Autoridades comunistas están exigiendo a los cristianos que dejen de creer en Dios, a la vez que han intensificado la persecución de las iglesias que funcionan en las casas de todo el país.
En junio, un grupo de funcionarios de la ciudad de Leiyang, en la provincia central de Hunan, allanó una iglesia de casa. Confiscaron las ofrendas de la iglesia y destruyeron 10 versículos bíblicos que se exhibían en las paredes, diciendo a los cristianos que dichas acciones eran «el resultado de su desobediencia» y que era «ilegal celebrar reuniones religiosas sin permiso».
En mayo, la Oficina de Asuntos Religiosos de la ciudad de Yongzhou, cerró una iglesia en casa de la provincia, por «celebrar reuniones ilegales sin permisos» y confiscó todos los objetos de valor en el lugar, incluyendo una computadora, una fotocopiadora y Biblias.
En abril, la policía de la ciudad de Dengzhou, en la provincia central de Henan, allanó una iglesia en casa, confiscó sus Biblias e himnarios, y llevó a ocho miembros de la congregación a una comisaría para ser interrogados.
Más tarde, un cristiano reveló que un oficial de policía le dijo que no podían creer en Dios en China».
El creyente también reveló que quince días después, la policía visitó a los ocho miembros que fueron arrestados en casa para preguntar si habían continuado asistiendo a reuniones religiosas. Los oficiales les advirtieron que serían condenados a tres a cinco años de prisión si se reunían de nuevo.
«No quebrantamos ninguna ley creyendo en Dios, pero el gobierno nos trata así», dijo el creyente. «El gobierno quiere eliminar todas las religiones y nos amenaza con el futuro de los miembros de nuestra familia, obligándonos a renunciar a nuestra creencia. Es realmente vergonzoso».
Es importante saber, que el cristianismo protestante es una de las cinco religiones aprobadas junto con el budismo, el taoísmo, el islam y el catolicismo en China. Las organizaciones religiosas deben registrarse en una de las cinco asociaciones religiosas patrióticas autorizadas por el Estado, que son supervisadas por la Administración Estatal de Asuntos Religiosos, según Bitter Winter.
Las iglesias cristianas que se niegan a registrarse en el gobierno, conocidas como «iglesias en casa», son ilegales. Sin embargo, incluso las iglesias registradas en el gobierno, han experimentado un repunte de la persecución en los últimos meses.
Numerosos informes han revelado la persecución que los cristianos han sufrido a manos del Partido Comunista Chino, incluyendo arrestos, encarcelamientos y ataques a las iglesias. Esa persecución es parte de los esfuerzos del presidente chino Xi Jinping para abolir la religión y hacer cumplir un mayor control sobre la vida de las personas.
A pesar de la persecución, se estima que hay más cristianos en China que miembros del Partido Comunista.
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