Anda en bicicleta en Emiratos Árabes Unidos, ficha a Chris Froome para el Tour de Francia y asegura la presencia de Israel en Fórmula 1: el millonario Sylvan Adams juega la carta del deporte para ofrecer una buena imagen de Israel y favorecer la normalización con el mundo árabe.
Llega a la entrevista con vestimenta ajustada, en una bicicleta de competición, gafas de sol redondas ocultando sus ojos azules.
Para las cámaras de la AFP, encadena algunas vueltas sobre la pista de madera de su velódromo que cumple las normas internacionales en Tel Aviv, el único de Oriente Medio, ante tres de sus asombrados ayudantes.
Nacido en Quebec, el magnate inmobiliario realizó su ‘aliyá’ (inmigración a Israel) hace cinco años, aprendió el hebreo y quiere cambiar la imagen de Israel en el exterior.
Olviden el conflicto, la guerra… Sylvan Adams prefiere hablar de economía, democracia, tolerancia y también busca un golpe publicitario para el país.
Lionel Messi en Tel Aviv en noviembre pasado, gracias a él. El Giro de Italia en Jerusalén, en 2018, también él. Y cuando la escudería Williams anunció en enero la llegada del franco-israelí Roy Nissany como piloto de pruebas, Adams apareció como el presidente del Roy Nissany Formula One Management Group.
El auto de Nissany mostrará la bandera de Israel y el logo de la empresa de Adams (Start-Up Nation). «Tengo ciertas responsabilidades en términos de patrocinio» de la F1, dijo.
Adams acaba de añadir a su palmarés la llegada en 2021 de Chris Froome al ‘Israel-Start-Up Nation’, primer equipo israelí del pelotón, con el objetivo de ganar el Tour de Francia.
«Intento dirigirme a una muy vasta audiencia. No busco convencer a una persona cada vez, ya que eso lleva demasiado tiempo y soy demasiado viejo para ello», dijo el hombre de negocios, citando por ejemplo «los mil millones» de telespectadores en 2018 para las etapas del Giro de Italia, organizadas en Tierra Santa.
¿El deporte puede construir puentes entre las naciones? Así lo cree Sylvan Adams, que ha ideado una estrategia en ese sentido, paralelamente al Estado hebreo, que busca tejer lazos con las monarquías del Golfo.
Cuando el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, presentó en junio de 2019 en Baréin, el apartado económico de su proyecto de resolución del conflicto israelo-palestino, que prevé millonarias inversiones en los territorios palestinos, Sylvan Adams formaba parte de los hombres de negocios invitados.
– Imperio inmobiliario –
Nada parecía predestinar a Sylvan Adams a estos asuntos en Oriente Medio y a estos grandes eventos mediáticos.
Su padre Marcel huyó de los campos de trabajo nazi en Rumanía y se instaló en Palestina, entonces bajo mandato británico, pero rápidamente se marchó a Francia primero y más tarde a Quebec, donde acabaría instalándose en los años 1950.
«Su apellido era Abramovich, que significa hijo de Abraham. En aquella época, las conferencias internacionales eran muy caras y su jefe, un tal Busenbaum, le escuchaba deletrearlo letra por letra: A, B, …», explica.
«El señor Busenbaum le pidió cambiarse el apellido…». Un judío pidiéndole a otro judío cambiar de nombre y la familia Abramovich pasó a ser Adams, más corto de pronunciar o de deletrear por teléfono cuando Marcel hablaba con comerciantes.
Actualmente, Sylvan Adams dirige el imperio inmobiliario familiar, Iberville, que tiene un centenar de inmuebles en Canadá y Estados Unidos, estuvo en el punto de mira de la justicia canadiense hace unos años por impago de impuestos por un monto de carca de 100 millones de dólares canadienses (73,5 millones de dólares estadounidenses, 65 millones de euros). El empresario informó a la AFP que todos los litigios fiscales con Canadá están resueltos.
Y un día de invierno, hace cinco años, «regresé a casa y le dije a mi esposa: ¿qué te parecería mudarnos a Israel? Ella me contestó: ‘Siempre creí que acabaríamos nuestra vida allá. ¡Vámonos!'».
Tras una semana en Tel Aviv, el magnate imprimió una nueva tarjeta profesional de presentación con un cargo que ya era revelador de lo que iba a ocurrir en el futuro: «Autoproclamado embajador del Estado de Israel