Una historia poco registrada en las escuelas venezolanas es aquella que une al venezolano más ilustre, Simón Bolívar, con los judíos.
Durante la guerra que Venezuela tendría que librar contra la Corona española, luego de declarar su independencia en 1811, muchos fueron los episodios que relacionaron el pueblo hebreo con el pueblo venezolano. Sin embargo, es poco lo que el escolar venezolano aprende al respecto.
Gracias al esfuerzo de algunos historiadores judíos y no judíos, hoy en día podemos dar cuenta de una serie de apariciones de judíos en importantes eventos que tuvieron mucho que ver con las actuaciones del mismo Bolívar y la culminación de su sueño de una América liberada.
Definitivamente, el más conocido de estos episodios es el que cruzó los caminos de Mordejai Ricardo con los Bolívar. Ante la violenta represión de la Corona española en contra de la gesta de emancipación Bolívar, en su posición de liderazgo de los patriotas venezolanos, hubo de refugiarse temporalmente en Curazao, donde ya habitaba una importante colonia de comerciantes judíos que reconocían en Bolívar una figura promisoria con ideales que ofrecían una América libre de discriminaciones raciales y religiosas.
Es así como Mordejai Ricardo se convierte en el primer protector y amigo extranjero de la causa independentista. Inicialmente, Ricardo brinda apoyo a Bolívar durante su estadía en Curazao y luego al resto de las hazañas de quien luego sería el Libertador.
En la carta que Bolívar dirige a Ricardo el 7 de noviembre de 1815 le agradece también por el cobijo y apoyo dado a sus hermanas en ocasión en la que los defensores del Rey de Españaarremetieron cruelmente contra los patriotas venezolanos y sus familias. Se evidencia que la relación entre ambos personajes fue cercana y de aprecio y admiración recíproca.
Esta relación fue reconocida en 1988 por el Gobierno de Venezuela con la emisión de un timbre postal (estampilla) que ilustraba, con Bolívar y Ricardo, el apoyo de la comunidad judía curazoleña a la causa de la independencia.
La historia también se ha encargado de registrar la participación de los judíos en la causa independentista de Bolívar. Debido a la simpatía que generó el ideal venezolano en los judíos de Curazao, en cuyas celebraciones se llegó a brindar en nombre de Bolívar, algunos figuras destacadas se incorporaron en las nóminas de los guerreros libertadores del naciente ejército venezolano.
Entre ellos se destacan apellidos como Henriques y De Sola, cuyos representantes figuraron con notorias actuaciones en los cuadros de oficiales. Isidoro Borowsky, por ejemplo, se convirtió en uno de los tenientes más notables para Bolívar y algunas fuentes indican que fue uno de los comandantes de Bolívar durante la campaña para liberar Nueva Granada, así como en la Batalla de Carabobo.
También los hermanos David y Yehoushua Hoeb y Abraham Meyer engrosaron las filas de la infantería y la caballería que combatieron por la libertad de la naciente República y cuya sangre llegó a salpicar el suelo de Carabobo, donde se selló la independencia venezolana y se dio inicio a una campaña liberadora que se extendió a otras cuatro naciones de Sudamérica.
En otro episodio registrado por los investigadores se destaca que en el período en que Venezuela, Colombia y Ecuador se unificaron bajo el sueño mirandino de una gran nación sudamericana, Bolívar otorga a Juan Bernardo Elbers la concesión para la navegación en el río Magdalena, que comenzó una importante tradición de judíos en el comercio colombiano. Otros registros atestiguan transacciones comerciales entre casas comerciales judías y el ejército libertador, al proveerles de alimentos y posiblemente de armas.
No cabe duda de que los aportes materiales y espirituales de los judíos de la época contribuyeron de manera significativa a la causa de la independencia de Venezuela y, por extensión, de la America Latina.
Todo gracias a que el Libertador supo reconocer en el pueblo hebreo un portento que se identificaba plenamente con su sueño emancipador y los judíos.
Sin embargo, es poco lo que el escolar venezolano aprende al respecto.
Gracias al esfuerzo de algunos historiadores judíos y no judíos, hoy en día podemos dar cuenta de una serie de apariciones de judíos en importantes eventos que tuvieron mucho que ver con las actuaciones del mismo Bolívar y la culminación de su sueño de una América liberada.
Definitivamente, el más conocido de estos episodios es el que cruzó los caminos de Mordejai Ricardo con los Bolívar. Ante la violenta represión de la Corona española en contra de la gesta de emancipación Bolívar, en su posición de liderazgo de los patriotas venezolanos, hubo de refugiarse temporalmente en Curazao, donde ya habitaba una importante colonia de comerciantes judíos que reconocían en Bolívar una figura promisoria con ideales que ofrecían una América libre de discriminaciones raciales y religiosas. Es así como Mordejai Ricardo se convierte en el primer protector y amigo extranjero de la causa independentista. Inicialmente, Ricardo brinda apoyo a Bolívar durante su estadía en Curazao y luego al resto de las hazañas de quien luego sería el Libertador.
En la carta que Bolívar dirige a Ricardo el 7 de noviembre de 1815 le agradece también por el cobijo y apoyo dado a sus hermanas en ocasión en la que los defensores del Rey de España arremetieron cruelmente contra los patriotas venezolanos y sus familias. Se evidencia que la relación entre ambos personajes fue cercana y de aprecio y admiración recíproca. Esta relación fue reconocida en 1988 por el Gobierno de Venezuela con la emisión de un timbre postal (estampilla) que ilustraba, con Bolívar y Ricardo, el apoyo de la comunidad judía curazoleña a la causa de la independencia.
La historia también se ha encargado de registrar la participación de los judíos en la causa independentista de Bolívar. Debido a la simpatía que generó el ideal venezolano en los judíos de Curazao, en cuyas celebraciones se llegó a brindar en nombre de Bolívar, algunos figuras destacadas se incorporaron en las nóminas de los guerreros libertadores del naciente ejército venezolano. Entre ellos se destacan apellidos como Henriques y De Sola, cuyos representantes figuraron con notorias actuaciones en los cuadros de oficiales. Isidoro Borowsky, por ejemplo, se convirtió en uno de los tenientes más notables para Bolívar y algunas fuentes indican que fue uno de los comandantes de Bolívar durante la campaña para liberar Nueva Granada, así como en la Batalla de Carabobo.
También los hermanos David y Yehoushua Hoeb y Abraham Meyer engrosaron las filas de la infantería y la caballería que combatieron por la libertad de la naciente República y cuya sangre llegó a salpicar el suelo de Carabobo, donde se selló la independencia venezolana y se dio inicio a una campaña liberadora que se extendió a otras cuatro naciones de Sudamérica.
En otro episodio registrado por los investigadores se destaca que en el período en que Venezuela, Colombia y Ecuador se unificaron bajo el sueño mirandino de una gran nación sudamericana, Bolívar otorga a Juan Bernardo Elbers la concesión para la navegación en el río Magdalena, que comenzó una importante tradición de judíos en el comercio colombiano. Otros registros atestiguan transacciones comerciales entre casas comerciales judías y el ejército libertador, al proveerles de alimentos y posiblemente de armas.
No cabe duda de que los aportes materiales y espirituales de los judíos de la época contribuyeron de manera significativa a la causa de la independencia de Venezuela y, por extensión, de la América Latina. Todo gracias a que el Libertador supo reconocer en el pueblo hebreo un portento que se identificaba plenamente con su sueño emancipador