Atravesamos tiempos difíciles, críticos, a veces desesperanzados.
La pandemia a nivel mundial ha puesto en evidencia los distintos modos de ejercer políticas, de detentar el poder de gestionar los bienes públicos y de responder a las necesidades de los pueblos y sociedades.
El dilema entre salud y economía diferencia a los líderes del mundo. Cada uno ha dado una respuesta distinta y ninguno puede decir que la suya es la más exitosa.
La pandemia actual desbarata las estrategias preconcebidas y obliga a inventar todo el tiempo nuevas alternativas.
Por ello están los líderes que resuelven y líderes que postergan. Tomar decisiones es siempre una apuesta tanto al triunfo como al fracaso, solo que en estos momentos enfrentamos una realidad que conlleva pérdidas inmediatas y mediatas.
Los voluntarios en las instituciones también están en posición de liderar proyectos, recursos y de dar respuestas creativas, aunque no siempre pueden concretar sus objetivos.
Los voluntarios, dentro de nuestra comunidad, pueden o no resultar líderes de la misma. Por un lado, están los líderes que fueron elegidos en alguna índole de votación, y están los líderes de hecho o los que han sabido hacerse de un lugar por sus conocimientos, sus pensamientos, sus decisiones y su fortaleza.
El voluntario no necesariamente es un donante, más bien es un líder de proyectos y un factor de unión y de consensos.
Hoy necesitamos líderes que valoren tanto sus ideas como las idiosincrasias de su cuerpo societario.
Toda asociación es un organismo que requiere división de roles y funciones, y esto desde la familia hasta una nación.
Así como han cambiado las funciones parentales y familiares, así también cambian las instituciones las cuales deben transformarse estructuralmente.
Las instituciones eran reflejo de las sociedades patriarcales, hoy ya no puede haber verticalidad absoluta en los mandos sino una horizontalidad liderada por alguien flexible y firme a la vez.
Los liderazgos fuertes no son aquellos que dominan sino los que están convencidos de la transitoriedad de las verdades.
MIRTA GOLDSTEIN