Wilson Ferreira Aldunate, el último caudillo blanco, visitó Israel en 1985. Fue recibido como si se tratase de un jefe de estado. Se reunió con el entonces Primer Ministro Itzjak Shamir, con el Presidente Herzog, con Sharon y demás personalidades del gobierno israelí, en aquel entonces formado por una coalición de laboristas y la derecha.
A su retorno al país contó sus experiencias. Ninguna particularidad del estado judío le pasó desapercibida. Respecto a la religiosidad del israelí medio manifestó: “ es muy curioso, hay un porcentaje bastante más elevado del que yo suponía de judíos no religiosos, pero mi impresión es que hacen trampa, de que tienen la vana ilusión de creer que no lo son, pero lo son…”
Visitó el Kibutz Tel Itzjak , las Universidades y Jerusalém, siempre rodeado de inmigrantes judeo-uruguayos. Refiriéndose a estos contó: “ los judíos uruguayos son notables porque son intransferibles, a veces me da la impresión de que son más judíos que los otros judíos ( que siguen viviendo en Uruguay), pero que son uruguayos, también con singular y divertidad intensidad. Si yo fuera judío viviría en Israel. También aquí digo, tengo una doble posición comprometida, porque por un lado desearía que los judíos vivieran en Israel y por otro lado que los judíos de Uruguay, siguieran viviendo aquí por que los precisamos. Pero supongo que ese desafío permanente que viven los judíos con las dos fuerzas que están ahí, y está bien que estén.
Si hubiese que resumir la impresión que el Estado judío dejó en Wilson ( como se lo llamó cariñosamente en vida aun por sus adversarios políticos) , las siguientes palabras lo dicen todo: “… la tierra no es simplemente una dimensión física. La tierra exige que el hombre tenga con ella una relación que no sea solamente jurídica, sino también necesariamente de amor… la tierra es mas importante que los hombres. Son estos los que pertenecen a la tierra y no al revés… Si los judíos no tuvieran “ el libro” para invocar como prueba de su derecho a la tierra prometida, hubiera bastado con lo que han hecho con ella para haberla merecido”.
Fuente: El Israel que yo vi.
Por Dr.David Malowany