El diputado judío argentino Waldo Wolff, en colaboración con el Centro Simon Wisenthal, redactó un proyecto de ley que declararía el 15 de julio “Día de la Memoria contra la Impunidad de los Crímenes de Guerra, los Crímenes contra la Humanidad y el Recuerdo de sus Víctimas”.
El día sería acompañado por eventos y memoriales en toda Argentina, honrando a las víctimas del Holocausto, según el Centro Simon Wisenthal.
Después de los eventos de la Segunda Guerra Mundial, muchos criminales de guerra nazis se refugiaron en Argentina bajo el gobierno de Juan Perón.
Wolff señaló que Argentina dio asilo a por lo menos 180 criminales de guerra que fueron “sospechosos, acusados, juzgados y/o sentenciados” después de la Segunda Guerra Mundial, según el Jewish Chronicle.
El refugio se convirtió en el hogar de Adolf Eichmann, quien ayudó a orquestar el exterminio masivo de la judería europea durante el Holocausto, así como de los doctores de Auschwitz Josef Mengele y Eduard Roschmann.
Eichmann fue secuestrado y capturado por el Mossad israelí en mayo de 1960 mientras se refugiaba en Argentina. Más tarde se convirtió en la única persona en la historia de Israel que fue ejecutada por el Estado.
El significado de la fecha del 15 de julio es que fue el día en que Eichmann llegó a Argentina.
“La generosa tradición de asilo político de la Argentina” se empleó para “dar refugio a personajes cuestionables, a veces por descuido y otras veces a través de las acciones deliberadas de quienes buscan proteger a individuos como Eichmann”, declaró Wolff en el borrador de la propuesta según la Crónica Judía.
El proyecto de ley ha sido patrocinado por otros nueve diputados argentinos, así como por el Centro Simon Wisenthal.
“El Centro Wiesenthal patrocina con orgullo este proyecto de ley, con la esperanza de que esta política de estado con respecto al antisemitismo, la memoria del Holocausto y el genocidio sea adoptada por los demás países de América Latina”, informó el Director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wisenthal, Dr. Shimon Samuels.
Mientras que Argentina dio asilo a los criminales de guerra después de la Segunda Guerra Mundial, se negó a hacer lo mismo con la población judía que buscaba escapar de Europa antes del comienzo de la guerra.
En 1938, un memorándum titulado Circular 11 fue difundido a los diplomáticos argentinos declarando explícitamente que no debían aceptar visas de judíos que intentaban refugiarse en Argentina.
“La aprobación de este proyecto de ley mantendrá la coherencia de la política de estado argentina desde la adopción en 1988 de la Ley Antidiscriminación, la apertura de los archivos nazis, la participación como miembro de pleno derecho de la IHRA, la derogación de la Circular 11/1938 que instruía a los diplomáticos a no conceder visados a los judíos y a adoptar la definición de antisemitismo de la IHRA”, señaló el director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, el Dr. Ariel Gelblung.
“El documento actuará como una declaración de rechazo a recibir a los perpetradores de crímenes contra la humanidad, basado en el Preámbulo de la Constitución Nacional en el sentido de que quienes deseen residir en suelo argentino deben dignificarlo y no mancharlo con su presencia”.
En junio, la Argentina se unió a varios países para adoptar la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA).
La cancillería argentina llamó a la definición una guía para determinar qué conductas pueden ser consideradas antisemitas, de modo que puedan ser prevenidas, sancionadas y eliminadas.
La adopción de la definición se produjo después de la visita del presidente argentino Alberto Fernández a Israel en enero como parte del Foro Mundial del Holocausto, su primer viaje oficial al extranjero.
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