Tisha beAv, o sea el día 9 del mes de Av, conmemora la destrucción del Primer Templo de Jerusalém en el año 586 a.E.C. y coincidentemente también la destrucción del Segundo Templo en el año 70 de la E.C.
Esta fecha es mencionada por el Profeta Zejaria (Zacarías) como el «ayuno del quinto mes» (Zac. 7:5- 8:19), contando a partir del mes de Nisan. Este es observado como Taanit Tzibur, o sea un ayuno público. Según nuestros sabios, en esta fecha se decretó que los Benei –Israel no entrarían a la tierra de Israel, por el error de los exploradores que envió Moshé. Sirve como punto culminante de las tres semanas de duelo -Bein Hameitzarim- que comienzan el 17 de Tamuz con el ayuno de Shiva Azar beTamuz.
El Templo, Beit Hamikdash, fue el santuario erigido sobre el monte Moriá por los israelitas en Iersushalaim. El rey Shlomó construyó el Primer Templo aproximadamente en el año 960 a.E.C. Este fue el centro de la vida religiosa y nacional del pueblo. Su construcción duró siete años y en él fueron depositados definitivamente el Arca del Pacto y los utensilios de culto del Mishkán. Desde entonces los sacrificios públicos y particulares se realizaron allí. Este Beit Hamikdash fue destruido por los babilónicos. Luego cuando los judíos retornaron del exilio con la autorización del rey Ciro -rey de Persia en el 538 a.E.C.- construyeron en el mismo sitio un nuevo Templo más modesto que el anterior, tarea que demandó veintitrés años.
En tiempos del Segundo Beit Hamikdash los judíos de la diáspora solían peregrinar hacia allí. El rey Herodes extendió y embelleció el Beit Hamikdash en los años 20 – 21 a.E.C. duplicando la superficie de la explanada exterior y agregando murallas colosales, parte de las cuales constituyen el Muro Occidental o de los Lamentos -Kotel Hamaarabí. Los romanos destruyeron el Templo en el 70 E.C. al invadir y conquistar la tierra hebrea para su Imperio, al mando del general Tito.
Su destrucción significó no sólo la destrucción del centro religioso, sino el destierro del pueblo judío y el fin del reinado. En recuerdo de esta fecha trágica se observan distintas leyes y cuatro ayunos: Tzom Guedalia (el ayuno de Guedalia), Asara beTevet (el ayuno del 10 de Tevet), Shiva Asar beTamuz y Tisha beAv.
¿Cómo se realiza el ayuno de Tisha beAv? El ayuno se realiza desde la puesta del sol y dura veinticuatro horas como en Yom Kipur, a diferencia de los demás días de ayuno que comienzan con el amanecer. Si Tisha beAv resulta en Shabat se posterga el ayuno para el domingo. Al igual que en Yom Kipur se adelanta el rezo de Minja y se realiza una cena previa al ayuno antes de la puesta del sol, que se denomina Seudat Mafseket.
Dado que estudiar Torá es signo de alegría, está prohibido su estudio, salvo fragmentos seleccionados en relación al duelo y con la destrucción del Templo. Antes de rezar, se acostumbra descalzarse y sentarse en el piso, también se quita el parojet (cortina decorativa del Arca) y se reza en voz baja expresando de esa manera la tristeza que el duelo expresa.
Luego de Arvit se lee el rollo de Eija, Lamentaciones, con una entonación especial y se recitan Kinot, elegías, a la luz de las velas. Las Lamentaciones son el testimonio visual del Profeta Irmiahu -Jeremias- del primer Jurban (destrucción). En Shajarit no se usa Talit ni Tefilin. La Parashá que corresponde leer es Vaetjanan ( Devarim-Deuteronomio 4: 25-40) y la Haftará corresponde al libro del Profeta Irmiahu-Jeremías ( 8 :13 – 9: 23). En Ierushalaim se acostumbra a concentrarse en el sector del Muro de los Lamentos, realizando rondas y rezando sentados en el piso.
En Tisha beAv es costumbre no saludar al prójimo, ni sentarse sobre una silla o trabajar hasta el mediodía. Está prohibido afeitarse o calzar zapatos de cuero o pantuflas, ni mantener relaciones maritales. Durante el servicio de Minja, del atardecer del 9 de Av se colocan Talit y Tefilin. Algunos acostumbran no comer carne ni beber vino en la noche posterior a esta fecha.
Los días desde comienzos del mes de Av son denominados Tishat Haiamim -los 9 días-, en ellos no se realizan festejos y en la semana de Tisha beAv está prohibido lavar la ropa, cortarse el pelo y comprar ropa y calzado nuevos, aunque sea para vestirlos después del ayuno.
Desde la caída del Segundo Templo se asoció esta fecha con muchas experiencias de persecuciones y tragedias en el Galut -diáspora-. Las desgracias que ocurrieron en esa fecha incluyen la captura de la última fortaleza defendida por Bar-Kojba, Beitar, en el año 135 E.C. por parte de los romanos, el establecimiento de un santuario pagano en el lugar del templo en el 136 E.C., la expulsión de los judíos de la Inglaterra medieval año 1290 y de España en 1492, como así también las matanzas de los judíos durante las Cruzadas y el Holocausto.
La meguilá Eijá consta de cinco capítulos basados en el dolor y el duelo del pueblo de Israel por la destrucción de Ierushalaim y los padecimientos derivados de la misma. Los cuatro primeros capítulos están ordenados en verso siguiendo el orden del alfabeto hebreo, mientras que concluye con esperanza en la redención. El anteúltimo versículo nos dice: «Hashiveinu Hashem eleja venashuva, jadesh iameinu kekedem:» -«Haznos volver hacia Ti oh Dios y retornaremos, renueva nuestros días como antaño»-.
