Se trata de Rafael Kohanoff, el ingeniero químico que pasó sus últimos años trabajando en el INTI, en pos de lograr mejoras a la calidad de vida de personas de su edad, tratando de incentivarlos y darle un sentido a sus vidas. El legado tras su fallecimiento.
Rafael Kohanoff había nació en el pueblo de Colonia Dora en el año 1925, hijo de una familia de inmigrantes judíos que posteriormente emigraron a Charata, en la provincia del Chaco, aunque Rafael nunca olvidó su infancia en Colonia Dora, lugar al que retornó en noviembre de 2012, visitando lugares que recordaba de su infancia y donde pidió que le tomaran una fotografía frente a la casa del fundador del pueblo, lugar frente al cual estaba su antigua vivienda familiar y la imagen de esa casona gigante le recordaba a su infancia.
A los 23 años se recibió de Ingeniero Químico y pasó sus últimos años trabajando en el INTI (Instituto Nacional de Tecnología industrial) en pos de lograr mejoras a la calidad de vida de personas de su edad, tratando de incentivarlos y darle un sentido a sus vidas.
Su fructífera carrera hizo que trabajara prácticamente con todos los gobiernos nacionales, quienes requirieron de su capacidad e inventiva, incluyendo los gobiernos de Perón o Alfonsín.
En su extensa carrera profesional, creó más de 10 empresas privadas (entre ellas, la célebre fábrica de calzado Skippy), la exportación de tecnologías a América latina.
Fue director del Instituto Nacional de Tecnología Industrial entre 1972 y 1974, donde volvió a los 77 años, donde en sus últimos años dirigió el Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad del INTI.
Rafael Kohanoff supo decir en una entrevista, cuando ya tenía más de 90 años, que “Estamos haciendo algo revolucionario: juntar la tecnología, la salud y la educación para ser partícipes en la construcción de este país, para mejorar la vida de todos, y para volver a recuperar la participación de las pymes en el producto bruto…en un país en el que existen más de 4 millones de personas con discapacidad y para ellos trabajamos”
Fue distinguido a nivel nacional e internacional en numerosas oportunidades, destacándose la Mención de Honor “Senador Domingo Faustino Sarmiento” otorgada por la Honorable Cámara del Senado de la Nación; la designación como “Mayor Notable” por parte de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación; “Porteño Mayor Destacado 2012” por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires; Distinción al Mérito, otorgado por la Cámara de Diputados de la Provincia de Chaco; “Orden del Commendatore”, otorgada por el gobierno de Italia; Medalla de “Merito Internacional Profesor Darcy Ribeiro”, por la Cámara Municipalidad de Montes Claros – Brasil; “Medalla al Mérito”, otorgada por Confederación Interamericana de Ingenieros Químicos, en Montreal, Canadá, entre otras.
Finalmente, este 15 de agosto, a los 95 años partió de este mundo, dejando en todos resonando lo que siempre contaba: que estudió y trabajó siempre con la idea de inventar algo que terminara con el hambre en el mundo. No pudo lograrlo pero sin dudas realizó un inmenso esfuerzo, acompañado siempre de palabras claras y de con una profunda visión humana hacia los más desprotegidos, tal vez recuerdo de su infancia en Colonia Dora.