Las mandíbulas con dientes de leche encontradas en el yacimiento descubierto por Eudald Carbonell en los años 70 están en un estado “excepcional”
La campaña arqueológica en el yacimiento del Roc de les Orenetes en Queralbs (Ripollès) ha permitido recuperar más de un millar de restos de la edad de Bronce hace unos 3.000 años. Destacan los fragmentos de una docena de niños en un estado “excepcional” como mandíbulas con dientes de leche y una punta de flecha de sílex. El espacio es una “gran alfombra de huesos” mezclados que, uno a uno, se van recuperando para conocer más detalles de esta necrópolis prehistórica explica el codirector de los trabajos e investigador del IPHES, Carlos Tornero.
Hace 40 años un joven Eudald Carbonell descubrió el espacio y se tapó la entrada hasta que el año pasado se reabrió. Está situada a 2.000 metros de altura y es de difícil acceso. La concentración de restos de niños ha sorprendido a los investigadores del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) que han trabajado durante un mes. Se trata de una docena de niños identificados por fragmentos muy bien conservados como dos mandíbulas con dientes de leche y una incluso con el diente permanente en la parte internaYacimiento
La entrada de este sitio arqueológico ha estado 40 años cerrada, hasta que se reabrió el año pasado
“Incluso los restos más frágiles se han conservado intactos y todos los elementos del cuerpo están; esto indica que los cuerpos llegaban enteros en la cavidad”, detalla Tornero. Previamente ya se habían localizado huesos de todas las edades, desde recién nacidos hasta personas mayores. La recuperación de los restos, sin embargo, es lenta y laboriosa porque están completamente mezcladas en esta necrópolis.
Según el codirector, “antes de depositar un nuevo individuo, se hacía espacio apartando los restos anteriores”. Su análisis aportará información muy valiosa sobre patologías, condiciones de vida y causas de la muerte. También sobre ritos funerarios ya que han aparecido fragmentos de cerámica, cuentas de collar y puntas de flecha. Este año ha salido otra más pequeña de sílex, que se suman a las tres que ya se habían recuperado.
La campaña en Roc de les Orenetes se ha hecho en paralelo con otro yacimiento en la zona, lo que se conoce como la Bauma dels Fadrins, un yacimiento mucho más antiguo (de hace unos 9.000 años) y de gran relevancia histórica. Ahí vivieron los últimos cazadores y recolectores de la prehistoria en Catalunya, una etapa muy desconocida aún.
El yacimiento se descubrió el año pasado con un primer sondeo que sacó a la luz restos vegetales y animales así como cuarzo cortado que data del 6.700 antes de Cristo. EL descubrimiento se ha podido hacer gracias a las notas de los años 70 de un joven Eudald Carbonell que, junto con un grupo de amigos de Queralbs, hizo mientras exploraban las cuevas de la zona. “En la Bauma encontramos enseguida restos”, recuerda Carbonell, que no esconde sentir un vínculo “vital” y muy especial al ver que 50 años después hay un proyecto de investigación bautizado con el nombre de Arrels para conocer el pasado prehistórico del valle con el apoyo del Ayuntamiento y la Generalitat.
Este año han aparecido focos, carbones, estructuras para almacenar y restos de animales y herramientas (manos de mortero y prensadores) que confirman un “uso reiterado” del abrigo de piedra. Destacan también un punzón hecho con hueso y un caracol pequeño del Mediterráneo (columbella rustica) que es la primera que se encuentra en la zona y que enlaza con otros yacimientos prehistóricos en Catalunya donde también han aparecido como pieza ornamental.
Quedan aún más de 50 metros cuadrados para explorar en futuras campañas de un yacimiento “clave” para comprender la transición entre las últimas sociedades cazadoras-recolectoras y los primeros campesinos del Pirineu. La pandemia del Covid-19 ha obligado a extremar las medidas de seguridad, reducir los grupos de trabajo y suspender las actividades al público como una conferencia, la jornada de puertas abiertas y un taller de herramientas prehistóricas para niños