Rabino Mario Hendlerejaria (Zacarías) como el «ayuno del quinto mes» (Zac. 7:5- 8:19), contando a partir del mes de Nisan. Este es observado como Taanit Tzibur, o sea un ayuno público. Según nuestros sabios, en esta fecha se decretó que los Benei –Israel no entrarían a la tierra de Israel, por el error de los exploradores que envió Moshé. Sirve como punto culminante de las tres semanas de duelo -Bein Hameitzarim- que comienzan el 17 de Tamuz con el ayuno de Shiva Azar beTamuz.
El Templo, Beit Hamikdash, fue el santuario erigido sobre el monte Moriá por los israelitas en Iersushalaim. El rey Shlomó construyó el Primer Templo aproximadamente en el año 960 a.E.C. Este fue el centro de la vida religiosa y nacional del pueblo. Su construcción duró siete años y en él fueron depositados definitivamente el Arca del Pacto y los utensilios de culto del Mishkán.
Desde entonces los sacrificios públicos y particulares se realizaron allí. Este Beit Hamikdash fue destruido por los babilónicos. Luego cuando los judíos retornaron del exilio con la autorización del rey Ciro -rey de Persia en el 538 a.E.C.- construyeron en el mismo sitio un nuevo Templo más modesto que el anterior, tarea que demandó veintitrés años.
En tiempos del Segundo Beit Hamikdash los judíos de la diáspora solían peregrinar hacia allí. El rey Herodes extendió y embelleció el Beit Hamikdash en los años 20 – 21 a.E.C. duplicando la superficie de la explanada exterior y agregando murallas colosales, parte de las cuales constituyen el Muro Occidental o de los Lamentos -Kotel Hamaarabí. Los romanos destruyeron el Templo en el 70 E.C. al invadir y conquistar la tierra hebrea para su Imperio, al mando del general Tito.
Su destrucción significó no sólo la destrucción del centro religioso, sino el destierro del pueblo judío y el fin del reinado. En recuerdo de esta fecha trágica se observan distintas leyes y cuatro ayunos: Tzom Guedalia (el ayuno de Guedalia), Asara beTevet (el ayuno del 10 de Tevet), Shiva Asar beTamuz y Tisha beAv.
¿Cómo se realiza el ayuno de Tisha beAv? El ayuno se realiza desde la puesta del sol y dura veinticuatro horas como en Yom Kipur, a diferencia de los demás días de ayuno que comienzan con el amanecer. Si Tisha beAv resulta en Shabat se posterga el ayuno para el domingo. Al igual que en Yom Kipur se adelanta el rezo de Minja y se realiza una cena previa al ayuno antes de la puesta del sol, que se denomina Seudat Mafseket.
Dado que estudiar Torá es signo de alegría, está prohibido su estudio, salvo fragmentos seleccionados en relación al duelo y con la destrucción del Templo. Antes de rezar, se acostumbra descalzarse y sentarse en el piso, también se quita el parojet (cortina decorativa del Arca) y se reza en voz baja expresando de esa manera la tristeza que el duelo expresa.
Luego de Arvit se lee el rollo de Eija, Lamentaciones, con una entonación especial y se recitan Kinot, elegías, a la luz de las velas. Las Lamentaciones son el testimonio visual del Profeta Irmiahu -Jeremias- del primer Jurban (destrucción). En Shajarit no se usa Talit ni Tefilin.
La Parashá que corresponde leer es Vaetjanan ( Devarim-Deuteronomio 4: 25-40) y la Haftará corresponde al libro del Profeta Irmiahu-Jeremías ( 8 :13 – 9: 23). En Ierushalaim se acostumbra a concentrarse en el sector del Muro de los Lamentos, realizando rondas y rezando sentados en el piso.
En Tisha beAv es costumbre no saludar al prójimo, ni sentarse sobre una silla o trabajar hasta el mediodía. Está prohibido afeitarse o calzar zapatos de cuero o pantuflas, ni mantener relaciones maritales. Durante el servicio de Minja, del atardecer del 9 de Av se colocan Talit y Tefilin. Algunos acostumbran no comer carne ni beber vino en la noche posterior a esta fecha.
Los días desde comienzos del mes de Av son denominados Tishat Haiamim -los 9 días-, en ellos no se realizan festejos y en la semana de Tisha beAv está prohibido lavar la ropa, cortarse el pelo y comprar ropa y calzado nuevos, aunque sea para vestirlos después del ayuno.
Desde la caída del Segundo Templo se asoció esta fecha con muchas experiencias de persecuciones y tragedias en el Galut -diáspora-. Las desgracias que ocurrieron en esa fecha incluyen la captura de la última fortaleza defendida por Bar-Kojba, Beitar, en el año 135 E.C. por parte de los romanos, el establecimiento de un santuario pagano en el lugar del templo en el 136 E.C., la expulsión de los judíos de la Inglaterra medieval año 1290 y de España en 1492, como así también las matanzas de los judíos durante las Cruzadas y el Holocausto.
La meguilá Eijá consta de cinco capítulos basados en el dolor y el duelo del pueblo de Israel por la destrucción de Ierushalaim y los padecimientos derivados de la misma. Los cuatro primeros capítulos están ordenados en verso siguiendo el orden del alfabeto hebreo, mientras que concluye con esperanza en la redención. El anteúltimo versículo nos dice: «Hashiveinu Hashem eleja venashuva, jadesh iameinu kekedem:» -«Haznos volver hacia Ti oh Dios y retornaremos, renueva nuestros días como antaño»-.
Rabino Mario Hendler