El 17 de diciembre de 1862, el General de División. Ulises S. Grant emitió la infame Orden General Número 11, que instruyó a las fuerzas de la Unión para que expulsen a todos los Judios que residían en el «Departamento de Tennessee», bajo su mando.El Departamento al que el General se refería incluía partes del actual Tennessee, de Kentucky al oeste del río Tennessee y de Mississippi que estaban entonces bajo control de la Unión.
Pero bueno es decirlo, también había una razón de fondo que era el comercio ilegal que tenía lugar entre el Norte y el Sur durante la guerra. Se permitía el mismo, pero era necesario tener licencia tanto del Ejército de Estados Unidos y del Departamento del Tesoro. En particular, las fábricas textiles del Norte necesitan materia prima, es decir, el algodón del sur, para producir sus bienes.
Tan pronto como el comercio quedó restringido, sin embargo, hubo quienes empezaron a violar las restricciones. El Subsecretario de Guerra, Charles A. Dana informó en un punto que «cada coronel, capitán o intendente hacían la vista gorda, recibiendo lo suyo, en el negocio del algodón. El propio informante era un especulador con el tráfico ilegal del tesoro blanco.
Jonathan Sarna, en un libro publicado en el año 2012 llamado, «Cuando el general Grant expulsó a los Judios», respalda la opinión de que el factor inmediato que impulsó la orden, fue la visita que le haría su padre, de 68 años de edad, Jesse Grant, antes del 17 de diciembre. Este visitó a su hijo en compañía de tres fabricantes de ropa judíos de Cincinnati, Ohio – los hermanos Harman y Simon Mack – que querían exportar algodón de los productores del Sur a Nueva York.
Habían acordado pagar generosas recompensas a su padre para que le ayudasen a obtener los permisos necesarios. Grant hijo, que en ese momento se hallaba planificando la toma de la ciudad clave de Vicksburg, en Mississippi, quedó horrorizado al saber que su propio padre estaba intentando abusar de la posición de su hijo para obtener algún beneficio personal. Y él había observado, con razón, que algunos de los implicados en el comercio ilícito eran Judios.
Anteriormente, el 8 de diciembre, Grant había emitido una orden contra los especuladores del algodón, judíos y otros vagabundos deshonestos que negociaban a costas de la miseria de su país, dando la orden de que abandonasen la región.
Pero la Orden General 11 no tenía precedentes: Pidió el exilio no de todos los contrabandistas, entre los que se encontraban muchos Judios, sino de todos los Judios.
El 6 de enero, Grant se había visto obligado a retractarse de su orden, que en la práctica había sido muy limitada en su aplicación. Un comerciante judío-prusiano que vivía en Paducah, Kentucky, Cesar Kaskel, que había sido uno de los que recibió la orden de salir de su distrito dentro de las 24 horas, «no por cualquier delito cometido, sino simplemente porque nació de padres judíos», como él más tarde le dijo a un reportero, se movilizó hasta Washington, DC, donde el 3 de enero de 1863, obtuvo una audiencia con el presidente Abraham Lincoln. Lincoln, quién le dijo no saber del decreto y de inmediato pidió al general en jefe Henry Wager Halleck que cancelase la orden.
En marzo de 1864, Grant asumió el liderazgo de todas las fuerzas de la Unión, y cuatro años más tarde, fue candidato a la presidencia. Fue entonces que los demócratas trataron de revivir los recuerdos de la Orden Nº 11 entre los votantes judíos. Grant, a la defensiva, se desentendió del decreto. En una carta que escribió a Isaac N. Morris, ex congresista estadounidense, Grant señaló que había emitido esa orden de manera irreflexiva, no pensando en los Judios como un conjunto o raza sino simplemente por como se comportaban.
Grant fue elegido dos veces a la presidencia, en 1868 y 1872, nombró a Judíos en cargos públicos y se preocupó por la suerte de estos en Rusia y Rumania. Murió en 1885.
David B. Green -Haaretz