Un estudio israelí respalda la investigación que muestra que los suplementos vitamínicos podrían ayudar a evitar los graves efectos respiratorios.
Un bajo nivel de vitamina D en el plasma sanguíneo podría ser un factor de riesgo independiente para la infección y posterior hospitalización por COVID-19. Así lo informaron científicos del servicios de salud Leumit y la Facultad de Medicina Azrieli de la Universidad de Bar-Ilan.
Los investigadores llegaron a esa conclusión tras usar datos reales de unos 782 israelíes que dieron positivo en sus pruebas de coronavirus y unas 7.025 personas cuyo resultado fue negativo.
“El principal descubrimiento fue la asociación significativa de un nivel bajo de vitamina D en plasma con la probabilidad de infección por COVID-19 entre los pacientes que fueron evaluados, incluso después del ajuste por edad, sexo, nivel socioeconómico, enfermedades crónicas y trastornos mentales y físicos”, explicó el doctor Eugene Merzon, jefe del Departamento de Atención Administrada de Leumit y miembro del Departamento de Medicina Familiar de la Escuela de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv.
El especialista amplió que el bajo nivel de vitamina D se asoció con el riesgo de hospitalización debido a la infección por COVID-19 aunque esta asociación no fue significativa luego del ajuste por otros factores.
La investigación sigue a algunos estudios mundiales que ya demostraron el pronunciado impacto de los metabolitos de la vitamina D en la respuesta del sistema inmune y en el desarrollo de la infección por COVID-19. ”Lo que descubrimos se corresponde con los resultados de estudios previos en el campo. Se informó de un menor riesgo de infección aguda del tracto respiratorio después de la suplementación con vitamina D”, describió el doctor Ilan Green, director del Instituto de Investigación de Leumit.
Su informe sobre el estudio fue publicado en The FEBS Journal y se espera que tenga un gran impacto debido al tamaño de la investigación y la estructura basada en la población.
Fascinantes descubrimientos
La doctora Milana Frenkel-Morgenstern, líder del grupo de investigación de la Facultad de Medicina Azrieli, añadió que el análisis mostró que las personas que dieron positivo eran mayores que las no infectadas. “De forma curiosa se demostró que las distribuciones de dos picos para los grupos de edad confieren un mayor riesgo de COVID: alrededor de los 25 años y también en los 50 años. El primer pico puede explicarse por los fuertes hábitos sociales a temprana edad. El pico a los 50 años se puede analizar por las relaciones sociales pero también con enfermedades crónicas”, explicó.
A su vez, el doctor Shlomo Vinker, director médico de Leumit, afirmó que se sorprendió al descubrir que las condiciones médicas crónicas, como la demencia, las enfermedades cardiovasculares y pulmonares crónicas que en estudios previos se consideraron muy riesgosas, no se encontraron como un aumento de la tasa de infección en nuestro estudio.
Sin embargo, Vinker dijo que “este descubrimiento está muy sesgado por las severas restricciones de contacto social que se impuso a toda la población durante el brote de coronavirus. “Así, suponemos que al seguir las instrucciones del Ministerio de Salud, los pacientes con afecciones médicas crónicas redujeron significativamente sus contactos sociales. De hecho, esto podría minimizar el riesgo de infección por COVID-19 en ese grupo de pacientes”, se explayó.
El equipo conjunto de investigación planea evaluar los factores asociados con la mortalidad de coronavirus en Israel. «Estamos dispuestos a encontrar asociaciones con los resultados clínicos de la nueva enfermedad con, por ejemplo, el control glucémico previo a la infección de pacientes con COVID-19, para evaluar el riesgo de mortalidad debido a la infección», manifestó Merzon.
Fuente: ISRAEL21c