WINSTON CHURCHILL: “A alguna gente les gustan los judíos y a algunos otros no les gustan. Pero ninguna persona pensante puede negar el hecho que ellos son más allá de toda duda, la más formidable raza que ha aparecido en el mundo”.
JOHN F. KENNEDY: Israel no ha sido creado para desaparecer. Israel perdurará y florecerá. Es el hijo de la esperanza y el hogar de los valientes. No puede ser destruido por la adversidad ni desmoralizado por el éxito. Lleva el escudo de la democracia y honra la espada de la libertad.
DAVID BEN GURION: En Israel, para ser realista, uno debe creer en milagros.
JOHANN WOLFGANG VON GOETHE: La energía es la base de todo. Cada judío, no importa cuán insignificante, está comprometido en alguna decisiva e inmediata búsqueda de un objetivo… es el pueblo más perpetuo de la tierra.
JOHN ADAMS: Yo insistiré que los hebreos han contribuido más para civilizar a los hombres que ninguna otra nación. Si yo fuera un ateo y creyera en el eterno ciego destino, todavía creería que el destino ha ordenado a los judíos ser el más esencial instrumento para civilizar a las naciones. Son la nación más gloriosa que jamás habitó esta tierra. Los Romanos y su imperio no fueron sino una burbuja en comparación con los judíos.
LEON TOLSTOI: ¿Qué es ser judío? Qué clase de única criatura es ésta que los gobernantes de todas las naciones del mundo han deshonrado y aplastado y expulsado y destruido; perseguido, quemado y ahogado y que, a pesar de su odio y su furia, sigue viviendo y floreciendo. ¿Qué es este Judío que nunca han tenido éxito en tentar con todas las tentaciones del mundo, cuyos opresores y perseguidores solo sugerían que ellos negaran (y deshonraran) su religión y dejaran de largo la fidelidad a sus antepasados? El judío – es el símbolo de la eternidad… Él es el que durante tanto tiempo ha cuidado el mensaje profético y lo ha transmitido a toda la humanidad. Un pueblo como éste nunca puede desaparecer. El judío es eterno. Es la encarnación de la eternidad.
ERIC HOFFER: Los judíos son un pueblo peculiar: las cosas permitidas a otras naciones se les prohíben a los judíos. Otras naciones han expulsado a miles, hasta millones de personas, sin embargo no hay problema de refugiados. Rusia lo hizo. Polonia y Checoslovaquia lo hicieron. Turquía expulsó un millón de Griegos y Argelia un millón de Franceses. Indonesia expulsó dios sabe a cuántos Chinos – y nadie dice una palabra de refugiados. Pero en el caso de Israel, los árabes desplazados se han convertido en eternos refugiados. Todos insisten en que Israel debe readmitir a todos y cada uno de los árabes. Arnold Toynbee califica el desplazamiento de los árabes como una atrocidad mayor que aquella cometida por los Nazis. Otras naciones cuando son victoriosas en el campo de batalla dictan los términos de la paz. Pero cuando Israel es el victorioso debe pedir por la paz. Todos esperan que los judíos sean los únicos auténticos cristianos en este mundo.
MENACHEM BEGUIN: No soy un judío al que le tiemblan las rodillas. Soy un judío orgulloso con 3700 años de historia civilizada. Nadie vino a ayudarnos cuando moríamos en las cámaras de gases y en los hornos. Nadie vino a ayudarnos cuando luchamos para crear nuestro país. Pagamos por ello. Luchamos por ello. Morimos por ello. Nos mantendremos firmes en nuestros principios. Los defenderemos. Y, cuando sea necesario, volveremos a morir por ellos, con su ayuda o sin ella”.
ALBERT EINSTEIN: «Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío».
MARK TWAIN: Si las estadísticas son correctas, los judíos constituyen solo el uno por ciento de la raza humana. Nos sugiere una débil bocanada de polvo de estrellas pérdida en el fuego de la Vía Láctea. Con propiedad, el Judío debería apenas ser oído, pero es escuchado y siempre ha sido escuchado. Él es eminente en el planeta como cualquier otro pueblo y su importancia comercial está notoriamente fuera de proporción con la pequeñez de su volumen. Su contribución a la lista mundial de grandes nombres en literatura, ciencia, arte, música, finanzas, medicina y conocimientos abstrusos está siempre fuera de proporción con la debilidad de sus números. Ha hecho una maravillosa pelea en este mundo, en todas las edades, y lo ha hecho con sus manos atadas a las espaldas. Podría presumir de si mismo y ser perdonado por ello.
Los Egipcios, los Babilonios y los Persas se levantaron, llenaron el planeta con ruido y esplendor y luego desaparecieron; los Griegos y los Romanos les siguieron, hicieron mucho ruido y se han ido, otros pueblos han nacido y mantenido su antorcha durante un tiempo, pero el fuego se extinguió y ahora se sientan en la penumbra o han desaparecido. El Judío los vio a todos ellos, los derrotó a todos y es ahora lo que siempre fue, sin exhibir ninguna decadencia, sin achaques de edad, ni debilitamiento de sus partes, sin disminución de sus energías, sin que se apague su alerta y agresiva mente. Todas las cosas son mortales excepto el Judío, todas las otras fuerzas pasan, pero él permanece. ¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?