido que a partir de ese año se traslada a California y comienza a escribir música para películas, entre ellas “Shall we dance?” (¿Bailamos?) para Fred Astaire y Ginger Rogers, y “A damsel in distress” (Una damisela angustiada) para Astaire, Joan Fontaine y Gracie Allen.
Muchas de las letras de las canciones creadas por George Gershwin fueron escritas por su hermano Ira, eran muy pegadizas y lograron una amplia difusión popular.
A principios de 1937 Gershwin comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza, mareos y desmayos, los que se incrementaron hasta que el 9 de julio entró en estado de coma, como consecuencia de un cáncer ubicado en su cerebro. Este hecho motivó que la Casa Blanca movilizara al principal cirujano especialista en el tema para tratarlo, pero nada se pudo hacer y sin salir del coma profundo falleció en la ciudad de Los Ángeles dos días después, el 11 de julio de 1937, a los 38 años de edad.
Luego de su fallecimiento la Porgy and Bess se impuso como la ópera estadounidense por antonomasia. Pues es un convincente retrato de la vida de una comunidad negra en el sur de Estados Unidos, en la que el autor, fiel a su estilo, sintetizó las dos tradiciones que conocía: la estadounidense, representada por el jazz y el espiritual, y la sinfónica europea.
A más de ocho décadas del fallecimiento de George Gershwin obras como Rhapsody in Blue, Concierto para piano en fa y «An American in Paris», forman parte del repertorio de las principales orquestas del mundo, convirtiéndolo en uno de los compositores estadounidenses más célebres