Shoá y la profesión médica: 75 años tras de la liberación de Auschwitz-Birkenau

En su épica historia corta Dime una adivinanza (Tell Me a Riddle), la autora judía estadounidense Tillie Olsen escribe: «Herencia. Cómo hemos venido de nuestro pasado salvaje, y cómo ya no somos salvajes, esto es para enseñar. Mirar atrás y aprender lo que humaniza, esto es para enseñar. Para aplastar a todos los guetos que nos dividen, y no para regresar, esto es para enseñar». Las palabras de Olsen, un axioma educativo, llaman a los lectores a reflexionar y luchar contra «nuestro pasado salvaje».
En 2009, las hermanas gemelas Iudit Barnea y Lia Huber (apellido de soltera Tchengar) se encontraban entre los seis sobrevivientes del Holocausto elegidos para encender las antorchas conmemorativas durante la Ceremonia de Estado anual del Día del Recuerdo del Holocausto y el Heroísmo. «Nunca hablamos de las cosas horribles que nos hicieron, ni siquiera a nuestros esposos e hijos», declararon Iudit y Lia al unísono. Al llegar a Auschwitz-Birkenau, los gemelos fueron llevados al «bloque de gemelos». Allí, fueron sometidos a crueles e inhumanos experimentos «médicos» a manos del infame Josef Mengele. La suya es solo una de las muchas historias que ilustran el impacto de la ideología nazi en la profesión médica. Las repercusiones de la llamada «investigación médica» y los experimentos asesinos llevados a cabo durante el Holocausto por los alemanes nazis continúan reverberando en el discurso público hasta el día de hoy.

Los artículos académicos en revistas médicas y de investigación en los últimos años han llamado la atención sobre los restos de las víctimas de los experimentos médicos nazis en la Universidad de Estrasburgo en Francia, así como los estudios de investigación realizados en el Departamento de Medicina y Pediatría del Hospital Judío Czyste en Varsovia, Polonia.

Durante el Holocausto, muchos médicos judíos no pudieron cumplir el juramento hipocrático debido a los obstáculos insuperables que encontraron en los guetos nazis y los campos de concentración y exterminio. Por ejemplo, en sus memorias I Remember Nothing More (inéditas en español), la Dra. Adina Blady Szwajgier describe muchos de los dilemas que ella y sus colegas de profesión enfrentaron en el Hospital de Niños Judíos en el gueto de Varsovia. Ella recuerda cómo administraba la morfina para evitar que los alemanes y sus colaboradores deportaran a los pacientes judíos a la muerte. Esta experiencia tuvo un profundo impacto psicológico en ella, y más tarde se sintió emocionalmente retraída mientras confrontaba experiencias postraumáticas.

Hoy en día, muchos estudiantes de medicina, así como aquellos que reciben cursos en el área cada vez más destacada de la bioética, debaten sobre el juramento hipocrático y contemplan las implicaciones del Holocausto. La Cátedra UNESCO de Bioética de la Universidad de Haifa ha publicado un Lector de bioéticas y Holocausto que destaca numerosos estudios de caso desde diversas perspectivas. En coautoría con Tessa Chelouche y Geoffrey Brahmer, esta publicación en línea incluye casos de perpetradores que realizaron selecciones (selektionen) y experimentos, y de víctimas que lidiaron con los dilemas involucrados en salvarse a sí mismas, a sus familias y a sus comunidades en circunstancias imposibles. Esta fuente también presenta testimonios documentados de personal médico judío durante el Holocausto. Permite a los estudiantes buscar información de acuerdo a temas claramente definidos e incluye preguntas de debate para los profesores.

En julio de 2009, el Dr. Esteban González López, de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, y la profesora emérita de la Universidad Autónoma de Madrid, Rosa Ríos Cortés, participaron en un seminario educativo de Yad Vashem. Después de sus estudios en la Escuela Internacional de Estudios del Holocausto, la Profª. Ríos Cortés y el Dr. González López crearon un curso optativo formal para los estudiantes de medicina en la Universidad, titulado «El Holocausto: una reflexión desde la medicina». El curso ha demostrado ser «un contribuyente a defender y desarrollar valores profesionales. El Holocausto y la Medicina pueden ser un paradigma para enseñar profesionalismo a los profesionales de la salud y deben incorporarse a sus planes de estudio», así afirman. Al incorporar visitas a sitios auténticos relacionados con el Holocausto, el curso innovador se ha convertido en un modelo que inspira a otros en todo el mundo.

A pesar del paso del tiempo, queda una gran cantidad de material para leer y ver sobre este tema. Tras observar recientemente el 75º aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi Auschwitz-Birkenau, corresponde a todos aquellos que se preocupan por el futuro de la humanidad, lidiar con muchos aspectos de esta compleja historia, incluso en el campo de la medicina.

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